Jalisco
-Guillotina
''Pueblo pobre, empresarios ricos'', no se mordió la lengua...
(La anécdota podría complementarse con el lamentable espectáculo que dio López Portillo, al final de sus días, cuando promovía el consumo de cierta marca de tequila, casi como obra de caridad, para ayudarle --¡a él, a quien el poder dio riquezas a las que como simple jurista ni en sueños hubiera tenido acceso!-- a mantener un rato más el cuerpo y el alma precariamente unidos).
-II-
El caso es que de las informaciones recientemente publicadas acerca de las asignaciones discrecionales, abusos y trapacerías perpetrados por los integrantes de la LVIII Legislatura en el Congreso de Jalisco, se han desprendido una serie de reacciones ciudadanas, cuyo común denominador es la indignación. Algunas se han circunscrito al ejercicio del derecho al pataleo. Otras han querido ir más lejos... Ante la imposibilidad de que se trate como en justicia debiera ser --es decir, como delincuentes-- a quienes incurrieron en excesos, sí, pero supieron encubrirlos con los mantos de la legalidad y la impunidad, otras voces (la ONG “Congreso Ciudadano”, verbigracia) plantean medidas drásticas: “La disolución del Poder Legislativo”, concretamente.
-III-
Por supuesto, una cosa es que esos organismos y las respetables personas que los integran, se hagan eco de la irritación de los ciudadanos sistemáticamente expoliados por quienes los gobiernan, y otra cosa es que sus propuestas se salten a la torera la obligación de todos los ciudadanos, de respetar la ley. Disolver el Poder Legislativo implica romper con el esquema de la división de poderes por el que se optó desde el nacimiento, como tal, de la República... Y es una pena que quienes se afanan en protestar por asuntos que, en efecto, lo ameritan, lo hagan más con el hígado que con el cerebro, y propongan “soluciones” tan sensatas como la de quienes promueven como el mejor remedio para la jaqueca..., la guillotina.
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