Jalisco

— “El Ahogado”

Más allá de las apariencias, la Cuenca del Ahogado es una cloaca

La Presa del Ahogado es una de las más espectaculares mentiras de Guadalajara...

A la distancia, vista desde la mal llamada “carretera a Chapala”  (hace varios años que se llenó de construcciones que rivalizan encarnizadamente en materia de fealdad y se transformó, por tanto, en la avenida pomposamente denominada “De la Solidaridad Iberoamericana”) o desde el aire, por los pasajeros que a medida que se acercan al aeropuerto tratan de reconocer, en el inmenso caserío que se desparrama allá abajo, los rasgos de que Pepe Guízar se valió para retratar a la ciudad a la que dedicó el mejor y más famoso de sus retratos musicales, parece un lago pletórico de promesas en materia de pesca, recreación, etc.

—II—

Más allá de las apariencias —engañosas, por definición—, la Cuenca del Ahogado es, para decirlo sin eufemismos, una cloaca (“lugar sucio, inmundo”, según el diccionario) en que sistemáticamente se han arrojado, a lo largo de varios años, fondos públicos invertidos en función de promesas gubernamentales cumplidas a medias, en el mejor de los casos —o sea, incumplidas—... y detritus.

Ahora que la noticia consiste en que el Gobierno de Jalisco puso sus complacencias en Héctor Eduardo Gómez Hernández para que funja como nuevo Secretario de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, trasciende que el ungido recibió una imperativa encomienda de su jefe máximo: abocarse al saneamiento integral... de la Cuenca del Ahogado. En otras palabras, tomar medidas y realizar acciones para que el aparente lago realmente lo sea, y para que los mortales que hasta ahora sobreviven como Dios les da a entender en los asentamientos que proliferan por ahí, dejen de tener un hábitat deplorable.

—III—

Quizá nunca se sepa por qué esa instrucción que ahora se da al nuevo secretario, ya en el cuarto año de gobierno —y cuando es un secreto a voces que la administración quedará trunca porque quien la encabeza pedirá licencia para lanzarse a la aventura de buscar la candidatura de su partido a la Presidencia de la República—, no se dio, a principios del sexenio, a la titular que fue cesada hace dos semanas. Sí se sabrá, en cambio, casi seguramente, si junto con la apremiante orden de devolver a la zona la dignidad que debería tener, se aportarán —como no se hizo hasta ahora— los recursos que la hagan posible... y no una simple (y engañosa también, por definición) promesa de político.

JAIME GARCÍA ELÍAS / Periodista y conductor radiofónico.
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