Jalisco
— Cupo limitado
¿Qué gobernantes y políticos no tienen ya al diablo en persona como su patrono...?
Mártir como fue, pero no profeta, el autor de la célebre “Utopía” no alcanzó a vislumbrar que a 475 años de su muerte (ocurrida el 6 de julio de 1535) y a 75 de su canonización, seguiría abonando, por la vía de las cuchufletas, penitencia por sus pecados... Y es que, cuando se menciona que la Iglesia lo declaró “Patrono de gobernantes y políticos”, son inevitables los chascarrillos.
Verbigracia: “Pues, ¿qué gobernantes y políticos no tienen ya al diablo en persona como su patrono...?”.
—II—
Moro, como se sabe, eligió su desgracia y firmó su propia sentencia de muerte al desaprobar el divorcio del Rey Enrique VIII de su esposa Catalina, y al declarar su rebeldía cuando el emperador se insubordinó al Papa y se proclamó Jefe Supremo de la Iglesia en Inglaterra.
Hoy, a tono con el desencanto de los ciudadanos, primero por la deshonestidad e ineficiencia generalizada de los gobernantes que padecieron las siete décadas de la “dictadura perfecta” del PRI, y luego porque “el cambio” prometido por los panistas resultó absoluta y escandalosamente fallido, hay, por fin, buenas noticias: la creación, en Jalisco, de una institución que se ha propuesto —aunque ni Ripley lo crea— “preparar ciudadanos honestos para la política y el gobierno”.
Se denominará Instituto Secular para el Bien Común. “Secular”, como se sabe, es un vocablo alusivo a la porción del clero que vive “en el siglo” (es decir, en el mundo ordinario: el de los pecadores standard), para diferenciarlo de los religiosos que viven enclaustrados.
—III—
Se anticipa que los aspirantes a políticos y gobernantes honestos tomarán un curso básico sobre Doctrina Social de la Iglesia (con escalas obligadas en las encíclicas Rerum Novarum, Quadragéssimo Anno, Mater et Magistra y Veritatis Splendor, que para los políticos comunes son divertidas obritas de ciencia ficción), al cabo del cual harán “votos temporales —no se precisa qué tanto— de pobreza, castidad, obediencia y fidelidad a Jesucristo”... Y entonces sí, a emular al único terrícola —hasta ahora— miembro de la clase gobernante, que, por honesto y congruente, llegó a los altares..., haciendo escala en el martirio. (Para evitar tumultos, por cierto, se advierte que habrá cupo limitado).
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