Jalisco
— Colcha de parches
''Lo importante no es ganar elecciones, sino que a la gente le vaya bien''
A manera de preámbulo: el pasado fin de semana, en una entrevista relacionada con las “alianzas” que se cocinan de cara a las próximas elecciones, el gobernador Emilio González Márquez dijo una frase digna de los bronces...
El contexto: las “alianzas” entre los partidos políticos aún tienen que luchar contra una especie de consenso tácito de los ciudadanos: la sospecha —por no decir “la convicción”— de que esas “mezclas de agua u aceite”, como las llamó un politólogo, sólo pueden darse por interés; jamás por convicción. Además, los defensores de tales “alianzas” tienen como premisa mayor la aventurada teoría de que la adición del desprestigio de dos partidos políticos (cualesquiera que sean) bien puede dar como suma total el prestigio de un candidato.
La frase de González Márquez: “Lo importante no es ganar elecciones, sino que a la gente le vaya bien”.
—II—
La sentencia —impecable si por “la gente” no debe entenderse “los gobernantes” sino “los gobernados”— remite al concepto original de la democracia griega: que las decisiones se tomen por mayoría de votos, y que el beneficio de tales decisiones sea, de ser posible, para todos.
Ayer, por ejemplo, ocurrió un hecho insólito: a dos semanas de que tres alcaldes de la zona metropolitana, haciéndose eco de la “vox pópuli”, proclamaron, al unísono, el “No al Macrobús”, y a una de que se pronunciaron a favor del tranvía, y antes de que alguien más metiera su cuchara en pro de carruajes y diligencias, se presentó —¡por fin!— un proyecto de movilidad para la Zona Metropolitana de Guadalajara, que parece plausible. Puesto que lo ideal —el metro— parece imposible, por costoso, se opta por una especie de colcha de parches (a reserva de lo que digan los expertos... y los alcaldes de Guadalajara y Tonalá, ausentes en la reunión): un poco de tranvía hacia Zapopan, un poco de Macrobús hacia El Salto, y un poco de bicicleta para conectar sus rutas con las del transporte público.
—III—
Quedan claras dos situaciones: primero, que la lucha de Guadalajara y anexas por resolver el problema de la movilidad, es una lucha contra el tiempo; y segundo, que la solución ideal sólo se logrará... en la quinta fundación de Guadalajara. (Algo que quienes sostienen que “lo importante no es ganar elecciones, sino que a la gente le vaya bien”, demoraron casi cuatro años —los que van de la actual administración— en aprender).
El contexto: las “alianzas” entre los partidos políticos aún tienen que luchar contra una especie de consenso tácito de los ciudadanos: la sospecha —por no decir “la convicción”— de que esas “mezclas de agua u aceite”, como las llamó un politólogo, sólo pueden darse por interés; jamás por convicción. Además, los defensores de tales “alianzas” tienen como premisa mayor la aventurada teoría de que la adición del desprestigio de dos partidos políticos (cualesquiera que sean) bien puede dar como suma total el prestigio de un candidato.
La frase de González Márquez: “Lo importante no es ganar elecciones, sino que a la gente le vaya bien”.
—II—
La sentencia —impecable si por “la gente” no debe entenderse “los gobernantes” sino “los gobernados”— remite al concepto original de la democracia griega: que las decisiones se tomen por mayoría de votos, y que el beneficio de tales decisiones sea, de ser posible, para todos.
Ayer, por ejemplo, ocurrió un hecho insólito: a dos semanas de que tres alcaldes de la zona metropolitana, haciéndose eco de la “vox pópuli”, proclamaron, al unísono, el “No al Macrobús”, y a una de que se pronunciaron a favor del tranvía, y antes de que alguien más metiera su cuchara en pro de carruajes y diligencias, se presentó —¡por fin!— un proyecto de movilidad para la Zona Metropolitana de Guadalajara, que parece plausible. Puesto que lo ideal —el metro— parece imposible, por costoso, se opta por una especie de colcha de parches (a reserva de lo que digan los expertos... y los alcaldes de Guadalajara y Tonalá, ausentes en la reunión): un poco de tranvía hacia Zapopan, un poco de Macrobús hacia El Salto, y un poco de bicicleta para conectar sus rutas con las del transporte público.
—III—
Quedan claras dos situaciones: primero, que la lucha de Guadalajara y anexas por resolver el problema de la movilidad, es una lucha contra el tiempo; y segundo, que la solución ideal sólo se logrará... en la quinta fundación de Guadalajara. (Algo que quienes sostienen que “lo importante no es ganar elecciones, sino que a la gente le vaya bien”, demoraron casi cuatro años —los que van de la actual administración— en aprender).
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