Jalisco
- ''¡Suspeeeeensoooo...!''
La demanda del Jefe de Gobierno capitalino contra Hugo Valdemar, vocero de la Arquidiócesis de México, es de una vulgaridad jurídica casi ofensiva
Puesto que se trata del estreno, nadie dispone de información previa con respecto al desenlace de la película, que promete ser apasionante... Enigma, pues. Misterio. Como decía Don Humberto G. Tamayo (señorón de la radio en México hace medio siglo): “¡Suspeeeeeeensoooo...!”.
-II-
El espectador se hace cruces... La demanda del Jefe de Gobierno capitalino contra Hugo Valdemar, vocero de la Arquidiócesis de México, es de una vulgaridad jurídica casi ofensiva: al anunciar que la Iglesia promoverá una campaña propagandística en contra de Ebrard —caso de postularse a algún cargo público—, el acusado cayó, redondito, en el presupuesto del inciso e del Artículo 130 de la Constitución: “Los ministros no podrán (...) realizar proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna”. La demanda contra Sandoval, en cambio, comenzará con un intríngulis de carácter semántico: el cardenal no dijo que Ebrard hubiera sobornado a los ministros de la Suprema Corte para que convalidaran los matrimonios de personas del mismo sexo y las posibles ulteriores adopciones; insinuó apenas (“no dudo...”, dijo) que los había “maiceado”. Si Su Eminencia admite que quiso decir lo que todo mundo entendió y que dio pie a la denuncia, y en la hipótesis de que el juez resolviera que, en efecto, hubo “daño moral” en detrimento de Ebrard y los ministros, aún habría que cuantificar ese daño, para sancionar en consecuencia...
-III-
Para cuando eso suceda, lo más probable es que Sandoval ya haya dejado de ser arzobispo de Guadalajara y haya sido “promovido” a algún cargo en Roma, desde donde llegarán noticias de que se pasea, muy orondo, sotana negra, solideo, ceñidor y botonadura rojos, por la Vía della Conciliazione —¡primorosa metáfora!—, prodigando sonrisas y bendiciones a los turistas que, incluso sin conocerlo (o precisamente por ello), lo saludan afablemente.
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