- ''MENSA''

Para no malgastar el tiempo en especulaciones vanas y debates ociosos —como los relacionados con el Macrobús, verbigracia—, démoslo por descontado. Como en la clásica “carambola hecha”, asumamos que el Presidente Felipe Calderón recogerá, de bote-pronto, la petición —por no decir “consejo”— del gobernador Emilio González. Y decide que no hay más que de una sopa: si se quiere tener la certeza de que México, a la voz de “más vale tarde que nunca”, entre con garbo y salero a la carrera espacial, con razonables perspectivas de reducir, en pocos años (ya lo dice la versión tapatía del tango: “Que cincuenta años no es nada...”, etc.), la relativa ventaja que tomaron Estados Unidos y la ya extinta Unión Soviética, y dé, con las botas de Siete Leguas, sus primeros pasos en la exploración, primero, y conquista, después, de otros mundos, la sede oficial de la MENSA (por las siglas en inglés, de la Mexican Experimental and Nepotist Special Agency), sólo podría estar —¿dónde, si no?—... en Jalisco.

—II—

Ya lo estamos viendo: más tardará el Presidente en hacer el anuncio correspondiente, que el gobernador en presentar el proyecto ejecutivo, a construirse en uno de los pocos sitios del Estado en que la mano del hombre aún no mete el pie: la ex Laguna de Sayula.

A saber: oficinas (amplias, desde luego), talleres de laminado y pintura, cuarto de tiliches, amplio estacionamiento, expendio de souvenirs espaciales y, si queda espacio —por si los ruegos de la Virgen de Zapopan propician el milagro de que alguna de las naves espaciales que despeguen desde el cosmódromo jalisciense consiguiera regresar a Tierra—... alguna pista de aterrizaje.

—III—

Candidatos para cobrar en la MENSA, ya hay muchos. De hecho, en lo que el Presidente le toma la palabra al gobernador y empiezan a fluir los recursos para dar forma a lo que de momento es un sueño, innumerables talentos que actualmente están enchufados en la nómina se irán derechitos al desempleo, en parte porque hay indicios de que los desagradecidos ciudadanos no los ratificarán... y en parte porque no saben hacer otra cosa.

Por lo demás, amén de que cualquiera entiende que la única diferencia entre “aviador” y astronauta consiste en que éste cobra más, quedó claro el argumento central que se esgrimió para solicitar la sede de la MENSA:

—¡Para cuetes (si lo sabe Dios, que lo sepa el mundo)... Jalisco!

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