Jalisco innova en el cultivo de uva; producen vino en la Ribera de Chapala
La primera plantación, en Tuxcacuesco, tiene 170 hectáreas; la Sedeco espera que en 5 años la región se consolide en la producción vitivinícola
El año pasado inició una nueva etapa de diversificación en el campo de Jalisco con la plantación de 170 hectáreas de uva de mesa en la región de Tuxcacuesco, en manos del Grupo Molina, que invirtió 25 millones de dólares para llegar el próximo año a las 500 hectáreas.
Este tipo de proyectos ya despertó el interés de otros productores nacionales e internacionales. “Ha surgido el interés de otro grupo de empresarios de Sonora, Grupo Alfa, por un proyecto de inversión y tamaño similar”, confirma Héctor Padilla, titular de la Secretaría de Desarrollo Rural en Jalisco (Seder), quien está en pláticas con la compañía interesada.
“Hay productores de otros países que también están viendo qué pasa en Jalisco, como productores chilenos y de California. Es una zona interesante, hay un mercado y se está creando una nueva zona productora de uva en el país”, coincide Marco Antonio Molina, director de Grupo Molina.
En los municipios aledaños a la Ribera de Chapala, Jalostotitlán, Tuxcacuesco, San Gabriel y Tolimán es donde se cultivan actualmente las variedades de uva de mesa y para la producción de vino tinto.
En este contexto, Padilla Gutiérrez no descarta que en los próximos cinco años se consolide un clúster de producción de uva, como sucedió con el aguacate y las berries en el Sur de Jalisco. “El cultivo de uva de mesa se dará a mucha velocidad… esto despegará porque la zona del Sur y la Costa tienen condiciones propicias para el desarrollo, similares a las de Tuxcacuesco”.
El cultivo para vino también toma fuerza: mientras en la Ribera de Chapala existen cuatro viñedos en 20 hectáreas, en Jalostotitlán, empresarios jaliscienses realizan cosechas experimentales: “Son cinco variedades de uva a prueba que, una vez teniendo los resultados, meterían a Jalisco en la ruta de los productores vitivinícolas del país”.
Productores vinícolas aprovechan doble cosecha cada año
Al cultivo de las berries, zarzamoras, frambuesas, fresas y arándanos en la Ribera de Chapala, se suma la uva, que recientemente ha sido introducida en la región por tapatíos con el apoyo de americanos expertos en la producción vitivinícola, que están incursionando en la producción de vino de alta calidad.
Hace cinco años, la familia Torres Menchaca se convirtió en pionera al establecer el primer viñedo en la zona de San Luis de Soyatlán, donde hoy se pueden encontrar cuatro viñedos de diferentes propietarios en una superficie de 20 hectáreas.
“Nosotros fuimos los primeros que plantamos de manera masiva y ahora cada vez hay más productores interesados en el cultivo de uvas para producir vino. Entre más viñedos, hay más posibilidades de convertirse en una zona vinícola con mayor potencial de crecimiento”, asegura Iván Gerardo Torres Menchaca, propietario del viñedo La Tente.
Recuerda que el negocio familiar comenzó con 100 plantas que fueron sembradas en el primer año, luego llegaron a 300 y después a 10 mil ejemplares traídos de España, Francia y Aguascalientes, que alcanzarán este año para producir entre mil y dos mil botellas.
Otro de los pioneros que hoy tiene su viñedo, Serapio Ruiz, realizó pruebas durante 15 años en la zona para detectar las variedades de uva que más se adaptaban al clima de la región.
“Ha sido un proceso de muchos años de experimentación a prueba y error”, señala Torres Menchaca. Primero comenzaron con el cultivo de la variedad de Tempranillo, después siguieron Syrah, Malbec y Grenache.
La gran ventaja de la Ribera de Chapala es que, a diferencia de otras regiones de viñedos en el mundo, permite obtener dos cosechas al año.
“Normalmente las otras zonas cosechan en julio; nosotros en febrero y julio porque el microclima de la Ribera es tan estable que nos permite generar dos cosechas”.
Por ahora, el viñedo se extiende en dos hectáreas, pero el año pasado la familia adquirió un terreno de siete hectáreas con miras a expandir su producción y llegar a las 15 mil plantas de vid, al mismo tiempo que están consolidando un proyecto turístico que contempla visitas al viñedo, con una degustación de vinos y comida.
“Hasta ahora han sido producciones muy pequeñas (mil 500 botellas al año) y lo que hemos hecho para vender los vinos es hacer mezclas, combinamos con viñedos de Aguascalientes y Querétaro”, explica el joven empresario.
Actualmente se pueden encontrar las botellas de las fincas de La Tente y La Extremancia en algunos restaurantes de Guadalajara y tiendas de Chapala, aunque también promueven ventas en línea del producto.
En lo que refiere al proceso de producción del vino, Torres Menchaca apunta que una vez que la selección especial de uva se corta, inicia la molienda que pasa a proceso de fermentación entre uno y dos meses, para después pasar por una guarda de tres a seis meses en barricas de roble americano.
El productor de vino detalla que el cultivo de la vid y elaboración el vino es un proceso complejo, por lo que no muchos productores jaliscienses han incursionado en esta industria, a lo que se suman otros factores como el desconocimiento de que en Jalisco también pueden producirse vinos de calidad; sin embargo, estima que la zona vinícola se consolidará en los próximos años.
La buena noticia es que el gran potencial del mercado no ha sido explotado, “tenemos un mercado gigante en Guadalajara, México es un país que produce muy poco vino en relación al que consume… la mayoría se importan de Chile, Argentina, Australia y Francia”.
Invierten 25 MDD en viñedos
Tras emprender con éxito diversos periodos de siembra experimental de uva de mesa en Zacatecas, Campeche, Michoacán y Jalisco, la empresa sonorense Grupo Molina decidió invertir 25 millones de dólares para la siembra de 500 hectáreas en la región de Tuxcacuesco, en Jalisco.
De esas hectáreas, han plantado 170 en la región del Llano en Llamas, y a principios de marzo plantarán otras 200 hectáreas para cosechar este año 250 mil cajas de uva, aunque cuando se tengan las 500 hectáreas sembradas se llegarán a cosechar un millón 200 mil cajas (cada una de 8.2 kilogramos).
“Este año completaríamos 370 hectáreas y nos estamos preparando para el año entrante plantar las 130 que nos faltan”, anticipó Marco Antonio Molina Rodríguez, director de Grupo Molina.
De acuerdo con la empresa, el microclima de Tuxcacuesco, de características tropical seco, fue determinante para decidir establecer en esa región las plantaciones de uva, y con ello relegar a Perú como destino de esta inversión.
“Recibimos ofertas interesantes de Perú para irnos a producir allá, pero escogimos Jalisco por las condiciones climatológicas para producir en una temporada en la cual vemos que hay una ventana en el mercado”.
El directivo destaca que los 25 millones de dólares se usaron para la infraestructura productiva, que implica las estructuras metálicas para que ahí se enreden las vides, además de los costos en riego por goteo y la adquisición del material vegetativo, entre otros.
Detalla que en el plan de negocios la cosecha de la uva jalisciense se realizará en abril para responder a la ventana de oportunidad que presenta el mercado de este producto, tanto en el ámbito nacional como internacional, pues en Sonora la uva se cosecha entre mayo y junio; en California, después de julio hasta noviembre; mientras que en Perú y Chile a partir de diciembre.
El año pasado, la empresa empacó 55 mil cajas que fueron vendidas en México y Estados Unidos para dar a conocer el nuevo producto jalisciense, mientras que este año enviarán gran parte de la producción a Inglaterra, Estados Unidos y Canadá.
Para exportar, los encargados de la producción han implementado programas de inocuidad alimentaria y certificaciones de calidad que exigen los mercados internacionales. Las uvas plantadas en Jalisco, por ejemplo, tienen diversas patentes que garantizan su calidad: “Manejamos muchas uvas de patente, tenemos convenios con dos compañías de Estados Unidos y la Universidad de California, con una compañía española y una patente exclusiva de los israelitas”.
• Las uvas que se están plantando tienen patente, lo que garantiza su calidad.
Ya están establecidas 170 hectáreas y está en proceso la expansión de las plantaciones a 500 hectáreas.
• Grupo Molina es negocio líder en la exportación de uva de mesa en Sonora y comercializa tres millones de cajas.
• El consumo de uva en México es de 1.5 millones de cajas al mes. La producción será de un millón 200 mil cajas de uva (cada una contiene 8.2 kilogramos).
Producto mexicano llega a 14 países
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura (Sagarpa), México exporta uva de mesa a 14 países, entre los que sobresale Estados Unidos, nación a la que en 2016 se comercializaron 118 mil toneladas.
La vid se cultiva en 14 Entidades federativas, entre las que destacan por su superficie Sonora, con 20 mil 800 hectáreas; Baja California, con cuatro mil 250 hectáreas, y Zacatecas, con tres mil 500 hectáreas.
En total, México cuenta con 30 mil 200 hectáreas sembradas de uva fruta, uva pasa y uva industrial, de las cuales se obtiene una producción anual que supera las 370 mil toneladas, de acuerdo con cifras del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).
En el Atlas Agroalimentario 2016, el SIAP informó que Sonora es la Entidad líder en la producción de uva, que se destina para consumo en fresco, pues en 2015 cosechó 249 mil 415 toneladas de las 282 mil 552 que se produjeron en México.
Esto significa que Sonora produce nueve de cada 10 toneladas que se cosechan de este fruto en el país. Hermosillo y Caborca son los municipios más productivos y en los meses de junio y julio se obtiene el mayor volumen de producción.
Productos del campo de Jalisco llegan a 81 países
Entre 2012 y 2016, los productos del campo de Jalisco incrementaron su presencia en los mercados internacionales, al pasar de 35 a 81 países a los que se exportan. Héctor Padilla, titular de la Secretaría de Desarrollo Rural, indica que el sector ha sostenido su ritmo tras diversificar sus mercados de exportación, resultado de la coordinación entre autoridades y productores.
Los Emiratos Árabes, Kuwait, Singapur, Qatar, Japón, Corea del Sur, China y países del Continente africano destacan entre los nuevos mercados. También se han fortalecido los destinos tradicionales como Estados Unidos, Países Bajos, Inglaterra, Francia y Alemania, entre otros.
Los productos que lideran son: aguacate, berries, limón, mango, coco, plátano, tomate y, el más novedoso de todos, uva de mesa cultivada en Tuxcacuesco, que empezó a exportarse a Estados Unidos.
Como parte de los logros del quinto año de Gobierno de Aristóteles Sandoval, remarca el programa de reconversión de cultivos de menor a mayor valor y rentabilidad, incorporándose la producción de berries, aguacate, mango, plátano, chile y uva.
Además, la tecnología y la innovación aplicadas en el campo jalisciense han sido factores claves para incrementar su productividad y el rendimiento de cultivos con mayor valor comercial, de acuerdo con la Seder.
En los últimos cinco años, por ejemplo, la producción de aguacate pasó de 40 mil 846 toneladas en 2012 a 143 mil 505 en 2016, según datos de la Oficina Estatal de Información para el Desarrollo Rural (Oeidrus) de Jalisco.
Otro caso exitoso que ha aplicado la tecnología para innovar es el cultivo de las berries, que ya no utilizan el suelo sino sustratos especiales que han aumentado la productividad de este fruto, al pasar de 500 hectáreas de berries en el año 2012, concentradas en Jocotepec, a ocho mil 648 hectáreas, al cierre de 2016.
Entre los logros del Quinto Informe de Gobierno, Padilla Gutiérrez reconoce el acelerado crecimiento que ha tenido la producción de berries en la Entidad, “este crecimiento nos ha llevado a que las exportaciones de berries superaran el valor de las exportaciones de tequila”.
Aumentan exportaciones
En los últimos cinco años, las exportaciones del sector agropecuario de Jalisco alcanzaron niveles históricos al superar los cinco mil millones de dólares, entre enero y noviembre del año pasado, aportando 12% al total de las exportaciones de la Entidad.
En lo que va de la administración, las exportaciones han mantenido un crecimiento constante al aumentar en más de mil millones de dólares, con un crecimiento de 42%, entre 2012 y 2017, y la expectativa es que este año siga al alza, principalmente por la incursión en nuevos destinos, como los mercados asiáticos y europeos.
De acuerdo con datos del Instituto de Información Estadística y Geográfica (IIEG), entre los principales productos que se exportaron el año pasado destacan el tomate, coliflor y brócoli, pepino, frutos secos, aguacate, fresas, berries, maíz para siembra, tequila y derivados de agave.
Para el titular de la Secretaría de Desarrollo Rural, Héctor Padilla, el ritmo de las exportaciones continuará en aumentó este año al mantenerse una tendencia creciente en la producción de berries, aguacate, limón, tomate, morrón y pepino.
Desde la Universidad de Guadalajara (UdeG), el investigador Salvador Mena refiere que el aumento de las exportaciones se debe al seguimiento de los mecanismos de inocuidad y estándares de calidad que demandan los mercados internacionales, “los agricultores lo entendieron bien y le invirtieron para garantizar buenas prácticas de cultivo, empaque y tratamiento”.
Además del crecimiento de las exportaciones, Jalisco se mantuvo por tercer año consecutivo como la Entidad con mayor valor de la producción agropecuaria en el país, con 123 mil 118 millones de pesos, lo que ha permitido mantener la dinámica exportadora, seguido por Michoacán, Veracruz, Sinaloa, Sonora y Chihuahua.
Jalisco es primer lugar nacional en la producción de agave, maíz forrajero, arándano, frambuesa y chía; pero también es segundo sitio en la producción de maíz grano, caña de azúcar y aguacate.
Hay valor agregado
Alejandro Macías (académico de la UdeG)
Para el director de la División de Ciencias Sociales del Centro Universitario del Sur, en los últimos años el campo jalisciense se ha enfocado en la producción de determinados cultivos de mayor valor agregado, en ciertas zonas de la Entidad, mientras que la superficie sembrada de cultivos tradicionales como el jitomate y maíz ha disminuido.
Para incentivar la diversificación de la producción agropecuaria, Alejandro Macías recomienda regular la actividad productiva para incentivar la siembra de ciertos productos de acuerdo con las condiciones de cada territorio.
“Se deben dar incentivos para que los productores no se vayan por un solo cultivo de moda, sino que busquen la manera de estar rotando diferentes cultivos que se complementen, sobre todo para los pequeños productores que le apuestan a superficies y unidades productivas altamente diversificadas”.
Entre las ventajas de la diversificación de cultivos, menciona que este tipo de estrategias “ayudan a protegernos de vaivenes de ciertos productos y evitar problemas de abastecimiento en una localidad”. Sin embargo, la diversificación también es positiva porque se protege la biodiversidad, limita la proliferación de plagas, regenera los suelos y beneficia al medio ambiente.
En lo que refiere al incremento de la producción agropecuaria, considera que Jalisco siempre ha sido el principal productor de México por sus condiciones físicas y geográficas.
“Es un Estado con muchos microclimas y tiene una tradición bastante fuerte en la agricultura, en ese sentido se ha consolidado lo que ya existía en el Estado, también se han hecho esfuerzos muy importantes para posicionar al Estado como un sector agroindustrial sólido y altamente competitivo, y la prueba de ello es que se ha posicionado como líder en productos de alto valor como el aguacate o las berries”.
“Mejora desempeño”
Salvador Mena (académico de la UdeG)
Mientras en otras Entidades federativas el desempeño del sector agropecuario se mantuvo estable, en Jalisco “hay una mejora, el campo ha tenido un buen desempeño y Jalisco sigue siendo líder productor de alimentos sobre cualquier Estado”, reconoce Salvador Mena, académico de la dirección de División de Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias.
Entre las acciones que hizo bien el Gobierno del Estado, destaca el impulso a los cultivos que tenían potencial para mejorar su productividad y aumentar su presencia en los mercados internacionales.
La buena noticia es que Jalisco emprendió con éxito una estrategia de reconversión productiva y agricultura protegida, “estábamos acostumbrados a que Jalisco fuera un Estado netamente productor de maíz más por tradición y costumbre que por productividad, pero empieza la reconversión productiva y empiezan a darse otras posibilidades positivas, que han permitido encontrar mejores usos de la tierra”.
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