Internacional
Zelaya es parte del pasado, dice el virtual presidente
La comunidad iberoamericana reunida en Portugal se mostró dividida sobre la legitimidad de las elecciones hondureñas
“Zelaya ya..., ya estuvo”, dijo Lobo al considerar que el presidente depuesto ya forma parte del pasado y recordar que aceptó con su firma del Acuerdo de Tegucigalpa-San José que el Congreso determine su futuro el próximo miércoles.
El virtual presidente hondureño, que debe asumir el poder a partir del 27 de enero, manifestó que ahora va a “buscar una relación muy cordial y muy fraterna con todas las naciones”, a las que pedirá que “vean la realidad” de la situación hondureña.
También pidió a la comunidad internacional que vea la “realidad” de su país y no siga “castigando” a su pueblo, al subrayar que los comicios “no tienen nada que ver” con el golpe de Estado del 28 de junio contra Zelaya, quien desde el 21 de septiembre permanece en la embajada de Brasil en Tegucigalpa.
Agregó que la comunidad internacional debe ver el proceso de las elecciones que se celebraron en Honduras y no seguir “castigando a un pueblo que ha ido a las urnas, a un pueblo que tiene un proceso cada cuatro años”.
Zelaya indicó a Radio Globo que aunque le quieran humillar quienes le dieron el golpe de Estado no piensa rendirse. “No me rindo aunque me tengan amenazado, aunque me quieran humillar, porque estoy defendiendo una causa (...), es la causa del pueblo de Honduras”.
Según el segundo informe oficial del Tribunal Supremo Electoral (TSE) Lobo mantiene una ventaja de 16.62 puntos sobre el oficialista Elvin Santos, cuando se ha escrutado 66.31% de las urnas.
Lobo, del Partido Nacional, alcanza 53% de los votos escrutados, frente a 36% de Santos, del Partido Liberal, según datos divulgados por el TSE.
Lobo reiteró hoy que lo antes posible comenzará a reunirse con representantes de todos los sectores para abrir un gran diálogo, lo que fue rechazado por el Frente Nacional de Resistencia contra el golpe de Estado, que exige la restitución de Zelaya en su puesto.
En Portugal, la primera sesión plenaria de la Cumbre Iberoamericana se cerró con una agenda oficial centrada en la economía y una agenda paralela en la que los 22 líderes del foro regional fueron incapaces de consensuar una resolución conjunta sobre la crisis hondureña.
Efectos de la elección hondureña en la región
¿Qué está en juego?
La voluntad de Washington de aceptar la victoria de Porfirio Lobo podría confirmar sospechas de que la política de Estados Unidos bajo el mandato del presidente Barack Obama ha cambiado poco en una región donde hay una historia de respaldo a los gobiernos derechistas. Esto podría tensar los lazos de Estados Unidos con la moderada potencia regional Brasil e impulsar una idea de victoria para el presidente venezolano socialista Hugo Chávez.
¿La disputa en Honduras profundizara la división entre la derecha y la izquierda en la región?
Los líderes izquierdistas como Chávez y el presidente boliviano, Evo Morales, probablemente señalarán el apoyo de Washington a Lobo como evidencia de que la potencia “imperial” todavía es propensa a ejercer control político sobre la región. El desacuerdo regional sobre Honduras ocurre en un momento particularmente tenso en las relaciones entre Colombia —aliada de Estados Unidos— y Venezuela.
¿Cómo queda Obama con relación a Latinoamérica?
El reconocimiento de la Casa Blanca a la victoria de Lobo podría señalar el final de una relativa buena relación entre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y buena parte de la región, al menos en lo que respecta a los gobiernos de izquierda.
La crisis hondureña ha sido vista como la primera prueba a su promesa de pasar la página en las relaciones con Latinoamérica, luego de que su elección hace poco menos de un año creó optimismo acerca de una reducción de la brecha ideológica entre Estados Unidos y el resto del continente.
¿Podría ser Tegucigalpa un obstáculo para que Brasilia y Washington trabajen juntos en otros temas?
Un enfriamiento de las relaciones sería un retroceso tanto para Washington como para Brasilia, que mantiene relaciones amistosas tanto con gobiernos de izquierda como con la Casa Blanca y que es un importante jugador global. Aunque Lula condenó la elección, Centroamérica no es una de las áreas de influencia tradicionales de Brasil.
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