Internacional

Tren parlamentario

Bifurcación en el arrancadero

En los linderos de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión han confluido ayer los aires apasionados de dos procesos electorales que en puerta están: el de Arizona, que motivó la aparición de la Ley SB 1070 y que acaba de contra atacar Barack Obama,  y el de la sucesión mexicana de 2012, en cuyos estribos se ha aupado sin duda la vileza.

Un pronunciamiento marcado por la oportunidad política insuflaba ayer, en el Pleno de la Permanente, un consenso  a mitad de la todavía caliente confrontación entre los partidos políticos.

Todas las fuerzas políticas representadas en el Congreso emitieron su reconocimiento y felicitaciones por la posición de congruencia —así la tildaron— que ha demostrado el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, al haber interpuesto un recurso de inconstitucionalidad y una moción  —ante una Corte Federal en Arizona— para impedir la entrada en vigor el 29 de julio de la Ley SB1070,  que el Congreso de ese Estado de la Unión Americana forjó hace no más de dos meses con la clara dedicatoria de   partirles el eje a los inmigrantes, la mayoría de origen mexicano.

El Congreso mexicano en su pronunciamiento: “Reconocemos esta decisión del Presidente de los Estados Unidos y celebramos que la misma se haya sumado a las acciones ya presentadas en contra de esta ley, incluidas las presentadas por organizaciones civiles y la que el gobierno de México presentó ante una Corte Federal en Arizona, bajo la figura de ‘amigo de la Corte’, en la que se ratificó de manera formal el rechazo a la Ley SB1070”.

Y remachaba: “Nuestro país tiene el deber de proteger a sus nacionales y asegurar que el origen étnico no sea utilizado como criterio para cometer actos discriminatorios. Por ello nos congratulamos de la decisión tomada por el gobierno del presidente norteamericano”.

Pero el pronunciamiento motivó argumentaciones distintas. Verbigracia: mientras que para Acción Nacional el Gobierno de Felipe Calderón todo lo que tenía que hacer ya lo hizo, en la defensa de los inmigrantes mexicanos, para senadores como el petista Ricardo Monreal  ha sido una defensa, la del Presidente mexicano, “tibia, mediocre”, y lejos de ser una “actitud firme, digna, solidaria con todos aquellos que se encuentran en aquel país y que fueron prácticamente expulsados del nuestro por la falta de oportunidades y de empleo”.

Y entonces el zacatecano se congratulaba de la actitud de Obama; y decía también: “Me atrevo a decir que el día 29 se va a suspender la vigencia de esta ley (la SB1070), que rebasa en mucho la competencia de su propia entidad”.

Emma Larios, senadora del PAN,  interpretaba justamente en contrario al petista. Que el gobierno mexicano, decía, ha adoptado una posición firme, de protección a los connacionales. Y también tildaba de congruente a Obama, al que era importante extenderle –a través del pronunciamiento del Congreso- un reconocimiento y felicitación por su sensibilidad y sentido de cumplimiento de sus promesas de campaña.

Por el PRI, el senador Renán Zoreda. “Esta medida del presidente Obama”, decía el priista, “representa un acto de responsabilidad con el que debemos solidarizarnos, porque junto con su decisión de trabajar por una reforma migratoria, como se anunció la semana pasada, significa que hay un auténtico compromiso por que prevalezca el respeto a los derechos humanos y se alienten las soluciones de largo plazo”.

Por esa vía, prácticamente, se iban los demás partidos. La senadora Rosalinda Hernández, del PRD, decía que la decisión de Obama “constituye sin duda una muestra de congruencia y liderazgo y un respaldo fundamental que fortalecerá de manera definitiva a las otras siete demandas legales que ya se habían presentado por diversos actores y sectores en contra de la entrada en vigor de la SB1070”. Una ley, coincidieron todos en ello, que no tiene más propósito que servir de vehículo electoral para el Partido Republicano.

Claro que llamó la atención  el consenso en torno del Presidente de los Estados Unidos en el Congreso mexicano. Inédito, diríase, incluso en medio de una relación bilateral sellada por la discordia.

Rezumaba ayer la vida del Congreso el otro proceso electoral, el mexicano, el de 2012.
Ayer, la administración de Felipe Calderón, a través de su alfil en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas, ha puesto como peón suyo a un sujeto que responde al nombre de “Mony de Swaan” en la titularidad de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel).

De Swaan lo menos que se ha escuchado de él en los territorios del Congreso, este miércoles, es que “no saca un perro de una milpa”. Y fue  impuesto allí, en la Cofetel, para servir de marioneta de Calderón, vía Molinar. ¿El propósito? Agarrar a las televisoras y a las radiodifusoras del país de donde más les duele: las concesiones, para desde ahí dar vueltas de tuerca a las de por sí almas retorcidas de las televisoras, particularmente Televisa y TV Azteca, que han sido tan útiles para Calderón en los tiempos electorales.

Manlio Fabio Beltrones reaccionó, grito. Y contraatacó el madruguete presidencial: “Es la manera más grotesca y grosera de poder imponer a un miembro en la Cofetel, que de principio n cumple con los requisitos. Más allá de ser un aliado del secretario de Comunicaciones en turno, es haber lastimado de manera definitiva y casi mortal a la Cofetel como un órgano autónomo”.

Desde el Congreso, muy temprano, el golpe de timón de Calderón en Cofetel se había visto como el intento de madruguete, en lo que ya, desde el domingo reciente, se ha comenzado a ver como el inicio de las hostilidades hacia la sucesión de 2012.  “Es la imposición por parte del Ejecutivo”, siguió Beltrones, “de sus deseos para que este órgano regulador, que debería ser del Estado mexicano, se convierta en un órgano de control político del Gobierno en turno. Es lamentable la decisión”.

El senador priista, quien con la golpiza que ha sufrido en Oaxaca y Puebla el gobernador Enrique Peña Nieto, se le ha comenzado a mirar sin ambages como el otro firme aspirante presidencial del PRI,  lanzaba el aviso con olor a amago: se legislaría pronto para cambiar las reglas del juego en Cofetel.

Bien claro se escuchó el trueno en el Congreso. El mismo Andrés Manuel López Obrador se destapaba ya. Sí va para el 2012, desde el PT o Convergencia. Fue este miércoles la bifurcación de varios méxicos justo en el arrancadero.
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