Internacional
Toneladas de ayuda que no fluyen
Después del 12 de enero, el mundo comenzó a recolectar ayuda humanitaria
PUERTO PRÍNCIPE, HAITÍ.- Después del 12 de enero, el mundo comenzó a recolectar ayuda humanitaria. Sabían que en un país como Haití un sismo de 7.3 grados en la escala Richter era demasiado.
Como en Francia, Estados Unidos o Italia, en México se abrieron centros de acopio. La Cruz Roja en todos los estados, el DIF, organizaciones religiosas, e incluso la comunidad haitiana en México, comenzaron a recibir apoyo.
Tan sólo la Cruz Roja Guadalajara logró recolectar más de 800 toneladas.
Lo extraño del asunto es que en televisión se veía a los haitianos desesperados por la falta de alimentos y agua.
En Guadalajara los haitianos se preguntaban: “¿Dónde está la ayuda? No se está entregando”, decía a manera de reclamo Reginald Harley, quien por fortuna no perdió a ningún familiar a consecuencia del sismo.
El propio cónsul honorario de la isla en Guadalajara, Enrique Guillermo Watanabe, pedía que la ayuda fuera monetaria y se hiciera en las cuentas que se estaban difundiendo en todos los medios de comunicación, “los alimentos estaban tardando en llegar”.
En el mercado negro ya hay personas que se dedican a la venta de arroz. Para evitar tal situación, organizaciones internacionales implementaron un sistema en el cual los soldados entregan 25 kilos de arroz a las mujeres a cambio de tarjetas de racionamiento, pero el sistema sigue fallando. “Sabemos que están usando las tarjetas, pero no sabemos cómo obtenerlas. Tendremos que hacerlas nosotros mismos, dice el líder comunitario Losin Fritz.
Como en Francia, Estados Unidos o Italia, en México se abrieron centros de acopio. La Cruz Roja en todos los estados, el DIF, organizaciones religiosas, e incluso la comunidad haitiana en México, comenzaron a recibir apoyo.
Tan sólo la Cruz Roja Guadalajara logró recolectar más de 800 toneladas.
Lo extraño del asunto es que en televisión se veía a los haitianos desesperados por la falta de alimentos y agua.
En Guadalajara los haitianos se preguntaban: “¿Dónde está la ayuda? No se está entregando”, decía a manera de reclamo Reginald Harley, quien por fortuna no perdió a ningún familiar a consecuencia del sismo.
El propio cónsul honorario de la isla en Guadalajara, Enrique Guillermo Watanabe, pedía que la ayuda fuera monetaria y se hiciera en las cuentas que se estaban difundiendo en todos los medios de comunicación, “los alimentos estaban tardando en llegar”.
En el mercado negro ya hay personas que se dedican a la venta de arroz. Para evitar tal situación, organizaciones internacionales implementaron un sistema en el cual los soldados entregan 25 kilos de arroz a las mujeres a cambio de tarjetas de racionamiento, pero el sistema sigue fallando. “Sabemos que están usando las tarjetas, pero no sabemos cómo obtenerlas. Tendremos que hacerlas nosotros mismos, dice el líder comunitario Losin Fritz.
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