Internacional

Tailandia celebra el cumpleaños 88 del Rey Bhumibol

Desde temprana hora se organizaron marchas militares, fanfarrias y festividades nocturnas para rendir pleitesía al monarca

BANGKOK, TAILANDIA (05/DIC/2015).- Tailandia celebró hoy el 88 cumpleaños del Rey Bhumibol, que para muchos de sus súbditos tiene naturaleza divina y que con 69 años en el trono es el jefe de Estado que lleva más tiempo en el cargo.

Marchas militares, fanfarrias callejeras y vigilias nocturnas fueron convocadas para rendir pleitesía al monarca, que tras Juan II de Liechtenstein, que reinó de 1858 a 1919, también es el segundo más longevo de la historia.

Miles de personas vestidas con una camiseta en cuyo dorso se lee "Larga vida al Rey" inundaron desde primera hora de la mañana las principales arterias de Bangkok donde, pese a una lluvia intermitente, la asistencia de los actos fue masiva.

En la parte frontal de la camiseta, de color amarillo, el de la monarquía tailandesa, figuraba el lema "Pedaleando con Papá", en alusión al carácter paternal e inagotable con que la propaganda oficial ha dotado al soberano.

Aparte de lo largo de su reinado, el Rey Bhumibol -entronizado en 1946 como el noveno monarca dinastía Chakry con el nombre de Rama IX-, cuenta con una retahíla de récords que esa misma propaganda oficial se ha encargado de propagar desde hace casi siete décadas.

Único rey nacido en Estados Unidos, de donde su familia tuvo que regresar al quedar vacante la Corona, Bhumibol fue considerado en 2011 por revista Forbes el monarca más rico del mundo, con una fortuna estimada entonces en 30 mil millones dólares.

Ha escrito libros, ha ganado medallas deportivas, ha pintado decenas de cuadros, ha expuesto cientos de fotografías, ha diseñado prototipos de barcos y se le han atribuido diversos inventos, entre otros uno para propiciar la lluvia.

Y ha estrenado en Broadway, donde en 1950 presentó su obra "PeepShow", a la que el productor estadounidense Mike Todd puso el título de "Blue Night" y que incluye algunas de sus más de 80 composiciones de jazz, música a la que es muy aficionado.

Esa versatilidad, de la que los medios locales se han hecho eco de manera puntual, ha llevado a buena parte de los tailandeses a creer que su rey -que permanece hospitalizado desde el pasado mayo debido a su precario estado de salud-, es una encarnación divina.

La creencia popular le ha convertido en un avatar de Vishnú y Shiva, que junto a Brahma forman la trinidad de dioses de la que emanan el resto de divinidades de la mitología hindú, que tiene una notable influencia en el budismo local.

"Creo que es un ser humano", declaró a Efe, tras dudar unos instantes, el profesor Tongthong Chandransu, que ejerce en la Universidad Chulalongkorn y experto en la Casa Real tailandesa.

"Lo que si puedo decir es que su obra se puede comparar a la de los dioses", agregó el académico.

Tongthong apuntó que "lo seguro es que se le recordará como uno de los grandes reyes de la historia de este país, de más de mil años".

El profesor consideró "injusto" que a Bhumibol se "le trate de mezclar en asuntos políticos", en particular por la relación, nunca del todo esclarecida, que une al monarca con el Ejército, que durante su reinado ha dado una veintena de golpes de Estado.

Todas las asonadas derribaron gobiernos civiles y ninguna puso en cuestión el Trono.

"Bhumibol es el rey de todos los tailandeses, lo que incluye al Ejercito, pero también al resto del pueblo", aseveró Tongthong.

La particular relación entre Bhumibol y las Fuerzas Armadas se puso de nuevo de manifiesto durante la última de esas asonadas castrenses, registrada en 2014 y que descabalgó al Gobierno civil de la familia Shinawatra.

Como en las anteriores ocasiones, Bhumibol legitimó la junta militar que gobierna desde entonces el país, donde en el último año se han multiplicado las denuncias de lesa majestad, una severa ley que blinda a la Casa Real de todo tipo de acusaciones.

En una de las últimas operaciones policiales que invocaron esa ley fueron detenidas en octubre tres personas a las que se culpó de haber utilizado sus presuntas conexiones con la Casa Real sacar beneficio económico.

Dos de ellas, Suriyan Sujaritpowong y Prakom Warumprapa, murieron semanas después en dependencias militares; según la versión oficial, el primero falleció de una infección en la sangre y el segundo se suicidó.
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