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Sudáfrica celebra los 20 años de libertad de su héroe antiapartheid

Mandela salió de prisión el 11 de febrero de 1990 y cuatro años después se convirtió en el primer presidente negro de su país

Sudáfrica celebra los 20 años de libertad de su héroe antiapartheid
CIUDAD DEL CABO,  SUDÁFRICA.- Sudáfrica celebró el jueves el 20o.  aniversario de la liberación del héroe de la lucha antiapartheid Nelson Mandela  tras 27 años de reclusión y en su presencia, ante el parlamento, el presidente  Jacob Zuma expresó su deseo de que la "Copa Mundial de fútbol 2010 sea un  enorme éxito en su honor".

El primer presidente negro de Sudáfrica "desempeñó un papel central para  ayudar al país a obtener los derechos para hacer este importante  acontecimiento" en junio, declaró Zuma en un discurso a la Nación, en presencia  de su ilustre predecesor.

"Para esto, debemos hacer que la Copa Mundial sea un enorme éxito en su honor", añadió.

Nelson Mandela, de 91 años, escuchó el discurso desde la tribuna del  Parlamento, al que honró con una de sus escasas apariciones públicas.

La Asamblea explotó en cánticos a la llegada de "Tata", el "Abuelo" de la  Nación, y cantó "Mandela, no hay nadie como tú".

El primer presidente de Sudáfrica, de 91 años, estaba acompañado por su  tercera esposa Graça Machel.

Ingresó por una puerta oculta, protegida como siempre de las miradas a  causa de la salud declinante. La televisión lo mostró cuando ya estaba sentado  en las tribunas de la sala plenaria.

Mandela, liberado el 11 de febrero de 1990, se convirtió en 1994 en el  primer presidente negro de Sudáfrica, cargo en el que permanecería hasta el fin  de su mandato en 1999.

El ex presidente Mandela fue liberado hace 20 años de las cárceles del  apartheid, en lo que fue considerado primer signo tangible del fin de un  agonizante régimen de segregación racial.

También fueron invitados al parlamento el último presidente del apartheid,  Frederik W. De Klerk, con el que Mandela negoció la transición pacífica hacia  la democracia, el primer presidente de Zambia independiente, Kenneth Kaunda y  veteranos de la lucha contra el apartheid.

Dieciocho meses antes de su liberación, cuando ya se habían establecido  contactos secretos entre el preso político más famoso del mundo y un gobierno  que perdía el control de la situación, Mandela fue trasladado al centro  correccional Victor Verster, donde se le asignó una confortable residencia.

El dirigente, nacido el 18 de julio de 1918, acababa de pasar 18 de sus 27 años de detención en la prisión de alta seguridad de Robben Island, una isla  barrida por los vientos frente a Ciudad del Cabo.

"Muchas personas, en su caso, habrían buscado la venganza y (se habrían  implicado) en un racismo al revés", comentó el jueves en Ginebra la Alta  Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay. "En cambio,  eligió la vía del perdón y de la democracia", añadió.

Ante las puertas del centro Victor Verster, que este jueves adquirió el  estatuto de monumento histórico, políticos y veteranos de la lucha  antiapartheid se congregaron cerca de una estatua que representa a Mandela  dando sus primeros pasos de hombre libre, con el puño en alto en señal de  victoria.

Sin embargo, 16 años después de las primeras elecciones multirraciales que  llevaron a Mandela al poder, 43 por ciento de los 48 millones de sudafricanos viven aún  con menos de dos dólares por día.

Pero c. Las leyes segregacionistas fueron  abolidas, la democracia se afianzó y el país adoptó una de las constituciones  más liberales del mundo.

El partido de Mandela, el Congreso Nacional Africano (ANC), ganó fácilmente  todas las elecciones desde 1994. El antiguo movimiento rebelde aboga ahora por  la reconciliación, y pese a estar históricamente anclado en la izquierda, trató  siempre de tranquilizar a los medios económicos y de negocios.

Esta estrategia permitió asegurar hasta el año pasado un fuerte crecimiento  que convirtió a Sudáfrica en el gigante económico del continente y le permitió  financiar ayudas sociales para más de 13 millones de personas.

Aunque el gobierno mejoró el acceso al agua y la electricidad, queda aún  mucho por hacer en los enormes barrios marginales donde 1,1 millones de  familias siguen viviendo en precarias viviendas de fortuna.

En suma, los excluidos por el antiguo régimen no han visto mejorar mucho su  situación, debido especialmente al desempleo, que afecta a la mitad de la  población activa del país, consecuencia directa de un insuficiente sistema  educativo.

Resultado: el ingreso mensual promedio de los negros aumentó un 37,3 por ciento desde 1994, pero el de los blancos se disparó un 83,5 por ciento.
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