Internacional

Se agudiza la violencia étnica en Kirguistán

Los enfrentamientos han provocado 124 muertes y más de 60 mil personas que huyen a Uzbekistán

Se agudiza la violencia étnica en Kirguistán
OSH, KIRGUISTÁN (14/JUN/2010).- La violencia étnica se intensifica al sur de Kirguistán, en el cuarto día de enfrentamientos armados  entre kirguisos y uzbekos que ya causaron al menos 117 muertos y obligaron a  huir a más de 60 mil personas a Uzbekistán.

En Osh, segunda ciudad del país, donde habían estallado en la noche del  jueves los enfrentamientos entre kirguisos y miembros de la minoría uzbeka,  resonaban los disparos.

Los cuerpos calcinados que yacían en las calles, junto a vehículos y casas  quemadas, daban cuenta de la violencia de los combates de los últimos días, constató un periodista de la Agencia Francesa de Prensa (AFP).  

El balance podría ser muy superior a los 124 muertos y más de mil 600 heridos  anunciados el lunes por el ministerio kirguiso de Salud, en su más reciente  balance.

Pese a haber movilizado al ejército, instaurado el estado de emergencia y  un toque de queda y haber dado la orden a sus fuerzas de disparar a discreción,  el gobierno interino de Kirguistán admitió que le está costando retomar el  control en el sur de esta ex república soviética de Asia Central.

"Sigue habiendo lugares con enfrentamientos y de momento no logramos  localizarlos. Surgen grupos armados en un lugar y luego en otro, no disponemos  de suficientes fuerzas", declaró a los periodistas Temir Sariyev, jefe adjunto  del gobierno provisional.

Añadió que los enfrentamientos proseguían en las regiones de Osh y de Yalal Abad.

Por temor a la violencia étnica, decenas de miles de refugiados huyeron en  los últimos días a Uzbekistán.

Unos 60 mil refugiados ya fueron registrados en la región uzbeka de  Andijan, fronteriza con Kirguistán, una cifra que no contabiliza a miles de  niños, afirmó el lunes por teléfono a la Agencia Francesa de Prensa, Izzat Ibraguimov, jefe adjunto del  ministerio de Situaciones de Emergencia en esa región, dando a entender que  podrían ser 100 mil los refugiados en el este del país.

Los desplazados afirman por su parte que el número de víctimas es mucho más  elevado que el anunciado por el gobierno.

"En toda la carretera hacia la frontera, por todas partes había cuerpos de  mujeres quemadas y nos disparaban desde tanques", dice Marhabo, una  anciana instalada en un campo de dos mil 500 refugiados en el distrito de Joyaobod.

Se instalaron cocinas y tiendas de campaña en numerosos distritos uzbekos  en la frontera kirguisa para acoger a las poblaciones desplazadas, constató un  periodista de la AFP, único medio occidental acreditado en Uzbekistán.

La comunidad internacional empezaba por su parte a movilizarse para  encontrar un medio de recobrar la paz y de entregar ayuda humanitaria. La Alta  Representante de política exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton, dijo  estar "muy inquieta" y anunció que enviará a su emisario en Asia Central.  

Por otra parte, según las agencias rusas, la Organización del Tratado de  Seguridad Colectiva (ODKB), alianza militar de países de la ex Unión Soviética  del que es miembro Kirguistán, estudiará el envío de una fuerza de reacción  rápida.

Kirguistán, país pobre pero estratégico, acoge a una base militar rusa y  una base aérea estadounidense. Esta última es crucial para el suministro de las  tropas estadounidenses en Afganistán.

Estos enfrentamientos son los peores episodios de violencia registrados  desde la revuelta de abril (87 muertos) que derrocó al presidente Kurmanbek  Bakiyev y llevó al poder al gobierno interino actual, que tiene previsto  celebrar un referéndum sobre una nueva Constitución el 27 de junio.

Históricamente, las relaciones entre la minoría uzbeka, que supone entre el 15 y el 20% de la población kirguisa, y los kirguisos son tensas, en particular  por motivos económicos. Poderosos grupos mafiosos también son activos en la  región.
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