Internacional

Reconstruir Haití llevará una década

En Naciones Unidas estiman que habrá que alimentar por un año a dos millones de haitianos que se quedaron sin nada

MONTREAL, CANADÁ.- La Conferencia de Montreal sentó ayer las bases para construir “un nuevo Haití” tras el claro reconocimiento de que todo ha cambiado en la isla caribeña a consecuencia del terremoto, y que necesitará al menos 10 años para recuperarse.

El Gobierno haitiano adelantó que pedirá a la comunidad internacional unos tres mil  millones de dólares para reconstruir el país, de los que dos mil millones se destinarían a la construcción de viviendas para las más de 200 mil personas que han quedado sin hogar, y el resto a la recuperación de infraestructuras de instituciones gubernamentales.

El primer ministro de Haití, Jean-Max Bellerive, fue el primero en reconocer que su país nunca más volverá a ser el mismo tras el terremoto que lo asoló el pasado día 12. Pero será para mejor.

El primer ministro canadiense, Stephen Harper, fue quien transformó este sueño de un futuro mejor para Haití en una cifra y, con ello, en una dura realidad: la reconstrucción de la nación más pobre de América requerirá al menos 10 años de esfuerzo sostenido.

Bellerive prefirió hablar de cinco años, pero los ministros de Asuntos Exteriores reunidos en Montreal tienen claro que eso no será suficiente y han destacado en la declaración que “un compromiso inicial de 10 años es esencial”.

Si bien la reunión no se saldó con nuevos compromisos económicos, sí abrió una ventana para recaudar fondos en marzo, cuando se celebrará en Nueva York una conferencia internacional de donantes.

La conferencia de Montreal sí arrojó un claro compromiso político por parte de los representantes y ministros de Asuntos Exteriores de Haití y de los países del Grupo de Amigos de Haití (Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Costa Rica, Francia, México, Perú, EU y Uruguay), así como de República Dominicana, España, la Unión Europea y Japón, y por parte de responsables de organismos como la OEA, el Banco Mundial, el FMI, el BID, Caricom y la ONU.

Es el compromiso de perseguir tres objetivos a largo plazo para la reconstrucción de Haití: fortalecer las instituciones democráticas, fomentar el desarrollo económico y social sostenible y promover la estabilidad y el respeto por el Estado de derecho. Todo ello, respetando el liderazgo y la soberanía de Haití.

Tanto el ministro de Exteriores de Canadá, Lawrence Cannon, como la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, insistieron en que las autoridades haitianas serán las que decidan sobre el futuro del país.

“Haití es quien está al mando”, dijo Clinton, mientras que su homólogo canadiense añadió que “el Gobierno haitiano es quien va a decidir”.

Alimentos por un año


El Programa Mundial de Alimentos estima que deberá brindar alimentación a unos dos millones de haitianos al menos por un año, el doble de tiempo de lo que había previsto, dijo en Nueva York su directora ejecutiva, Josette Sheeran.

La responsable de esa agencia humanitaria de la ONU explicó que la situación en el país caribeño, del que acaba de regresar, es “peor” de lo que pensaban.

“Necesitaremos alimentar a la población por más tiempo y con más cantidad de comida de lo que creíamos. La situación es desalentadora”.

Al día

El rescate 134


Gueraland Gay, una joven de 14 años de edad, fue rescatada ayer por su padre y vecinos, quienes continúan buscando sobrevivientes entre los escombros en la colonia Delma 11, al este de Puerto Príncipe.

El presidente de Haití, René Preval, llamó al mundo a brindar unas 200 mil tiendas de campaña para proteger a las familias que el sismo dejó sin  hogar, antes de que lleguen las lluvias.

Los mayores problemas de salubridad en Haití son el cúmulo de basura y la contaminación del agua potable, advirtió la directora de la Organización Panamericana de la Salud, Mirta Roses.

La seguridad se deteriora por el hambre que pasan los desesperados haitianos, al grado que ayer la Policía de Puerto Príncipe disparó a dos personas en la cabeza, mientras hurgaban entre los escombros.

CRÓNICA

Guadalajara cuenta su historia

Los cuatro días que Alhy Daniel Núñez Quiroz estuvo en Haití fueron únicos y enriquecedores, según cuenta. Este tapatío, miembro de la Cruz Roja que partió de Guadalajara hacia Puerto Príncipe para labores auxilio, salía generalmente a las nueve de la mañana para la misión que fue asignado: llevar insumos al hospital La Paz.

Siempre eran acompañados por los cascos azules (soldados de la ONU), quienes los resguardaban para una eventual agresión. Aclara que nunca fueron agredidos.

Afirma que todos tenían la orden de regresar a las cinco de la tarde, pues a las seis oscurecía y los cascos azules de la ONU no querían exponerlos a la violencia de Haití.
 “A veces tú querías hacer más, pero sí Naciones Unidas no te daba ‘luz verde’ no podías hacerlo, llegaban momentos de cierta frustración en que estabas dispuesto a dar ese 100%, ibas preparado mentalmente para dar todo pero no se podía. Sin embargo sabíamos que las Naciones Unidas lo hacían por nuestra seguridad, ellos han estado ahí desde hace mucho”.

La comida fue otro imprevisto. Acostumbrado a catástrofes en las que al tercer día la gente les comienza a ofrecer comida y hospedaje, Alhy y sus compañeros llevaron ración para unos tres días. “Nos dimos cuenta que esto era diferente, así que compartimos lo que llevábamos de tal manera que nadie se quedara sin comida y la racionábamos”.

Alhy y el equipo que salió de Guadalajara fueron avisados que viajaban a la isla el miércoles 13, un día después de la tragedia. Horas después ya estaban en la Ciudad de México.

La situación se complicó para el equipo de análisis de riesgo al momento de querer partir hacia Haití, pues Estados Unidos, que controla el tráfico aéreo, da prioridad a sus aeronaves.

El jueves 14 llegaron a Cozumel y les sugirieron cortarse el cabello antes de partir,  —allá hace mucho calor—, les advirtieron. Cuando los estadounidenses les dieron luz verde, partieron hacia la isla.

En Puerto Príncipe, se instalaron en el campamento ubicado en el Aeropuerto Internacional, ahí ya los esperaban sus compañeros del equipo de rescate en estructuras colapsadas, que viajó antes.

En el hospital La Paz vio a cientos de lesionados, carpas improvisadas con sábanas y personas mutiladas de pies y manos. “Era tal la cantidad de personas que estaban heridas, que el patio y el estacionamiento del hospital eran como las áreas de recuperación”.

Los niños llorando o con hambre aparecían por doquier. “La situación era muy difícil  para nosotros que la estábamos viendo, ahora imagina cómo sería para ellos que la estaban viviendo con carne propia”.

El hospital de 100 metros cuadrados estaba atiborrado, los árboles funcionaban como camas de hospital en donde los heridos se cuidaban del Sol.

En la calle, cuenta Alhy, la situación era similar, la gente dormía en la calle porque temían que algunas construcciones pudieran caerles de nuevo.

“También me tocó ver cosas positivas”, dice soltando una breve sonrisa.
Cuenta que en el Aeropuerto Internacional un joven haitiano le entregó una carta. “Al saber que veníamos de Guadalajara nos pidió que le entregáramos una carta a su hermano donde le decía que estaban bien. Afortunadamente esa misión fue cumplida. Eso nos llenó de mucha satisfacción, después de todo ese desastre, de esa catástrofe, hay historias con finales no tan desoladores. No se puede decir que felices, pero al menos la familia de él se encontraba con bien”.

También cuenta la historia de Tony, un joven haitiano que perdió a los nueve miembros de su familia y que se acercó al aeropuerto para cargar la ayuda humanitaria que llegaba de todos los países. “Aunque estaba pasando por una situación difícil se puso a trabajar por su país, por su gente, esas también son cosas que se te quedan muy grabadas”. (Sergio Cázares)


Ayuda de tapatíos


17 tráileres han sido enviados desde Guadalajara hacia Haití con ayuda humanitaria que partió en los buques Huasteco y Papaloapan
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10 tráileres o más esperan ser enviados, pues todavía hay casi 400 toneladas de ayuda en especie en las instalaciones de la Cruz Roja tapatía.

710 voluntarios llegaron a acercarse a la Cruz Roja Guadalajara para clasificar los víveres.

800 toneladas en total podrían ser enviadas a Haití sólo desde la Perla Tapatía.

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