Internacional

Rafael Correa, sano y a salvo tras asonada

El mandatario fue retenido por policías en un hospital de la corporación como represalia por una ley que deroga privilegios

Rafael Correa, sano y a salvo tras asonada
QUITO, ECUADOR (01/OCT/2010).- El rescate anoche del presidente Rafael Correa puso fin a una tensa jornada en Ecuador, donde millones de personas siguieron con incertidumbre la retención del mandatario por parte de un grupo de policías sublevados.

El conflicto inició poco antes del mediodía, cuando Correa acudió a las instalaciones de la Policía Nacional para dialogar con los inconformes sobre una polémica ley, aprobada el miércoles por la noche por el Congreso, que eliminaría diversos privilegios a esa corporación.

El ambiente subió de tono cuando los uniformados abuchearon al mandatario y éste los retó desde un balcón a asesinarlo, si eso era lo que querían. Incluso se abrió la camisa para que los sublevados vieran que no tenía un chaleco blindado. Minutos después Correa fue atacado con gases lacrimógenos cuando se retiraba del inmueble.

A partir de entonces permaneció retenido en el hospital de la Policía, donde recibió atención médica, pero no le fue permitido salir, aunque sí realizar llamadas telefónicas para hablar con su gabinete, con otros presidentes y con la televisión nacional.

El mandatario denunció que un sector de la Policía lo mantenía secuestrado y acusó a los comandantes policiales de tratar de dar un golpe de Estado, al tiempo que señaló al ex presidente Lucio Gutiérrez —su acérrimo enemigo— de estar detrás de la sublevación.

Gutiérrez, poco después, en declaraciones a CNN negó las imputaciones del jefe del Estado.

La retención de Correa generó condenas enérgicas y unánimes entre la comunidad internacional, desde países sudamericanos hasta organismos internacionales como las Naciones Unidas (ONU), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Organización de Estados Americanos (OEA).

México fue uno de los primeros países que expresó su apoyo al mandatario, incluso el Presidente Felipe Calderón se comunicó telefónicamente con su colega.

De inmediato la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), de la que Correa es presidente pro-tempore, convocó a una reunión extraordinaria en Buenos Aires y crecieron los temores de que se repitiera lo ocurrido en Honduras en 2009, donde Manuel Zelaya nunca pudo retomar el poder luego del golpe de Estado.

Inicia operación rescate


Entrada la tarde comenzó a prepararse un operativo para rescatar al presidente, mientras se producían intentos de diálogo con los líderes policiales insubordinados, a los que Correa advirtió que sólo negociaría cuando lo pusieran en libertad.

En tanto, miles de personas salieron a las calles en las principales ciudades del país para expresar su respaldo al mandatario, e incluso un contingente se acercó al hospital donde permanecía Correa, pero la Policía lo dispersó con gases y causó varios heridos.

Ya en la noche la tensión se incrementó cuando la televisión nacional Ecuador TV fue atacada y sacada del aire durante media hora. Además, los saqueos se multiplicaron y la violencia comenzó a aparecer.

Cerca de la medianoche el Ejército y el Grupo de Operaciones Especiales de la Policía rodearon el hospital donde se encontraba retenido Correa, iniciaron un tiroteo y penetraron en el inmueble para sacar al mandatario en una camioneta.

El operativo, que fue transmitido en vivo por la televisión nacional, y la señal captada en casi todo el mundo, causó un número indeterminado de heridos en ambos bandos, pero hasta pasada la medianoche no se reportaban decesos.

Minutos después Correa llegó triunfante al palacio presidencial de Carondelet, donde lo esperaban miles de seguidores y a quienes agradeció su respaldo, al igual que a los mandatarios extranjeros que estuvieron pendientes de la crisis.

En un discurso con voz enérgica, Correa lamentó los hechos y se preguntó “cómo pueden llamarse policías quienes actuaron así”, al tiempo que reiteró su acusación contra Lucio Gutiérrez de estar detrás de la rebelión policial. Agencias

TELÓN DE FONDO

Medio siglo de inestabilidad política


Parecía que después de tres años de conducción presidencial sólida y un clima de paz propicio para emprender reformas profundas al Estado ecuatoriano, la pequeña república andina había, por fin, caminado hacia la gobernabilidad y la consolidación institucional.

La historia de las presidencias suspendidas, ya sea por movilizaciones militares, sociales o indígenas, parecía un asunto olvidado en el pasado. Sin embargo, los acontecimientos registrados en Quito son sinónimos directos de una historia de serios desequilibrios políticos que se han extendido por más de medio siglo.

En 1963, el presidente Carlos Julio Arosemena fue derrocado por la milicia que instauró un Gobierno de Junta Militar que Washington, por temores relacionados a la tendencia pro-comunista del mandatario destituido, se aceleró a reconocer la legitimidad del nuevo régimen.

En 1976, las dictaduras militares dominaban el paisaje político latinoamericano: Argentina con el cruel autoritarismo de la Junta Militar de Jorge Rafael Videla, Orlando Agosti y Emilio Massera; Uruguay al mando del longevo dictador Juan María Bordaberry; la instauración tras un golpe de Estado de Augusto Pinochet en Chile y la dictadura del Partido Colorado, en Paraguay.

Ecuador no podría estar ajeno a esta tendencia. En 1976, toma el poder un triunvirato militar que derroca a Guillermo Rodríguez Lara.

En la década que se extendió de 1997 a 2007, Ecuador vivió su fase más crítica de inestabilidad política: dos golpes de Estado y siete presidentes.

La primera de las destituciones provino del Congreso que en 1997, juzgó, al recientemente electo Abdalá Bucaram, como incapaz mental de llevar las riendas del país y fue retirado súbitamente del Palacio de Carondelet. En 2000, tuvo lugar uno de los episodios más simbólicos de la historia contemporánea de Ecuador, la rebelión indígena comandada por Lucio Gutiérrez que culminó con la caída del entonces presidente Jamil Mahuad.

Tras el golpe de Estado, Lucio Gutiérrez fue confinado a seis meses de prisión que sirvieron básicamente para entronarlo como líder popular.

En 2005, Gutiérrez asume las riendas de la República. Sin embargo, en 2005, el antes héroe revolucionario indígena-campesino, es puesto contra la pared tras la llamada “rebelión de los forajidos” que obliga a los militares a retirarle su apoyo y al Congreso Nacional a sustituirlo automáticamente.

Condena internacional

Gobierno de México


El Gobierno de México expresó su pleno respaldo al presidente de Ecuador, Rafael Correa, aunque también su preocupación por los incidentes registrados en ese país.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) indicó que “el Gobierno de México manifiesta su pleno respaldo al presidente Rafael Correa, a la democracia ecuatoriana”.

Estados Unidos


El Gobierno de Estados Unidos dijo que apoya plenamente al presidente Correa y “deplora cualquier violencia” vinculada con los disturbios en ese país, mientras la secretaria de Estado, Hillary Clinton, urgió a Ecuador a trabajar por el restablecimiento “rápido y pacífico” del orden.

Países de la Unasur


La Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) asegura que impedirá que en Ecuador se lleve a cabo un golpe de Estado como el ocurrido en Honduras el año pasado.
A su vez Grupo de Río manifestó su “más amplio y decidido respaldo al Gobierno constitucional del presidente Rafael Correa, en las gestiones para buscar una solución armónica al conflicto”.
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