Internacional
Presidenta argentina se encamina a reelección
La mandataria Cristina Fernández logró amplio triunfo en elecciones primarias
Todos los sondeos indican que la primera mujer en ser electa presidenta de Argentina ganará en los comicios del domingo, sin necesidad de disputar una segunda vuelta y por una mayoría abrumadora, el derecho a gobernar la tercera economía latinoamericana hasta el 2015.
Pocos meses después de iniciar su presidencia en el 2007, cuando sucedió a su marido Néstor Kirchner -quien falleció en octubre del 2010-, un feroz enfrentamiento con el poderoso sector rural desplomó la imagen positiva de Fernández hasta niveles cercanos al 20 por ciento.
Eso llevó a muchos a asegurar que la abogada de 58 años no se recuperaría y el llamado "kirchnerismo" tendría sus días contados en el poder. Los candidatos de la mandataria perdieron las elecciones de medio término en el 2009 y con ellas el control del Congreso.
Incluso, tras la muerte de su esposo, quien era el principal consejero político de Fernández y para muchos era quien estaba detrás de las grandes decisiones, surgieron versiones de que la presidenta abandonaría la política.
Pero la viudez fortaleció a Fernández, quien logró desde los masivos funerales de Kirchner una gran mejora en su imagen, y en agosto ganó abrumadoramente las elecciones primarias para ratificar candidaturas con más del 50 por ciento de los votos.
"Yo estoy acostumbrada a situaciones de extrema presión y a no perder la calma. Tengo muy alto el umbral de la presión psíquica", dijo en una entrevista que concedió para el libro "La Presidenta", de la periodista oficialista Sandra Russo.
"Desde que él murió, es como si yo hubiera profundizado esa tolerancia a la presión. Están esperando que me salga de la vaina, pero no me salgo fácilmente. Ahora ya no tengo el contrabalanceo con Néstor porque siempre cuando uno se sacaba, el otro contenía. Ahora tengo que hacerlo yo sola", agregó.
Según los sondeos, Fernández superará el 50 por ciento de los votos, secundada por el socialista Hermes Binner, gobernador saliente de la central provincia de Santa Fe, quien lograría entre un 12 por ciento y un 16 por ciento de los sufragios.
Analistas atribuyen el contundente apoyo de la población al robusto crecimiento económico y a la ineficacia de la fragmentada oposición para construir una fuerza alternativa consistente.
Además, el conflicto con el sector agropecuario se diluyó y muchos ruralistas hoy apoyan su candidatura.
"Le decía ayer a dirigentes sectoriales agropecuarios cuando hablaba con ellos que tenemos que entender cuando somos Gobierno los reclamos de los sectores, porque obviamente para eso están las dirigencias sectoriales", dijo el martes en un discurso en Entre Ríos, una provincia agropecuaria.
"Pero los dirigentes sectoriales deben entender que un presidente debe gobernar para los 40 millones de argentinos y debe articular en forma eficaz y eficiente esos intereses", agregó.
Estilo controvertido
"Yo nunca quise ser candidata. Nunca. Ni para presidenta ni para senadora ni para diputada provincial. Me tuvieron que convencer siempre", dijo Fernández, citada en "La Presidenta".
La mandataria comenzó a ser conocida a nivel nacional aún antes que su esposo, cuando representaba a la patagónica provincia de Santa Cruz en el Senado, donde se hizo popular por su estilo combativo que la llevó a enfrentarse con líderes de su propio partido, el peronismo.
Sus colaboradores, los pocos que hablan sobre ella, la describen como obsesiva, exigente y poco tolerante con los errores propios y ajenos.
Con su viudez, crecieron las expectativas de que Fernández cambie su por momentos dura forma de gobernar, que muchos atribuían a la influencia de su esposo, y que incluyó medidas traumáticas como una repentina estatización de los fondos privados de pensión y una batalla legal con el principal conglomerado de medios del país, el Grupo Clarín.
Tras la muerte de Kirchner, la mandataria viste de riguroso luto y cada tanto rompe en llanto en sus discursos, cuyo tono ha suavizado. Pese a ello, su tirante relación con los medios de comunicación críticos de su administración no ha cambiado.
Sus detractores la critican por el hermetismo que caracteriza su relación con la prensa, pero desde el Gobierno explican que prefiere comunicarse "directamente" con los argentinos a través de sus discursos en actos prácticamente diarios por todo el país.
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