Internacional

Premio Nobel de la Paz birmana quedó en libertad

El secretario general de la ONU Ban Ki-moon también llamó a la junta militar a consolidar el gesto liberando a todos los otros prisioneros políticos

Premio Nobel de la Paz birmana quedó en libertad
RANGÚN, BIRMANIA (13/NOV/2010).- El símbolo de la lucha por la democracia en  Birmania, la opositora Aung San Suu Kyi, liberada este sábado por la junta  militar después de más de siete años bajo arresto domiciliario, pidió a sus  miles de seguidores trabajar "juntos" por el futuro del país.

Hacia las 17:00 (10:30 GMT), responsables de la junta entraron a su casa,  en la calle de la Universidad, para leer la orden de liberación en el mismo día  en que expiraba su última condena a 18 meses de arresto domiciliario.

En un fragor de aplausos y gritos, miles de personas se precipitaron hacia  la desvencijada casa familiar situada a orillas de un lago, en pleno centro de  la capital, con la esperanza de ver a la que llaman la Dama de Rangún.

Finalmente, poco después de las 17:30, la Nobel de la Paz apareció delante  de la verja de su casa, muy sonriente. Cogió una flor que le lanzaron y se la  puso en el cabello.

"Debemos trabajar juntos, unidos", dijo Aung San Suu Kyi, de 65 años,  dirigiéndose a sus partidarios, a los que invitó a escucharla el domingo a  mediodía (05:30 GMT) en la sede de su partido, la Liga Nacional para la  Democracia (LND, disuelta).

"Tengo muchas cosas para contarles, ya que no nos vemos desde hace mucho  tiempo", aseguró.

La hija del general Aung San, héroe de la independencia birmana, pasó más  de 15 de los últimos 21 años privada de libertad, ya que la junta militar  encontró siempre una disculpa para encerrarla después de cada una de sus  liberaciones. Lleva sin libertad de movimientos desde mayo de 2003.

Desde la comunidad internacional, los principales mandatarios se  felicitaron por la puesta en libertad de la opositora birmana.   

En Yokohama (Japón) donde se celebra el Foro de Cooperación Económica  Asia-Pacífico, el presidente estadounidense Barack Obama se congratuló por la  liberación de "su heroína" y pidió además a la junta militar la liberación de  todos los presos políticos.

El secretario general de la ONU Ban Ki-moon también llamó a la junta a  "consolidar el gesto de hoy liberando a todos los otros prisioneros políticos".

Algunos países occidentales advirtieron al régimen militar birmano contra  la idea de imponer restricciones a los movimientos de la premio Nobel de la  Paz. "Es completamente libre, no hay absolutamente ninguna condición", afirmó  un alto responsable birmano, bajo anonimato.

Occidente había criticado duramente el rechazo de los militares a dejarla  salir antes de las elecciones del pasado domingo, las primeras en 20 años. El  partido afín a la Junta ya reivindica el 80% de los escaños en estos comicios,  antes incluso de que se anuncien los resultados oficiales.

Manteniéndola encerrada durante toda la campaña, el generalísimo Than Shwe,  hombre fuerte de la junta, apartó a su peor enemiga del mapa electoral, a la  vista de la derrota sufrida en 1990.

En aquel entonces Suu Syi y la LND consiguieron una aplastante victoria en  las elecciones. La junta siempre se negó a aceptar estos resultados, pero la  opositora se ha aferrado a ellos para avalar su legitimidad como adversaria por  antonomasia de los militares.

Aung San Suu Kyi redescubrirá su país. Tendrá que acostumbrarse a ver  teléfonos móviles, a jóvenes birmanas con minifaldas, los edificios, todo un  paisaje que, según algunos, le resultará extraño.

Tampoco ha visto a sus dos hijos que viven en Gran Bretaña desde hace casi  diez años. En 1999 renunció a ir a ver a su marido moribundo por miedo a no  poder regresar a Birmania.

El comité del Nobel de la Paz la invitó a visitar cuando antes Oslo, adonde  no pudo acudir en 1991 para recibir el galardón que le fue concedido ese año  por se encontraba en arresto domiciliario.

El presidente del comité, Thorbjoern Jagland, deseó que la militante  birmana pueda desplazarse a Oslo lo antes posible para pronunciar el  tradicional discurso de los premiados.
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