Internacional

Piñera se dedicará a la reconstrucción

Concepción recupera la normalidad en medio de fuertes réplicas. Rescatan con vida a 79 personas de un edificio colapsado

Piñera se dedicará a la reconstrucción
SANTIAGO, CHILE.- El terremoto y maremoto del sábado pasado marcarán la agenda de tres de los cuatro años de duración que tendrá el Gobierno de derecha encabezado por el presidente electo, Sebastián Piñera, quien asumirá el poder el 11 de marzo.

En una reunión con el futuro gabinete ministerial, Piñera advirtió a sus ministros que el programa de Gobierno se deberá readecuar a las tareas de seguridad, abastecimiento y reconstrucción de Chile.

La ceremonia de traspaso de mando del jueves 11 será austera, según acordaron en una reunión la presidenta Michelle Bachelet y Piñera. Ambos han actuado sin mayores roces entre ellos desde el terremoto, aunque éstos sí han existido entre algunos miembros de sus equipos más cercanos.

A la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, Bachelet ya le informó de que Chile requerirá créditos blandos en el futuro para abordar la reconstrucción, a pesar de que esta tarea que no la efectuará su Administración. Piñera ha pedido a sus ministros moderar las críticas y mostrar un apoyo constructivo a las tareas del Gobierno.

Los analistas coinciden en que a Bachelet le ha correspondido hacer frente a la parte más compleja de las consecuencias del terremoto, el embate mismo de la naturaleza y las primeras medidas paliativas, donde ya han surgido algunas críticas por la lentitud en las decisiones. Bachelet se ha defendido esgrimiendo la magnitud inédita de la crisis, su extensión territorial y humana, y el destrozo causado a las infraestructuras y las comunicaciones.

A ello hay que sumarle las críticas a la Marina chilena, que subestimó la posibilidad de tsunami en las costas tras el golpe del terremoto mayor. A través de un comunicado, la institución señaló que “hoy resulta inoportuno e inconveniente buscar culpabilidades o responsabilidades sobre esta materia”, refiriéndose a la alerta del maremoto tras el sismo. De todos modos, agregó que “los antecedentes que se disponen, dejan de manifiesto que la alerta de tsunami fue proporcionada, claramente, por el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (Shoa) a la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi)”.

En cambio, a Piñera le corresponderá ser presidente en el periodo de la reconstrucción (estimó en 30 millones de dólares, 114% más que lo presupuestado para reactivar Haití), con una economía que cuenta con recursos suficientes para abordar las tareas sin desequilibrar las finanzas públicas. Las inauguraciones y cortes de cintas quedarán en manos de su Gobierno.

El presidente electo dejó a cargo de su futuro ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, la primera prioridad, el problema de la seguridad y el abastecimiento de alimentos, agua potable y electricidad.
Piñera ha comentado que es partidario de ampliar a otras regiones el estado de excepción, que permite el uso de tropas y aplicar el toque de queda.

Reunidos ayer con Bachelet, los máximos dirigentes empresariales del país se comprometieron a trabajar para recuperar la normalidad lo antes posible. Los empresarios informaron al público que no necesario comprar víveres para almacenar porque existen reservas suficientes y éstas pronto comenzarán a ser distribuidas con la regularidad previa a la catástrofe.

El rumbo a la normalidad

Justamente esa normalidad es lo que empezó percibirse el miércoles en Concepción, la ciudad más cercana al epicentro y escenario de violencia en las últimas 48 horas. Los pillajes se acabaron por la mano dura del Ejército y la policía. Reabrieron dos supermercados y otros ocho empezarán a funcionar en los próximos días. Las compras con tarjeta de crédito se pueden efectuar sin problema.

Una buena noticia también supuso el rescate con vida a 79 personas de entre los escombros del edificio que se derrumbó por completo en Concepción a consecuencia del terremoto.
El edificio Alto Río de Concepción ha sido uno de los inmuebles más afectados por el terremoto y el posterior tsunami que desató y que han cobrado la vida de al menos 800 personas en Chile. (El País/La Tercera)

Testimonio de una tapatía en Santiago

Temblor de despedida


Luego de una considerable réplica que acaba de suceder,  a las 14:50 horas en Santiago de Chile, donde aún me encuentro, escribo estas líneas para EL INFORMADOR antes de empezar el periplo del regreso a casa. Subí al departamento de Consuelo Iglesis, una generosa santiaguina que vive en un piso 14 en la capitalina colonia Providencia y quien me prestó su computadora  para mandar el documento. Y en lo que abría el internet para checar correos y contactar con mis familiares y amigos, llegó una réplica.

Al principio pensé que lo mío era un mareo por cansancio, luego pensé que ya estoy contagiada de la psicosis chilena, pero entonces vi un cuadro que está junto a mí y que evidentemente se mecía de un lado al otro. “¡Está temblando otra vez!”, dijo Consuelo, y esta vez nos empezamos a reír. Mi esposo Ricardo apenas levantó la cara de su  ePhone que estaba revisando y sonrió, haciendo un gesto de “no pasa nada”.

Sí da risa ya porque han sido cientos de réplicas, pero no puedo negarles que esto lo escribo con el pulso aún alterado. Además, cada vez que se nos ha ocurrido volver a un edificio alto, llega una de estas repeticiones que para serles honesta, todavía me cortan la respiración. Esta es la primera vez que me río de una, y pienso que el resto de los chilenos algún día llegarán a hacer lo mismo en el más amplio sentido de lo que esto significa.

Esta tragedia encontrará su lugar en la memoria de todos, es obvio que nadie que la haya vivido la va a olvidar, pero creo que todos deseamos que esta nación sepa salir adelante e ir reparando y sanando las heridas de tan fuerte terremoto, hasta que vuelvan las sonrisas en todos.

Esta mañana nos llamó de nueva vez al hotel Ana María White de Aeroméxico para confirmarnos, por tercera ocasión, la venida del vuelo que nos regresará a México. Por lo tanto esta noche vamos al aeropuerto de Santiago para dejar esta ciudad que ya funciona, que no le ha quedado de otra más que volver a funcionar con aparente normalidad.  Los restaurantes han improvisado su funcionamiento con cilindros de gas al no tener el suministro normal por tubería y múltiples edificios están ya en reparación. Albañiles resanan las fisuras en plafones, juntas y boquillas cuando eso es todo lo necesario.

Las oficinas de ingeniería han implementado listas de espera por la cantidad de dictámenes que les han sido requeridos para que la gente pueda volver a sus trabajos o volver a habitar sus hogares en paz.

Aquí, en el condominio donde vive Consuelo, esta noche hay reunión de vecinos para organizarse en los temas de estructura del edificio, servicios básicos y seguros. Para ello han hecho ya el levantamiento e inspección visual a cargo de los ingenieros calculistas quienes dictaminaron que los daños en este edificio solamente han sido superficiales, en recubrimientos y puertas. En servicios ya nada más les falta el restablecimiento del gas para tener agua caliente en el edificio y la reparación de uno de los tres elevadores.

Les cuento que mientras escribía el párrafo anterior, llegó el anuncio de una nueva alerta de tsunami en Concepción generada por la réplica que les mencioné líneas arriba, sin embargo acaba de ser descartada en la radio.

Así las cosas, ya con la designación de Zona Cero para Concepción, esta nación continúa sufriendo la tensión del desastre luego del terremoto del sábado. Michelle Bachelet pide calma, pide orden, pide sosiego. La ciudadanía de alguna manera quiere cumplir y otorgar este llamado, sin embargo la desesperación en el sur del país aumenta. Por fortuna, como les dije, Santiago funciona, sigue siendo la gran metrópoli que es y que seguramente sabrá capitalizar este desastre en fuerza y solidez.

Mi esposo Ricardo y yo dejaremos esta ciudad hoy, con la esperanza de que la gente sepa tener calma en el improvisado aeropuerto en carpas y toldos, sin tecnologías para documentación y revisiones, y llegar a nuestra patria en algún momento en el que ustedes me estén leyendo de hoy jueves.

Hasta pronto, Ana Guerrerosantos
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