Internacional
Pide Haití a República Dominicana respeto a los inmigrantes
Solicitan garantizar derechos de los haitianos residentes en ese país, ya que se han denunciado numerosos colectivos
SANTO DOMINGO, REPÚBLICA DOMINICANA (31/MAY/2012).- El embajador de Haití en la República Dominicana, Fritz Cineas, pidió hoy a las autoridades locales que se respeten y se garanticen los derechos humanos de los haitianos residentes en el país, normativas que están, en su opinión, "por encima de cualquier estatus migratorio".
El diplomático emitió sus consideraciones a través de un comunicado ante los supuestos atropellos que han denunciado numerosos colectivos de haitianos que viven en República Dominicana, que comparte con Haití la isla caribeña La Española.
Cineas reconoció en la nota el "gran labor" de diferentes entidades internacionales y de obispos locales, de Estados Unidos, México, Centroamérica y el Caribe que han manifestado públicamente que se debe prestar atención a los haitianos en la nación y normalizar la situación de los hijos de éstos nacidos en suelo dominicano.
El representante de Haití en el país expresó, además, su compromiso de colaborar "más intensamente con las autoridades locales para contribuir conjuntamente al orden migratorio y en todo caso, evitar que se produzcan situaciones de abusos en los trámites documentales y deportaciones abruptas de ciudadanos haitianos".
Las declaraciones de Cineas se producen después de que defensores de los haitianos en el país denunciaran supuestas "arbitrariedades" por parte de las autoridades migratorias locales hacia los ciudadanos de Haití y le pidieran al propio embajador más acciones para proteger a los inmigrantes de los "atropellos".
La queja fue presentada ante Cineas el martes por la Coalición de Organizaciones de Inmigrantes Haitianos/as en República Dominicana, integrada por 22 entidades.
Entre las supuestas "arbitrariedades" figura la violación a los derechos humanos de los inmigrantes haitianos en los operativos de deportaciones, así como el cobro retroactivo de impuestos por parte de la Dirección General de Migración, medida que afecta particularmente a la población estudiantil, señalaron.
Asimismo, la alegada negación del director de Migración, José Ricardo Taveras, a firmar las solicitudes de residencias, ya sean provisionales o permanentes, según el comunicado.
Todo esto, agregaron, a pesar de que los solicitantes cumplan "con todas los requerimientos exigidos por la ley".
En tanto, obispos católicos latinoamericanos y de Estados Unidos condenaron ayer en Santo Domingo la "constante violación" a sus derechos que sufren los haitianos que viven en República Dominicana, donde encuentran trabas para su regularización, deportaciones inhumanas y condiciones laborales extremadamente degradables como es el caso de los trabajadores de los campos de caña.
Aunque no hay cifras oficiales, se estima que cerca de un millón de haitianos reside en República Dominicana, la mayoría en situación irregular, dedicados a trabajos agrícolas, hostelería, construcción y otros sectores.
Las autoridades dominicanas han negado en diferentes escenarios que el país se cometan atropellos en contra de los haitianos, si bien señalan que la nación no puede cargar con el peso que conllevan los costos humanos y económicos de la situación de Haití, el país más pobre de América.
El diplomático emitió sus consideraciones a través de un comunicado ante los supuestos atropellos que han denunciado numerosos colectivos de haitianos que viven en República Dominicana, que comparte con Haití la isla caribeña La Española.
Cineas reconoció en la nota el "gran labor" de diferentes entidades internacionales y de obispos locales, de Estados Unidos, México, Centroamérica y el Caribe que han manifestado públicamente que se debe prestar atención a los haitianos en la nación y normalizar la situación de los hijos de éstos nacidos en suelo dominicano.
El representante de Haití en el país expresó, además, su compromiso de colaborar "más intensamente con las autoridades locales para contribuir conjuntamente al orden migratorio y en todo caso, evitar que se produzcan situaciones de abusos en los trámites documentales y deportaciones abruptas de ciudadanos haitianos".
Las declaraciones de Cineas se producen después de que defensores de los haitianos en el país denunciaran supuestas "arbitrariedades" por parte de las autoridades migratorias locales hacia los ciudadanos de Haití y le pidieran al propio embajador más acciones para proteger a los inmigrantes de los "atropellos".
La queja fue presentada ante Cineas el martes por la Coalición de Organizaciones de Inmigrantes Haitianos/as en República Dominicana, integrada por 22 entidades.
Entre las supuestas "arbitrariedades" figura la violación a los derechos humanos de los inmigrantes haitianos en los operativos de deportaciones, así como el cobro retroactivo de impuestos por parte de la Dirección General de Migración, medida que afecta particularmente a la población estudiantil, señalaron.
Asimismo, la alegada negación del director de Migración, José Ricardo Taveras, a firmar las solicitudes de residencias, ya sean provisionales o permanentes, según el comunicado.
Todo esto, agregaron, a pesar de que los solicitantes cumplan "con todas los requerimientos exigidos por la ley".
En tanto, obispos católicos latinoamericanos y de Estados Unidos condenaron ayer en Santo Domingo la "constante violación" a sus derechos que sufren los haitianos que viven en República Dominicana, donde encuentran trabas para su regularización, deportaciones inhumanas y condiciones laborales extremadamente degradables como es el caso de los trabajadores de los campos de caña.
Aunque no hay cifras oficiales, se estima que cerca de un millón de haitianos reside en República Dominicana, la mayoría en situación irregular, dedicados a trabajos agrícolas, hostelería, construcción y otros sectores.
Las autoridades dominicanas han negado en diferentes escenarios que el país se cometan atropellos en contra de los haitianos, si bien señalan que la nación no puede cargar con el peso que conllevan los costos humanos y económicos de la situación de Haití, el país más pobre de América.
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