Internacional
Peleas de gallos: una distracción que alivia a los haitianos tras el sismo
La gallera Arene des Coqs de PV, en Puerto Príncipe, tiene 500 asientos
El juez anuncia los nombres: "Doudou" contra "Zo La Plaine". Luego pide un minuto de silencio para el rezo.
Terminada la oración, habla por micrófono y la muchedumbre reunida en ese miniestadio de concreto del suburbio de Pétionville, comienza a aplaudir. "La vida continúa", dice el juez. Inmediatamente, los gallos son liberados.
Algunos pueden preguntarse por qué la gente regresa tan pronto a ver las riñas de gallos, luego de un sismo que mató a más de 200 mil personas y dejó cientos de miles sin hogar en Haití.
La respuesta, según los aficionados y los jugadores que hacen apuestas, es simple: es una actividad que siempre ha reunido a gente en todo el país y ahora, pese a la destrucción, brinda una distracción. "Es parte de la cultura haitiana", dijo Laine Mackinson, de 26 años.
"Arene des Coqs de PV" es un lugar impresionante. La gallera tiene 500 asientos a la redonda, como una plaza de toro pero en miniatura. Muchos haitianos se alojan en tiendas de campaña dentro del estacionamiento del lugar.
Los asientos están numerados y aunque sólo un tercio de la tribuna está ocupada, es importante que el espectador ocupe su puesto. La gente los verifica.
Mackinson dice que este sitio responde a las "normas internacionales". Entre el público solo hay hombres. Visten vaqueros o pantalones cortos, y algunos más mayores usan camisas con botones y pantalones aparentemente recién planchados.
Jean Robert Delisca (45 años) está parado cerca de la zona de combate. Cuenta que perdió a un par de primos en el sismo y que muchos de sus vecinos se quedaron sin hogar. Pero su casa sigue en pie.
"La vida es difícil", dice, "pero hay que moverse". La gente debe encontrar la manera de distraerse de la tragedia, asegura Louis Oja, cuya nieta murió en el terremoto del 12 de enero.
"Las riñas de gallos son muy populares en Haití", afirma. "Todos las conocemos", agrega mientras mira cómo preparan las aves para la pelea.
Según Mackinson, los mejores gallos vienen de Cuba y República Dominicana.
Los dominicanos son reconocidos por su velocidad y los cubanos tienen reputación de poderosos.
Los jugadores gritan sus apuestas hasta por 500 gourdes (13 dólares). Algunos creen que el ganador podrá llevarse una recompensa de decenas de miles de gourdes.
"Zo La Plaine" intenta salir del círculo pero no lo logra. Doudou lo persigue y lo ataca. El juez toma el micrófono y anuncia que Doudou y todos aquellos que apostaron por él han ganado.
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