Internacional
Ocho muertos en espectacular ataque contra deportistas srilanqueses
El autocar del equipo lo atacaron con cohetes, granadas de mano y armas automáticas cerca del estadio Gaddafi
Lahore (este) similar, según las autoridades de Pakistán, a los atentados de Bombay.
Un grupo de unos 12 hombres atacó el autocar del equipo con cohetes, granadas de mano y armas automáticas cerca del estadio Gaddafi, donde los srilanqueses debían disputar un partido contra la selección de Pakistán, explicó el jefe de la policía de Lahore, Habib-ur Rehman.
Según responsables deportivos srilanqueses en Colombo, siete de los jugadores, además de un entrenador adjunto, resultaron heridos. Dos de ellos fueron hospitalizados, pero se encontraban fuera de peligro, y los otros cinco sufrieron heridas menores.
Dos civiles y seis policías encargados de la protección de los jugadores murieron en el ataque, afirmó un responsables policial.
Tras el ataque, en Lahore, la segunda ciudad de Pakistán cercana a la frontera con India y donde viven doce millones de personas, se puso en marcha una auténtica caza al hombre.
La policía informó el martes por la noche haber interrogado a cinco personas susceptibles de dar información sobre los autores del ataque.
"Fue terrible, el conductor del autocar murió ante nuestros ojos. No tengo palabras", afirmó conmocionado el árbitro de cricket Steve Davis.
Durante 25 minutos los atacantes se enfrentaron a tiros con las fuerzas de seguridad. Tras el atentado, los servicios de seguridad encontraron dos coches bomba aparcados en la zona y descubrieron más armas y explosivos.
"Parecían ser terroristas bien entrenados", afirmó Rehman, que no pudo precisar la suerte de los asaltantes.
Según los testigos, el barrio comercial en que tuvo lugar el atentado se convirtió en un campo de batalla, con hombres apostados tras los árboles que disparaban en todas direcciones.
El presidente paquistaní, Asif Alí Zardari, y el primer ministro Yusuf Raza Gilani, condenaron el ataque.
Asimismo, el presidente estadounidense, Barack Obama, expresó la preocupación del gobierno de Estados Unidos tras el atentado.
"Desde luego, estamos muy preocupados", dijo en una rueda de prensa en Washington con el primer ministro británico, Gordon Brown, advirtiendo que la situación en Pakistán había empeorado y que todavía existen refugios para Al Qaida en las áreas fronterizas.
Londres, por su parte, también condenó el ataque "insensato y chocante". "Hoy es un día sombrío para el deporte", declaró el ministro británico de Cultura y Deportes, Andy Burnham.
Sri Lanka anunció que enviará a Pakistán a su ministro de Relaciones Exteriores y evacuaría inmediatamente a sus jugadores. El presidente srilanqués condenó este "cobarde atentado terrorista" contra los "embajadores de buena voluntad" de su país.
El ataque no fue reivindicado por el momento pero en los últimos años muchos equipos de cricket cancelaron sus giras a Pakistán por temor a los atentados de los islamistas vinculados a Al Qaida.
El atentado coincide también con la ofensiva final del ejército de Sri Lanka contra los rebeldes tamiles, en una guerra que ha costado decenas de cientos de vidas.
Jaled Farooq, jefe de la policía de la provincia de Punjab, cuya capital es Lahore, consideró por su parte que este sofisticado atentado lleva la marca de los atentados del pasado noviembre en Bombay, que durante tres días aterrorizaron a la capital financiera india y dejaron 174 muertos.
"Parecían ser pashtunes", la etnia que puebla las regiones del noroeste de Pakistán fronterizas con Afganistán, de la que son originarios los talibanes, afirmó.
Expresando su "conmoción" por el atentado, el gobierno indio consideró que Islamabad tiene que "tomar medidas significativas" para desmantelar a los grupos "terroristas" en su territorio.
LAHORE, PAKISTÁN.- Hombres enmascarados mataron el martes a ocho personas e hirieron a siete deportistas en un espectacular ataque contra el equipo de cricket de Sri Lanka en la ciudad paquistaní de
Un grupo de unos 12 hombres atacó el autocar del equipo con cohetes, granadas de mano y armas automáticas cerca del estadio Gaddafi, donde los srilanqueses debían disputar un partido contra la selección de Pakistán, explicó el jefe de la policía de Lahore, Habib-ur Rehman.
Según responsables deportivos srilanqueses en Colombo, siete de los jugadores, además de un entrenador adjunto, resultaron heridos. Dos de ellos fueron hospitalizados, pero se encontraban fuera de peligro, y los otros cinco sufrieron heridas menores.
Dos civiles y seis policías encargados de la protección de los jugadores murieron en el ataque, afirmó un responsables policial.
Tras el ataque, en Lahore, la segunda ciudad de Pakistán cercana a la frontera con India y donde viven doce millones de personas, se puso en marcha una auténtica caza al hombre.
La policía informó el martes por la noche haber interrogado a cinco personas susceptibles de dar información sobre los autores del ataque.
"Fue terrible, el conductor del autocar murió ante nuestros ojos. No tengo palabras", afirmó conmocionado el árbitro de cricket Steve Davis.
Durante 25 minutos los atacantes se enfrentaron a tiros con las fuerzas de seguridad. Tras el atentado, los servicios de seguridad encontraron dos coches bomba aparcados en la zona y descubrieron más armas y explosivos.
"Parecían ser terroristas bien entrenados", afirmó Rehman, que no pudo precisar la suerte de los asaltantes.
Según los testigos, el barrio comercial en que tuvo lugar el atentado se convirtió en un campo de batalla, con hombres apostados tras los árboles que disparaban en todas direcciones.
El presidente paquistaní, Asif Alí Zardari, y el primer ministro Yusuf Raza Gilani, condenaron el ataque.
Asimismo, el presidente estadounidense, Barack Obama, expresó la preocupación del gobierno de Estados Unidos tras el atentado.
"Desde luego, estamos muy preocupados", dijo en una rueda de prensa en Washington con el primer ministro británico, Gordon Brown, advirtiendo que la situación en Pakistán había empeorado y que todavía existen refugios para Al Qaida en las áreas fronterizas.
Londres, por su parte, también condenó el ataque "insensato y chocante". "Hoy es un día sombrío para el deporte", declaró el ministro británico de Cultura y Deportes, Andy Burnham.
Sri Lanka anunció que enviará a Pakistán a su ministro de Relaciones Exteriores y evacuaría inmediatamente a sus jugadores. El presidente srilanqués condenó este "cobarde atentado terrorista" contra los "embajadores de buena voluntad" de su país.
El ataque no fue reivindicado por el momento pero en los últimos años muchos equipos de cricket cancelaron sus giras a Pakistán por temor a los atentados de los islamistas vinculados a Al Qaida.
El atentado coincide también con la ofensiva final del ejército de Sri Lanka contra los rebeldes tamiles, en una guerra que ha costado decenas de cientos de vidas.
Jaled Farooq, jefe de la policía de la provincia de Punjab, cuya capital es Lahore, consideró por su parte que este sofisticado atentado lleva la marca de los atentados del pasado noviembre en Bombay, que durante tres días aterrorizaron a la capital financiera india y dejaron 174 muertos.
"Parecían ser pashtunes", la etnia que puebla las regiones del noroeste de Pakistán fronterizas con Afganistán, de la que son originarios los talibanes, afirmó.
Expresando su "conmoción" por el atentado, el gobierno indio consideró que Islamabad tiene que "tomar medidas significativas" para desmantelar a los grupos "terroristas" en su territorio.
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