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Obama ve Super Bowl con legisladores y discute plan de ayuda

El nuevo presidente convocó a 15 legisladores en el salón de televisión de la Casa Blanca, para ver el Super Bowl, con botanas incluidas al tiempo que discutían políticas de estado

WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS.- El presidente Barack Obama confía en que los republicanos terminen por apoyar la versión final de su propuesta de ley para la recuperación económica, pero antes se dispuso a ver el Super Bowl con algunos legisladores.

Obama dijo domingo que le gustaría que los republicanos apoyen eventualmente el plan de ayuda económica por 819 mil millones de dólares que fue aprobado por la Cámara de Representantes la semana pasada, sin que recibiera un solo voto republicano a favor.

El nuevo presidente señaló también que espera que algunos republicanos del Senado lo aprueben cuando les sea entregado esta semana. Pero agregó que lo importante es que sea respaldado, y no el número de votos que reciba por partido.

Obama también dijo al periodista Matt Lauer de la cadena NBC, durante una entrevista en directo antes del Super Bowl, que su gobierno anunciará los planes para el gasto de los segundos 350 mil millones del rescate bancario luego de que el Congreso despache el segundo plan de recuperación económica.

Horas antes, el nuevo presidente convocó a 15 legisladores en el salón de televisión de la Casa Blanca, para ver el Super Bowl, con botanas incluidas, al tiempo que discutían políticas de estado.

En el campeonato de fútbol se enfrentan los Cardenales de San Luis y los Steelers de Pittsburgh. Una tercera parte de los legisladores invitados a sumarse a Obama para ver el juego en la sala de televisión de la Casa Blanca son de Pensilvania, el estado de los Steelers. Dos son de Arizona.

Desde su toma de posesión el 20 de enero, Obama se ha reunido en la Casa Blanca con líderes del congreso, viajado al Capitolio para sesiones privadas con republicanos de ambas cámaras e invitado a un grupo bipartidista de legisladores a la mansión presidencial para una conversación informal y cocteles.

Además del paquete de estímulos, el gobierno de Obama está trabaja para replantear cómo se emplea la segunda mitad del plan de rescate financiero de 700 mil millones de dólares implementado en los últimos meses del gobierno de George W. Bush para evitar el colapso del sistema financiero.

Muchas de las ideas bajo análisis podrían terminar por costar cientos de miles de millones de dólares por encima del presupuesto inicial. Algunos asesores no han negado la posibilidades de que el gobierno busque más de los 350 mil millones que han sido estipulados.

El uso que dio el gobierno de Bush a los primeros 350 mil millones suscitó una fuerte crítica en ambos partidos y en la opinión pública porque fueron destinados principalmente a los banqueros que no ha invertido gran parte de su dinero en el sistema crediticio.

Obama consiguió los otros 350 mil millones tras escribir compromisos al Congreso sobre que los fondos llegarán hasta los estadounidenses que enfrentan las ejecuciones de sus hipotecas y que necesitan créditos para autos u otros artículos costosos.

En su comunicado, transmitido por radio y por internet, Obama dijo el sábado que su gobierno describirá una nueva estrategia en los próximos días "para revivir nuestro sistema financiero que hace que el crédito fluya a las familias y a los negocios".

Pero el presidente advirtió que no hay medida alguna que por sí sola permita a su gobierno enmendar la economía, como quedó demostrado esta semana con la eliminación de miles de empleos por parte de los mayores conglomerados estadounidenses.

Su otro paquete de estímulos por 800 mil millones puede ser aprobado sin el apoyo republicano, dadas las mayorías demócratas en ambas cámaras del Congreso. Pero Obama aún busca el respaldo de la oposición como parte de su campaña contra las decisiones tomadas sólo por una alineación partidista en Washington y para sacar a la economía estadounidense de su peor recesión en 80 años.

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