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Obama habla de libertades en visita a China

El mandatario estadounidense omitió hablar del Tíbet, pero se mostró a favor de la libertad de información, cuestionada en este país asiático

Obama habla de libertades en visita a China
BEIJING, CHINA.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, compartió opiniones con su homólogo chino Hu Jintao, después de haber abogado en Shanghai, Este de China, por la libertad de expresión, de culto y de información, incluso en internet.

Varios miembros del Gobierno estadounidense acompañaron a Obama, entre ellos, la secretaria de estado Hillary Clinton; el secretario de Comercio, Gary Locke y el de Energía, Steven Chu, en el primer día de la gira de Barack, en China.

Obama y Hu Jintao tienen hoy una entrevista de trabajo. Sus conversaciones deberían referirse a grandes temas complejos y a veces en litigio: el clima antes de la conferencia de Copenhague, diferendos comerciales, el nivel de yuan, la proliferación nuclear en Corea del Norte e Irán y los derechos humanos.

En Shanghai, Obama mencionó esta última cuestión en un encuentro con estudiantes que habían sido seleccionados estrictamente para la ocasión o en respuesta a preguntas de internautas.

El portal internet de la agencia oficial China Nueva se limitó a un informe escrito, al parecer no censurado, lo que no fue el caso de todos los otros portales chinos.
El asunto de las libertades estuvo patente en todo el diálogo entre Obama y los estudiantes. En un momento dado, uno de ellos le preguntó sobre el uso de internet.
Obama respondió: “Soy un gran partidario de la no censura”.

“Pensamos que las libertades de expresión y de culto y el acceso a la información son derechos universales. Deben ser accesibles a todos, incluyendo las minorías étnicas y religiosas, ya sea en Estados Unidos, en China, o en cualquier parte”.

La respuesta tiene su miga. China cuenta con el mayor número de usuarios de internet del mundo, pese a lo cual su Gobierno controla extensamente la red, supervisa el contenido de los portales a los que se tiene acceso en su territorio o bloquea aquellas páginas que le parecen inconvenientes.

De todas maneras, Obama tuvo cuidado de no contrariar a sus anfitriones y no mencionó ni Tíbet, ni Xinjiang, escenario de revueltas sangrientas en 2008 y en julio pasado.

Gran Salón del Pueblo

Agenda para hoy


Barack Obama y Hu Jintao tendrán una agenda copada. Ambos Gobiernos son actores clave en los frustrados esfuerzos para que Corea del Norte termine con su programa de armas nucleares, y Obama además busca mayor apoyo de China para presionar a Irán sobre sus actividades nucleares.

Otros temas serán los derechos humanos, así como los intentos de forjar un nuevo pacto climático, tras el reconocimiento de que no se podrá lograr un acuerdo legalmente vinculante en las negociaciones de Copenhague el próximo mes.

Cuando los dos presidentes se sienten a hablar en el Gran Salón del Pueblo —el grandioso edificio del Parlamento chino— sus actuales tensiones económicas deberán ser encaradas. Después de visitar la capital china, Obama viajará a Seúl.

La imagen de Barack cautiva a los universitarios chinos

Según encuestas realizadas por la prensa local, la mayoría de los universitarios chinos considera la personalidad del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, cautivadora y fuente de inspiración.

Lin Yuhen, una universitaria de 21 años, comparte esta conclusión. “Me gusta Obama. Es un hombre amigable, moderno y atractivo, es el presidente de los ciudadanos”, dice sonriente.

Cuando se pregunta sobre la comparación con el anterior presidente, George W. Bush, los jóvenes chinos no dudan. “Me gusta mucho más Obama. Bush creó demasiados problemas al mundo”, asegura Huang Hanji, de 30 años, comercial en el sector de las tecnologías de la información.

Según el diario oficial en inglés “China Daily”, los jóvenes “idolatran” a Obama “porque encarna la personalidad y el carácter de un líder al cual se pueden sentir cercanos, a diferencia de algunos funcionarios chinos de rostro severo a los cuales han aprendido a temer”.

Pero no todos en China conocen al ilustre visitante. “Obama... Obama. No sé quién es. ¿Es un bar?, ¿Starbucks?”, dice un hombre que ofrece en inglés bicicletas de alquiler a la orilla de Houhai.

De vuelta en la pequeña tienda de recuerdos turísticos, la dependienta asegura que no sabe cuándo tendrá de nuevo las camisetas revolucionarias, aunque el Departamento de Comercio e Industria de Beijing ha dicho que las camisetas podrán regresar a los estantes una vez finalice la visita estadounidense.
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