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'No tengo problemas con los negros', dice Omar Mateen durante ataque

Uno de los sobrevivientes al asedio reconstruye lo que sucedió la madrugada del 12 de junio en Orlando

'No tengo problemas con los negros', dice Omar Mateen durante ataque
GUADALAJARA, JALISCO (14/JUN/2016).- Orlando, uno de los sobrevivientes de la masacre en el antro gay de la ciudad de Orlando, logró salir con vida del lugar tras esconderse en los baños junto a una amiga suya durante las tres horas que duró la toma.

Desde ahí, escuchó a Omar Mateen hablar por teléfono con la policía y disparar. La víctima recuerda la voz calmada del tirador, a quien en ningún momento vio a los ojos, según lo contó en entrevista al diario The New York Times.

''La gente gritaba, rogando por sus vidas'', recuerda Orlando, quien se acomodó encima del retrete de manera que no fuera visto. La víctima relata al periódico estadounidense que Mateen entró al baño, disparó a los que ahí estaban y salió en silencio. Salió y comenzó a disparar otra vez.

Después, regresó al baño y se quedó ahí con rehenes mientras hacía llamadas al 911 y hablaba con la policía.

Hubo un momento en el que el tirador ordenó a todos que entregaran sus celulares, pues vio que estaban mandando mensajes.

Luego le escuchó preguntar: “¿Ustedes son negros? No tengo problemas con los negros”, recuerda la víctima.

Orlando escuchaba a Mateen hablar por teléfono con la policía, a quienes les dijo que Estados Unidos tenía que detener los bombardeos al Estado Islámico.

La víctima, quien no quiso decir su apellido por temor a represalias, indicó que en ningún momento escuchó a Omar Mateen mencionar a homosexuales; sólo habló sobre el Estado Islámico y Siria, “y de todo el daño que tenía intención de hacer”.

Casi al final del asedio, el cual duró unas tres horas, Mateen empezó a disparar contra los rehenes que estaban en el baño. Por milagro, Orlando pudo evitar ser detectado; sin embargo, un hombre que estaba cerca de él y que se arrastraba por debajo de las casetas de los baños no tuvo suerte.

En ese momento, Orlando y su amiga se hicieron los muertos. El teléfono del joven no dejaba de sonar y temía que eso llamara la atención hacia su persona, pero por suerte no fue así.

Entonces comenzó a entrar la policía, y Mateen recargó su arma y gritó que tenía muchas balas, según recuerda la víctima.

La policía abrió un boquete en la pared del baño, y uno de los elementos ayudó a Orlando a salir a través de ahí. Su amiga también salió con vida de ese lugar.  

Orlando recuerda haber visto su ropa cubierta de sangre, pero no era suya. No sabe si alguien más salió con vida del baño.
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