Musulmanes suben a Monte Arafat en su peregrinaje hacia La Meca
Vestidos de blanco, suplican y piden perdón a Alá en un ritual con el que buscan purificarse
RIAD, ARABIA SAUDITA (11/SEP/2016).- Millones de musulmanes de todo el mundo suben al Monte Arafat, donde el profeta Mahoma dio su último sermón hace más de 14 siglos, en lo que representa el punto culminante del peregrinaje anual a la ciudad santa de La Meca, denominado Hajj.
Vestidos de blanco, los creyentes islámicos comenzaron desde el amanecer de este domingo su recorrido hacia el también conocido como el "Monte de la Misericordia", ubicado unos 20 kilómetros al sureste de La Meca, en el valle de Mina, tras acampar al pie de la montaña.
En su ascenso al Monte de Arafat, de unos 300 metros de alto, los fieles pidieron durante las oraciones del mediodía por la paz en los países islámicos que están en guerra, en uno de los días más importantes del calendario islámico.
Cantando al unísono la frase: "Labyek Alá" (aquí estoy, ¡oh Alá! -Dios-, respondiendo a tu llamado), los islámicos ascendieron el rocoso Monte Arafat, en el marco del segundo día del peregrinaje Hajj, que es considerado uno de los cinco pilares de la religión islámica.
En Arafat, los peregrinos pasaron el día suplicando y pidiendo perdón a Alá, en un ritual conocido popularmente como Wuqoof-e-Arafat, con el que buscan purificarse antes de dirigirse hacia la localidad de Muzdalifah, donde pasarán la noche en condiciones climáticas duras.
Durante las oraciones, el jeque Abdul Rahman Al-Sudais, imán de la gran mezquita, llamó a líderes de los países musulmanes a trabajar juntos para resolver los problemas que enfrenta la comunidad, como el terrorismo, que -afirmó- "no pertenece a ninguna religión o nación".
También pidió a los peregrinos evitar la política durante el Hajj, los instó a la unidad y advirtió sobre las ideologías desviadas que podrían llevar a la juventud mensajes engañosos sobre el Islam y las tradiciones musulmanas, según un reporte del sitio Arab News.
El jeque dijo que sabios son los herederos de los profetas, que hablan con la verdad y son un buen ejemplo para la gente, y pidió también a los medios de comunicación evitar informes sensacionalistas y rumores.
De acuerdo con cifras oficiales de las autoridades sauditas, alrededor de 1.8 millones de musulmanes participan este año en la peregrinación anual a La Meca, 1.3 millones de ellos extranjeros, procedentes de 164 países y el resto de diversas partes de Arabia Saudita.
El portavoz del Ministerio saudita del Interior, Mansur al Turki, confirmó este domingo que la peregrinación, que comenzó la víspera y dura cinco días, transcurre sin incidentes hasta el momento.
Las autoridades incrementaron este año las medidas de seguridad a lo largo del recorrido del Hajj, para evitar una tragedia similar a la registrada el año pasado, cuando unas 800 personas perdieron la vida a causa de una avalancha humana durante el traslado al valle de Mina.
De acuerdo con la tradición, los peregrinos deben permanecer en el Monte Arafat hasta la puesta del Sol y luego trasladarse a la localidad de Muzdalifa, donde pasarán la noche e iniciar mañana a primera hora el tradicional ritual de la lapidación simbólica del diablo.
En la localidad de Muzdalifa, los peregrinos recogen guijarros para participar en la llamada "Lapidación de las Estelas", un ritual que dura tres días y con la que de manera simbólica confrontan al diablo, lanzando siete piedras contra unos enormes pilares.
Después, los fieles islámicos podrán regresar al valle de Mina y comenzar con las celebraciones del Eid-al-Adh (Fiesta del Sacrificio), que -junto con el mes de ayuno del Ramadán- es una de las festividades más importantes del Islam.
Durante el Eid-al-Adh, con la que termina de manera oficial el peregrinaje anual a la ciudad santa de La Meca, los musulmanes deben sacrificar un cordero, en recuerdo del sacrificio que hizo el Profeta Abraham al ofrecer la vida de su hijo en obediencia a Dios.