Internacional
Mugabe compartirá por primera vez el poder
El presidente de Zimbabwe compartirá el país con el primer ministro, Morgan Tsvangirai
El acuerdo para la formación de un gobierno de unidad nacional se alcanzó hoy, en Harare, después de más de mes y medio de negociaciones, con la mediación del presidente sudafricano, Thabo Mbeki, en una nueva reunión en la que estuvo el también opositor Arthur Mutambara.
La firma del acuerdo se hará en Harare la mañana del próximo lunes y, hasta hoy, no se han dado a conocer detalles ni como se repartirán las carteras en el Gobierno la Unión Nacional Africana de Zimbabwe-Frente Patriótico (ZANU-PF), de Mugabe, y el opositor Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), de Tsvangirai.
En una conferencia de prensa posterior al anuncio, Mbeki recalcó que se había llegado a acuerdos "en todos los asuntos de la agenda de negociaciones" y agregó que la composición del Gobierno se estaba tratando.
Según Mbeki, encargado de la mediación por la Comunidad para el Desarrollo del África Meridional (SADC), dijo que los dirigentes zimbabwenses "pasarán los próximos pocos días formando el Gobierno de unidad que se anunciará el lunes", sin otros detalles.
"Los líderes (zimbabwenses) trabajarán muy duro para movilizar el apoyo de pueblo para la recuperación (del país)", agregó Mbeki, quien agregó que "esperamos la asistencia mundial para que este acuerdo sea un éxito".
A la firma del acuerdo, dijo Mbeki, "asistirán líderes regionales y continentales (africanos)".
Tsvangirai, por su parte, al salir de la reunión confirmó que se había llegado a un acuerdo, sin más detalles, y Mugabe no hizo comentarios, aunque previamente representantes de la ZANU-PF y del MDC habían indicado que el primero será primer ministro y el segundo seguirá como presidente.
En la negociación, iniciada tras la firma de un memorando de entendimiento el pasado 21 de julio, Tsvangirai no había admitido un acuerdo que no lo reconociese como primer ministro, con control del Poder Ejecutivo, pero si que Mugabe permaneciese en la Presidencia y como comandante de las Fuerzas Amadas y la Policía.
Por su parte, Mugabe ha insistido en retener para su partido una buena parte del Poder Ejecutivo y ese reparto de poderes parece que será el que se discuta hasta la firma del acuerdo del lunes.
Mugabe, que se ha visto obligado a ceder parte de su poder omnímodo a los 84 años, fue siete años primer ministro de Zimbabwe tras la independencia del Reino Unido, obtenida en 1980.
A partir de 1987 se convirtió en el presidente ejecutivo de Zimbabwe, que era uno de los países más próspero de África y que se encuentra sumido en la ruina, de la que intentará sacarlo el Gobierno de unidad nacional.
La decadencia económica del país se aceleró hace diez años, cuando Mugabe inició una caótica reforma agraria que llevó a la expropiación de miles de fincas a agricultores blancos, de los que muchos abandonaron el país, y entregó gran parte de esas tierras a sus seguidores.
La situación del país se fue deteriorando hasta este año, en que la ZANU-PF perdió los comicios del 29 de marzo pasado, cuando el MDC obtuvo la mayoría en el Parlamento y Tsvangirai consiguió el primer puesto en las presidenciales, aunque no llegó al 50 por ciento de votos necesarios para ocupar la Jefatura del Estado en la primera vuelta.
La oposición y la comunidad internacional rechazaron el resultado de la segunda vuelta, celebrada el 27 de junio, en la que Mugabe participó en solitario, pues Tsvangirai se retiró debido a la violencia contra los partidarios del MDC de las milicias de la ZANU-PF.
La MDC acusa a los partidarios de Mugabe de haber matado a decenas de sus militantes y partidarios antes y después de las elecciones.
Tanto la Unión Europea como Estados Unidos endurecieron desde julio las sanciones impuestas a personas y empresas de Zimbabwe relacionadas con la administración de Mugabe.
El país está también en una crisis económica sin precedentes, en la que se ha incrementado la pobreza, hay una grave escasez de alimentos y el desempleo llega al 80 por ciento.
La inflación en Zimbabwe es actualmente la más elevada del mundo, con una tasa que el Gobierno admite que supera los 11 millones por ciento
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