Internacional
Mueren 36 civiles a manos de rebeldes en el Congo
Al menos 36 civiles han sido asesinados por las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda
KINSHASA.- Al menos 36 civiles han sido asesinados por las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), en varias localidades de la República Democrática del Congo, entre los territorios de Masisi y Walikale, informa la emisora de radio de la ONU, que cita como fuente un comunicado divulgado por los milicianos Mai-Mai.
Según la radio, los combatientes hutus ruandeses saquearon las localidades de Melembe, Mianga, Katambira y Nyamimba en el territorio de Walikale y otros poblados de Masisi.
Los hechos se produjeron el pasado 26 de enero después de que los medios de comunicación anunciaran la adhesión de varios grupos armados al proceso de paz y su decisión de integrarse en las fuerzas gubernamentales, indica la radio de la ONU.
Según el portavoz de los Mai-Mai, Didier Bitaki, los rebeldes acabaron con todos los ciudadanos congoleños encontrados en su camino con armas blancas o armas automáticas.
El número de víctimas puede ser incluso más elevado, según el portavoz Mai-Mai, que pidió al Gobierno congoleño que tomara todas las medidas para garantizar la seguridad de los civiles en las zonas donde se cometieron los aniquilamientos.
Según la radio, los combatientes hutus ruandeses saquearon las localidades de Melembe, Mianga, Katambira y Nyamimba en el territorio de Walikale y otros poblados de Masisi.
Los hechos se produjeron el pasado 26 de enero después de que los medios de comunicación anunciaran la adhesión de varios grupos armados al proceso de paz y su decisión de integrarse en las fuerzas gubernamentales, indica la radio de la ONU.
Según el portavoz de los Mai-Mai, Didier Bitaki, los rebeldes acabaron con todos los ciudadanos congoleños encontrados en su camino con armas blancas o armas automáticas.
El número de víctimas puede ser incluso más elevado, según el portavoz Mai-Mai, que pidió al Gobierno congoleño que tomara todas las medidas para garantizar la seguridad de los civiles en las zonas donde se cometieron los aniquilamientos.
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