Internacional
Mubarak requiere de ayuda psicológica
Mubarak fue hospitalizado después de sufrir una crisis cardiaca durante un interrogatorio de la Fiscalía General en su domicilio de Sharm-el-Sheik
MADRID, ESPAÑA (21/MAY/2011).- El derrocado presidente de
Egipto, Hosni
Mubarak, requiere ayuda psicológica, pues se encuentra muy deprimido, aunque su estado físico es estable, informó hoy la agencia egipcia de noticias Mena.
Según el reporte, que cita a fuentes médicas del hospital militar de Sharm-el-Sheik, donde el ex mandatario está hospitalizado desde el pasado 13 de abril, “el estado mental y emocional de Mubarak es malo”.
El depuesto líder, de 83 años, se encuentra estable físicamente pero presenta un cuadro de profunda depresión y necesita ayuda psicológica, indicaron las fuentes.
Mubarak, derrocado el pasado 11 de febrero, fue hospitalizado después de sufrir una crisis cardiaca durante un interrogatorio de la Fiscalía General en su domicilio de Sharm-el-Sheik.
Aunque su estado físico es relativamente estable, su condición mental ha empeorado desde que fue puesto bajo custodia militar pendiente de investigación por acusaciones de corrupción y por su presunta responsabilidad en la muerte de más de 800 manifestantes.
Su traslado a una prisión ha sido pospuesto y depende de la evolución de su estado de salud, por lo que esta semana la justicia egipcia anunció que un equipo de cardiólogos lo evaluará en los próximos días.
Sus dos hijos, Alá y Gamal, están en detención preventiva en una prisión del sur de El Cairo dentro de la misma investigación; en tanto, su esposa Suzanne eludió una orden judicial tras ceder al Estado sus activos en bancos egipcios
Según el reporte, que cita a fuentes médicas del hospital militar de Sharm-el-Sheik, donde el ex mandatario está hospitalizado desde el pasado 13 de abril, “el estado mental y emocional de Mubarak es malo”.
El depuesto líder, de 83 años, se encuentra estable físicamente pero presenta un cuadro de profunda depresión y necesita ayuda psicológica, indicaron las fuentes.
Mubarak, derrocado el pasado 11 de febrero, fue hospitalizado después de sufrir una crisis cardiaca durante un interrogatorio de la Fiscalía General en su domicilio de Sharm-el-Sheik.
Aunque su estado físico es relativamente estable, su condición mental ha empeorado desde que fue puesto bajo custodia militar pendiente de investigación por acusaciones de corrupción y por su presunta responsabilidad en la muerte de más de 800 manifestantes.
Su traslado a una prisión ha sido pospuesto y depende de la evolución de su estado de salud, por lo que esta semana la justicia egipcia anunció que un equipo de cardiólogos lo evaluará en los próximos días.
Sus dos hijos, Alá y Gamal, están en detención preventiva en una prisión del sur de El Cairo dentro de la misma investigación; en tanto, su esposa Suzanne eludió una orden judicial tras ceder al Estado sus activos en bancos egipcios
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