Internacional

Micheletti mantiene desafío internacional mientras crisis causa otra víctima

El mandatario de Honduras no da signos de ceder a la presión internacional para que acepte la restitución de Zelaya

Micheletti mantiene desafío internacional mientras crisis causa otra víctima
TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El nuevo presidente de Honduras, Roberto Micheletti, mantuvo hoy su desafío a la comunidad internacional con una nueva recriminación contra el embajador estadounidense en su país, mientras que las protestas internas contra el golpe de Estado se cobraron hoy su cuarta víctima mortal.

El representante diplomático de Washington, Hugo Llorens, "no puede estar interviniendo en los asuntos hondureños", afirmó Micheletti en declaraciones a la radio local HRN a raíz de la reunión que aquél mantuvo el jueves en Managua con el depuesto presidente Manuel Zelaya.

"No es posible que nadie, por muy poderoso que sea, va a venir a decirnos lo que tenemos que hacer", agregó.

Micheletti, que ya había calificado anteriormente de "intromisión" ese encuentro, no da signos de ceder a la presión internacional, encabezada en los últimos días por Estados Unidos, para que acepte la restitución de Zelaya.

Desde la semana pasada está estudiando un plan propuesto por el presidente costarricense, Óscar Arias, mediador entre Micheletti y Zelaya, que incluye la restitución de éste, pero el jueves reiteró que "bajo ninguna circunstancia" permitiría este punto.

La noche de ayer, el nuevo Gobierno amenazó además con responder con la misma medida a la decisión de EU de suspender los visados diplomáticos de cuatro altos funcionarios hondureños por su apoyo al golpe.

El ex candidato presidencial de la Democracia Cristiana hondureña Efraín Díaz aseguró a Efe que "no ha habido prácticamente ningún progreso desde que empezó el proceso de diálogo" por la falta de voluntad de ambas partes y que "hay dilaciones por parte de Micheletti".

"Seguramente piensa que a medida que el tiempo pasa podrán llegar a enero del próximo año con la transición al nuevo Gobierno" que surgirá de las elecciones convocadas para el 29 de noviembre "y concluir este periodo", opinó.

Díaz consideró que las presiones de la comunidad internacional para la restitución del presidente depuesto "al que perjudican no es a Micheletti sino a la población", por lo que no contribuyen a la solución de la crisis, y que éstas tendrían que dirigirse tanto al mandatario de facto como a Zelaya.

Ayer el nuevo Gobierno levantó para casi todo el país (con la excepción de algunos puntos de la frontera con Nicaragua) el toque de queda que mantenía de forma casi ininterrumpida desde el golpe de Estado que derrocó a Zelaya, el 28 de junio.

Sin embargo, esta medida, que coincide con el inicio de un periodo vacacional de 10 días en el vecino El Salvador, que cada año supone una alta afluencia de turistas de este país a Honduras, se vio empañada por la muerte la pasada madrugada de un seguidor de Zelaya.

Roger Abraham Vallejo, un maestro de 38 años, falleció como consecuencia de una herida de bala que recibió el jueves durante el desalojo por parte de la policía y el Ejército de un bloqueo carretero en las cercanías de Tegucigalpa llevado a cabo por el Frente de Resistencia contra el Golpe.

"El maestro Vallejo dio la vida por la lucha del pueblo y esta muerto nos ha dolido pero no nos va a detener", afirmó el coordinador del movimiento contra el golpe de Estado Juan Barahona, que aseguró que continuarían con su "lucha de resistencia pacífica".

El 5 de julio murieron dos personas, un joven de 19 años y una persona de la que nunca se ofreció la identidad, en incidentes en los alrededores del aeropuerto de Tegucigalpa cuando el presidente depuesto quiso aterrizar en un fallido intento de regreso al país.

La semana pasada fue encontrado muerto otro seguidor de Zelaya con aparentes señales de tortura, en una zona limítrofe con Nicaragua.

Además del operativo de Tegucigalpa, la policía y el Ejército desalojaron en los últimos días otras dos tomas de carreteras por parte de los simpatizantes del depuesto mandatario, con varios heridos y detenidos entre los manifestantes.

Las autoridades advirtieron el jueves que actuarían contra estas protestas, que habían permitido hasta entonces, y anunciaron la creación de dos equipos de la policía para negociar con los manifestantes.

El comisionado de policía Danilo Orellana dijo que quienes apoyan a Zelaya "pueden manifestarse en orden y sin impedir la circulación de las personas", pero el Gobierno amenazó con penas de cárcel de entre dos y cuatro años de cárcel para "quienes convoquen o dirijan de manera ilícita cualquier reunión o manifestación".

El director de la Policía Nacional, Salomón Escoto, aseguró en declaraciones a HRN que hoy sólo permanecía activo un bloqueo en todo el país, en Choloma, unos 250 kilómetros al norte de Tegucigalpa.

"San Pedro Sula y Tegucigalpa (las dos principales ciudades del país) están normalizadas. Hasta el momento sólo tenemos una protesta, que es en Choloma", afirmó.

En la capital, los seguidores de Zelaya organizaron una jornada cultural en un parque del centro de la ciudad, con actuaciones musicales, recitales de poesía y una dramatización con figuras de algunos de los principales protagonistas del golpe.
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