Internacional
Los EU responderán si la ambición nuclear norcoreana amenaza a sus aliados
Robert Gates, anunció hoy que su país responderá si las ambiciones nucleares de Corea del Norte suponen una amenaza para EU o sus aliados
"No nos quedaremos parados" mientras Pyongyang desarrolla su capacidad para sembrar la destrucción en esos países, señaló Gates en el discurso que pronunció en la conferencia asiática de seguridad, que esta jornada centra los debates de los ministros de Defensa y que concluirá mañana en Singapur.
El jefe del Pentágono no detalló cómo sería la respuesta e insistió en que Estados Unidos no contempla en estos momentos aumentar sus fuerzas en Corea del Sur o Japón, aunque subrayó: "Nunca aceptaremos a Corea del Norte como un Estado con armas nucleares".
Washington también se opondrá a que Pyongyang transfiera tecnología de su programa atómico a otras naciones o individuos como grupos terroristas, y si lo hace, "asumirá plenamente las consecuencias de sus actos", aseveró Gates.
El secretario de Defensa estadounidense indicó que el programa atómico de Corea del Norte todavía no supone una amenaza militar directa para EU o sus aliados, pero acusó al régimen norcoreano de impulsar una carrera armamentista en Asia Oriental.
"Si siguen por ese camino, las consecuencias para la estabilidad de la región serán significativas", vaticinó Gates.
Comparó a Corea del Norte con Irán, aunque estimó que el programa nuclear del primero está más avanzado, y pidió "sanciones duras" para que ambos países acaten las normas internacionales.
De esta manera, Gates invitó al régimen norcoreano a decidir si quiere "seguir siendo un paria internacional o trazar un nuevo camino" que le aleje del aislamiento.
"El mundo está esperando", subrayó el responsable de la Defensa de EU.
Por su parte China, otrora el mayor defensor de Corea del Norte y por lo general opuesta a sanciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, defendió la desnuclearización de la península coreana e instó a todas las partes a mantener la calma para cumplir ese objetivo.
El general Ma Xiaotian, segundo jefe del Estado Mayor del Ejército de Liberación Popular chino, matizó que su país rechaza cualquier tipo de proliferación nuclear.
Las dos naciones que más temen que el régimen de Kim Jong Il adquiera una bomba atómica, Corea del Sur y Japón, instaron a la ONU, en el marco de la conferencia de seguridad de Singapur, a castigar a Pyongyang, pero sin pronunciar la palabra "sanción".
Seúl y Tokio acordaron a principios de semana responder de esa forma coordinada al último ensayo nuclear norcoreano.
El ministro de Defensa surcoreano, Lee Sang-hee, apostó por resolver el problema de manera pacífica en el marco de las conversaciones a seis bandas junto a su vecino del norte, China, Japón, Estados Unidos y Rusia, pero dejó claro que la provocación de Corea del Norte no debe quedar impune.
Su colega nipón, Yasukazu Hamada, calificó la prueba nuclear de "grave amenaza a la seguridad de toda la comunidad internacional" y violación expresa de la resolución 1718 del Consejo de Seguridad, que prohíbe estas actividades en la península coreana.
En la reunión trilateral que celebraron Gates, Ma y Hamada, reafirmaron su compromiso de trabajar en un frente común para lograr el objetivo de desmantelar las armas atómicas de la península coreana.
"Si Corea del Norte piensa que esta vez va a ser recompensada por sus errores, se equivoca", manifestó Lee.
El pasado lunes, Pyongyang anunció que había efectuado con éxito su segundo ensayo nuclear, tras el primero en 2006, que sancionado por el Consejo de Seguridad, y continuó desafiando a la comunidad internacional con pruebas de misiles balísticos.
Corea del Sur reveló hoy que tiene imágenes de satélite de un tren de carga del país vecino que transporta lo que podría ser un misil intercontinental desde las cercanías de la capital norcoreana, y el proyectil podría estar listo para ser disparado dentro de dos semanas.
La posición de las autoridades de Corea del Norte es que tomará cualquier sanción como una vulneración del armisticio en vigor desde 1953 en la península coreana, un documento en el que Naciones Unidas es parte beligerante.
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