Internacional

Liberan al atacante de Juan Pablo II

El autor del atentado contra el Papa afirma temer por su vida. Fijará su residencia en Estados Unidos o África

ANKARA, TURQUÍA.- Mehmet Ali Agca, un terrorista ultraderechista turco, que disparó e hirió gravemente al Papa Juan Pablo II, tras escapar de la cárcel en Turquía, donde fue encerrado por matar a un periodista turco en 1979, es liberado hoy.

El resto del mundo conoció el nombre de Agca el 13 de mayo de 1981, cuando disparó contra Juan Pablo II en Roma, pero él ya era conocido por el público turco desde que mató a tiros al más destacado periodista del país, Abdi Ipekci, entonces director del diario Milliyet, el primero de febrero 1979.

Una vez en libertad, Agca se dedicará a dar conferencias de prensa que harán surgir más preguntas, a vender entrevistas y recuerdos de su pasado, y a escribir libros y guiones para películas para hacer fortuna de su sangriento pasado, según sus planes.
Miembros de su familia aseguraron que tiene ofertas para documentales y entrevistas de varias compañías en Estados Unidos y Europa y que él las estudiará en función del dinero ofrecido.

Una versión que ha hecho correr es que cuando fue excarcelado por error en Estambul, el 12 de enero de 2006, fue llevado a un hospital a toda prisa para impedir que dos italianos lo asesinaran.

Haci Ali Özhan, el abogado de Agca, dijo que su cliente será enviado al hospital militar hoy mismo por deseo propio para seguir el llamamiento de la oficina de reclutamiento militar de la provincia de Malatia, donde nació Agca en la localidad de Hekimahn el 9 de enero de 1958.

Está previsto que sea recogido de la cárcel de alta seguridad de Sincan, a unos 40 kilómetros de Ankara, por su hermano, Adnan Agca y sus abogados, para ser llevado a un hotel de la capital, si no es trasladado a un hospital militar, donde recibiría la protección especial requerida por su hermano.

La prensa turca informó de que, tras dos o tres días de estancia en Ankara, viajará a Estambul, Malatia o Esmirna, donde se han hecho reservas en varios hoteles por motivos de seguridad.

Wojtyla, a prueba de balas


Eran las 17:17 horas de una tarde calurosa del miércoles 13 de mayo de 1981, cuando cuatro tiros disparados en el Vaticano por el terrorista turco Mehmet AlÍ Agca a punto estuvieron de acabar con Juan Pablo II, y marcaron para siempre el Pontificado del Papa polaco que contribuyó a la caída del comunismo.

En un ambiente festivo, Karol Wojtyla celebraba la audiencia pública del miércoles, que entonces era por la tarde, ante 25 mil personas.

Cuando acababa de saludar a una niña y respondía a los saludos de los presentes, una mano empuñando una pistola se alzó entre la gente que llenaba la plaza de San Pedro disparando cuatro tiros.

Dos balas le alcanzaron: una le atravesó el vientre y otra le hirió en el brazo derecho. La que le alcanzó de lleno le perforó el bajo vientre, atravesó el hueso sacro y cayó en el suelo del “papamovil”, el automóvil en el que se desplazaba en ese momento.

Aunque fueron disparadas a pocos metros de distancia, las balas no lesionaron órganos vitales o centros nerviosos.

Juan Pablo II se desplomó, sostenido por su secretario personal, que le acompañaba en el vehículo, el actual cardenal de Cracovia, Stanislao Dziwisz, mientras entre la multitud se levantaba un grito preocupación y se desataba la caza al agresor.

Según narró Dziwisz en su libro de memorias “Una vida con Karol”, el Pontífice fue llevado inmediatamente al ambulatorio del Vaticano.

Juan Pablo II fue tumbado en el suelo y sólo allí se dieron cuenta de la gravedad de las heridas, al ver la gran cantidad de sangre que perdía.

Le trasladaron al policlínico Gemelli, de Roma, donde fue sometido a una delicada operación y salvó la vida.

El hombre que quiso matar al Pontífice

Mehmet Alí Agca

Nació el nueve de enero de 1958, en Malatia, Turquía y es conocodo mundialmente por ser el autor material del atentado contra el papa Juan Pablo II, ocurrido el 13 de mayo de 1981 en la Plaza de San Pedro en la Ciudad del Vaticano.

El 13 de junio de 2000, el presidente italiano, Carlo Azeglio Ciampi, le indulta en Italia, pero es extraditado a Turquía, donde debió cumplir condena por los delitos cometidos cuando militaba en la organización de extrema derecha Lobos Grises (robo de un taxi y asesinato del director de un periódico turco de tendencia izquierdista).
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