Internacional
La antipatía de América Latina hacia EU es histórica: Rice
La historia de Estados Unidos cambió con los atentados del 11 de setiembre de 2001, dijo Rice
AFP.
"Hay que tener un poco de perspectiva histórica. ¿Cuándo no hubo algo de antipatía hacia Estados Unidos desde América Latina? ¿En los años 70? ¿En los años 80?", se preguntó Rice al hacer un balance de los ocho años del gobierno de George W. Bush y la imagen negativa que deja en la región y en todo el mundo.
La historia de Estados Unidos cambió con los atentados del 11 de setiembre de 2001, insiste Rice, y decisiones como abrir una cárcel especial en la base de Guantánamo evidentemente iban a generar resquemores tanto en Cuba, como en toda América Latina o en el resto del mundo.
"No hablemos de la región, sino de lugares específicos", añadió al subrayar cómo mejoró la relación de su país con Brasil, Colombia, Chile y Uruguay, durante el mandato de Bush. "Estados Unidos nunca tuvo una relación fuerte con Brasil, y nunca reconoció la emergencia de Brasil como una democracia multiétnica, lista para un liderazgo mundial. Y (sin embargo) esta relación fue construida entre este gobierno y un presidente de izquierdas (Luiz Inacio Lula da Silva)", destacó.
Con todos esos elementos "ciertamente creo que tendríamos un buen argumento para que (Brasil) sea un miembro del Consejo de Seguridad (...) dentro de una reforma global" del organismo supremo de Naciones Unidas. "Fijémonos en la relación con Colombia: esta es probablemente la relación más fuerte que nunca tuvo Colombia con Estados Unidos.
Con Chile, Uruguay...", añadió. Tras la oleada democratizadora de los años 90, América Latina vivió al llegar el nuevo siglo un viraje a la izquierda sin precedentes. Y mientras el presidente George W. Bush lanzaba su propia batalla contra el terrorismo, la región crecía económicamente, reducía la pobreza y alzaba su propia voz.
Bush dejará su cargo con su rival Cuba como nuevo socio del Grupo de Río. Treinta y tres países de la región pidieron la semana pasada el fin del embargo contra la isla, y además empezaron a estudiar la creación de un grupo regional aparte, sin Estados Unidos y Canadá, toda una novedad en doscientos años de independencias en la región.
"Hemos dejado atrás ese periodo de la Guerra Fría en el que Estados Unidos veía a América Latina bajo el prisma de una lucha mundial con la Unión Soviética", aseguró Rice. Sin embargo, este nuevo periodo "ha liberado la política estadounidense para (permitirle) tener buenos amigos en la izquierda y la derecha", analizó.
"Siempre y cuando sean amigos que gobiernen en democracia, que defiendan el libre comercio, que abran mercados y cumplan con sus pueblos", puntualizó. "Ciertamente no somos muy populares en Venezuela", resumió con una sonrisa.
La jefa de la diplomacia estadounidense no quiso comentar un presunto informe de la inteligencia de su país, citado en un periódico italiano, sobre la posible ayuda venezolana para transferir material para construir misiles de Irán hacia Siria.
"Es realmente destacable que las condiciones en Venezuela continúan deteriorándose y que las energías del régimen venezolano parece orientarse hacia afuera, en lugar de afrontar esos problemas significativos", se limitó a comentar.
"Creo que esos problemas van a convertirse en más severos" en el futuro, vaticinó.
WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS.- La secretaria de Estado Condoleezza Rice deja el cargo con la sensación de haber mejorado la relación con América Latina, tras precisar que la "antipatía" de esa región hacia Estados Unidos es histórica, en una entrevista este lunes a la
"Hay que tener un poco de perspectiva histórica. ¿Cuándo no hubo algo de antipatía hacia Estados Unidos desde América Latina? ¿En los años 70? ¿En los años 80?", se preguntó Rice al hacer un balance de los ocho años del gobierno de George W. Bush y la imagen negativa que deja en la región y en todo el mundo.
La historia de Estados Unidos cambió con los atentados del 11 de setiembre de 2001, insiste Rice, y decisiones como abrir una cárcel especial en la base de Guantánamo evidentemente iban a generar resquemores tanto en Cuba, como en toda América Latina o en el resto del mundo.
"No hablemos de la región, sino de lugares específicos", añadió al subrayar cómo mejoró la relación de su país con Brasil, Colombia, Chile y Uruguay, durante el mandato de Bush. "Estados Unidos nunca tuvo una relación fuerte con Brasil, y nunca reconoció la emergencia de Brasil como una democracia multiétnica, lista para un liderazgo mundial. Y (sin embargo) esta relación fue construida entre este gobierno y un presidente de izquierdas (Luiz Inacio Lula da Silva)", destacó.
Con todos esos elementos "ciertamente creo que tendríamos un buen argumento para que (Brasil) sea un miembro del Consejo de Seguridad (...) dentro de una reforma global" del organismo supremo de Naciones Unidas. "Fijémonos en la relación con Colombia: esta es probablemente la relación más fuerte que nunca tuvo Colombia con Estados Unidos.
Con Chile, Uruguay...", añadió. Tras la oleada democratizadora de los años 90, América Latina vivió al llegar el nuevo siglo un viraje a la izquierda sin precedentes. Y mientras el presidente George W. Bush lanzaba su propia batalla contra el terrorismo, la región crecía económicamente, reducía la pobreza y alzaba su propia voz.
Bush dejará su cargo con su rival Cuba como nuevo socio del Grupo de Río. Treinta y tres países de la región pidieron la semana pasada el fin del embargo contra la isla, y además empezaron a estudiar la creación de un grupo regional aparte, sin Estados Unidos y Canadá, toda una novedad en doscientos años de independencias en la región.
"Hemos dejado atrás ese periodo de la Guerra Fría en el que Estados Unidos veía a América Latina bajo el prisma de una lucha mundial con la Unión Soviética", aseguró Rice. Sin embargo, este nuevo periodo "ha liberado la política estadounidense para (permitirle) tener buenos amigos en la izquierda y la derecha", analizó.
"Siempre y cuando sean amigos que gobiernen en democracia, que defiendan el libre comercio, que abran mercados y cumplan con sus pueblos", puntualizó. "Ciertamente no somos muy populares en Venezuela", resumió con una sonrisa.
La jefa de la diplomacia estadounidense no quiso comentar un presunto informe de la inteligencia de su país, citado en un periódico italiano, sobre la posible ayuda venezolana para transferir material para construir misiles de Irán hacia Siria.
"Es realmente destacable que las condiciones en Venezuela continúan deteriorándose y que las energías del régimen venezolano parece orientarse hacia afuera, en lugar de afrontar esos problemas significativos", se limitó a comentar.
"Creo que esos problemas van a convertirse en más severos" en el futuro, vaticinó.
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