Internacional
La Unión Europea da la bienvenida al Tratado de Lisboa
La nueva cúpula de gobernantes europeos auguran convertirse en un importante participante de la comunidad internacional
El tratado, que también pretende agilizar la toma de decisiones en la UE, crea un presidente estable del Consejo Europeo y aumenta las competencias de su jefe de Política Exterior. El objetivo es dar al bloque una fuerza política que iguale su peso económico.
“Hoy empieza una nueva era de cooperación europea”, declaró el primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, cuyo país tiene la presidencia semestral rotatoria hasta final de año.
La británica Catherine Ashton empezó a trabajar inmediatamente, relevando a Javier Solana. El primer ministro belga, Herman Van Rompuy, asumirá su cargo de presidente del Consejo Europeo el 1 de enero, cuando España ocupe la presidencia semestral.
Pero los cambios del tratado no se dejarán notar de manera inmediata, y la UE pugna por aumentar su peso ante potencias emergentes como China, que ha incrementado su influencia durante la crisis económica global.
Aunque la Unión Europea es una importante asociación política y comercial que representa a casi 500 millones de habitantes, sus dirigentes se han enfrentado en numerosas ocasiones durante los ocho años en que se prolongó el proceso de negociación y ratificación de Lisboa.
El Tratado de Lisboa cambia las normas sobre cómo se toman las decisiones en la UE, algo que se ha convertido en difícil de manejar desde la incorporación de 10 países, en su mayoría del este y el centro de Europa, en el 2004, y dos más en el 2007.
El texto también da más poderes al Parlamento Europeo, que comparte responsabilidades legislativas con la Comisión. Los líderes de los países miembros conservan mucho poder.
La nueva cúpula de la UE y gobernantes de Portugal, España, Suecia y Chile se reunieron en la capital para celebrar la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, que saludaron como un renacimiento europeo.
En la celebración de la entrada en vigor del Tratado participaron el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso; el del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero; la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, que realiza una visita a Portugal; y como anfitriones el primer ministro, José Socrates, y el presidente luso, Aníbal Cavaco Silva.
Cambio jurídico
-- El Tratado crea el cargo de presidente del Consejo Europeo para un mandato renovable de dos años y medio, una figura más estable que la actual presidencia semestral rotatoria entre países. Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE han escogido al primer ministro belga, Herman Van Rompuy, que asumirá el cargo el 1 de enero, cuando España empezará su semestre de presidencia.
-- El alto representante de Política Exterior adquiere nuevas competencias y dirigirá un servicio diplomático propio. Los dirigentes europeos han seleccionado a la británica Catherine Ashton, que sustituirá al español Javier Solana y aún necesita la aprobación del Parlamento Europeo. Responde ante los gobiernos europeos, pero también es vicepresidente de la Comisión Europea y gestiona el presupuesto de ayuda exterior de Bruselas.
-- La toma de decisiones en la UE seguirá basada en el reparto de votos acordado en el 2000 en el Tratado de Niza hasta el 2014. Después, se basará en un sistema de “doble mayoría” por el que las leyes requerirán la aprobación de 55% de los estados miembros que representen 65% de la población europea.
-- El Tratado de Lisboa establece como objetivos una política energética común y luchar contra el cambio climático. Además, introduce la posibilidad de que un país deje la Unión Europea de manera negociada. Un millón de ciudadanos europeos puede pedir a la Comisión que elabore una ley sobre un asunto determinado.
-- La UE obtiene una capacidad ampliada de actuar sobre las libertades, seguridad y justicia, con el objetivo de fortalecer su capacidad de luchar contra el crimen y el terrorismo. Los Estados miembros tendrán una cláusula de defensa mutua al estilo de la OTAN, por la cual reaccionarán de manera conjunta ante un ataque o desastre natural.
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