Internacional
La UE busca mejorar su relación con Turquía
La UE busca aliarse con el país de Medio Oriente para contener la llegada de refugiados a Europa
UE) escenificarán mañana en una cumbre con
Turquía la mejora de su relación bilateral, forzados por la necesidad de contar con Ankara como aliado para contener la llegada de demandantes de asilo a Europa.
Turquía, que salvo sorpresa de última hora estará representada sólo por su primer ministro, Ahmet Davutoglu, llegará a Bruselas con un objetivo claro: impulsar las lentas negociaciones de acceso a la Unión Europea, que llevan una década estancadas fundamentalmente por la oposición de Grecia y sobre todo de Chipre, con quien mantiene disputas históricas.
Ankara, consciente del poder que le otorga que la UE la necesite para gestionar la crisis de refugiados, intentará también lograr el mayor apoyo financiero posible, eximir a los ciudadanos turcos de visado para viajar a Europa y formar parte de las cumbres comunitarias.
La UE, por su parte, espera que Turquía se comprometa a controlar mejor sus fronteras para retener a los más de dos millones de personas que albergan sus campos de refugiados, que establezca centros de registro de solicitantes de asilo en su territorio, acepte la devolución de inmigrantes irregulares y que refuerce su lucha contra las mafias de traficantes.
"Todos sabemos, con más o menos entusiasmo, que Turquía es un socio estratégico", reconocían el viernes fuentes diplomáticas.
La primera meta concreta a lograr serán los tres mil millones de euros que los países de la UE están dispuestos a ofrecer a Turquía para que mejore las condiciones en las que viven los refugiados en su país, aunque está por ver si esa financiación es para un periodo de un año, como quiere Ankara, o para dos, como prefiere Bruselas.
La Comisión Europea detalló esta semana el marco legal en el que quiere que se base esa contribución de la UE, con 500 millones de euros procedentes de las arcas comunitarias y otros dos mil 500 millones de aportaciones bilaterales basadas en el PIB de cada país, que los gobiernos nacionales deben concretar antes del 21 de diciembre para que los desembolsos puedan comenzar el próximo primero de enero.
Según este planteamiento, España debería aportar 191 millones de euros, mientras que Alemania tendría que contribuir con 534 millones, el Reino Unido con 409 millones, Francia con 386 millones e Italia con 281 millones de euros.
La segunda meta tiene que ver con agilizar el proceso para la liberalización de visados para ciudadanos turcos que figura en el borrador de la declaración para octubre de 2016, un año antes de lo previsto.
La UE estaría dispuesta a aceptar este adelanto a cambio de que Ankara se comprometa a admitir la devolución de inmigrantes irregulares que lleguen a territorio comunitario desde Turquía a partir de esa misma fecha.
La declaración final del encuentro hará también referencia en principio a la reapertura del proceso de adhesión, aunque aún no se ha decidido con qué nivel de precisión, debido a las reticencias de Chipre y Grecia.
Ankara solicita que se reabran con urgencia las discusiones dedicadas a energía, políticas económicas, justicia y derechos fundamentales, justicia y libertad, educación y cultura y políticas de defensa, todas ellas pausadas desde 2009.
Por ahora, sin embargo, Turquía sólo parece haber logrado una promesa no oficial de Bruselas sobre políticas económicas, tema detenido desde 2007, que podría reabrirse a mediados de diciembre, mientras que los demás se dejarían para 2016.
La cumbre de mañana se produce en un ambiente tenso tras el derribo del bombardero ruso Su-24 por una supuesta violación del espacio aéreo turco en la frontera con Siria y pocos días después de la detención en Turquía de dos periodistas de un prestigioso diario opositor, acusados de espionaje y de revelar secretos de Estado.
BRUSELAS, BÉLGICA (28/NOV/2015).- Los jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea (
Turquía, que salvo sorpresa de última hora estará representada sólo por su primer ministro, Ahmet Davutoglu, llegará a Bruselas con un objetivo claro: impulsar las lentas negociaciones de acceso a la Unión Europea, que llevan una década estancadas fundamentalmente por la oposición de Grecia y sobre todo de Chipre, con quien mantiene disputas históricas.
Ankara, consciente del poder que le otorga que la UE la necesite para gestionar la crisis de refugiados, intentará también lograr el mayor apoyo financiero posible, eximir a los ciudadanos turcos de visado para viajar a Europa y formar parte de las cumbres comunitarias.
La UE, por su parte, espera que Turquía se comprometa a controlar mejor sus fronteras para retener a los más de dos millones de personas que albergan sus campos de refugiados, que establezca centros de registro de solicitantes de asilo en su territorio, acepte la devolución de inmigrantes irregulares y que refuerce su lucha contra las mafias de traficantes.
"Todos sabemos, con más o menos entusiasmo, que Turquía es un socio estratégico", reconocían el viernes fuentes diplomáticas.
La primera meta concreta a lograr serán los tres mil millones de euros que los países de la UE están dispuestos a ofrecer a Turquía para que mejore las condiciones en las que viven los refugiados en su país, aunque está por ver si esa financiación es para un periodo de un año, como quiere Ankara, o para dos, como prefiere Bruselas.
La Comisión Europea detalló esta semana el marco legal en el que quiere que se base esa contribución de la UE, con 500 millones de euros procedentes de las arcas comunitarias y otros dos mil 500 millones de aportaciones bilaterales basadas en el PIB de cada país, que los gobiernos nacionales deben concretar antes del 21 de diciembre para que los desembolsos puedan comenzar el próximo primero de enero.
Según este planteamiento, España debería aportar 191 millones de euros, mientras que Alemania tendría que contribuir con 534 millones, el Reino Unido con 409 millones, Francia con 386 millones e Italia con 281 millones de euros.
La segunda meta tiene que ver con agilizar el proceso para la liberalización de visados para ciudadanos turcos que figura en el borrador de la declaración para octubre de 2016, un año antes de lo previsto.
La UE estaría dispuesta a aceptar este adelanto a cambio de que Ankara se comprometa a admitir la devolución de inmigrantes irregulares que lleguen a territorio comunitario desde Turquía a partir de esa misma fecha.
La declaración final del encuentro hará también referencia en principio a la reapertura del proceso de adhesión, aunque aún no se ha decidido con qué nivel de precisión, debido a las reticencias de Chipre y Grecia.
Ankara solicita que se reabran con urgencia las discusiones dedicadas a energía, políticas económicas, justicia y derechos fundamentales, justicia y libertad, educación y cultura y políticas de defensa, todas ellas pausadas desde 2009.
Por ahora, sin embargo, Turquía sólo parece haber logrado una promesa no oficial de Bruselas sobre políticas económicas, tema detenido desde 2007, que podría reabrirse a mediados de diciembre, mientras que los demás se dejarían para 2016.
La cumbre de mañana se produce en un ambiente tenso tras el derribo del bombardero ruso Su-24 por una supuesta violación del espacio aéreo turco en la frontera con Siria y pocos días después de la detención en Turquía de dos periodistas de un prestigioso diario opositor, acusados de espionaje y de revelar secretos de Estado.
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