Internacional

Juan Orlando Hernández y Xiomara Castro van parejos

El candidato oficialista y la propuesta de Libre están en un empate técnico en las preferencias electorales

TEGUCIGALPA, HONDURAS (23/NOV/2013).- Honduras va a elecciones generales el  domingo sumida en una violencia incontrolable que lo convirtió en el país más  mortífero del mundo, una crisis económica sin precedentes y una polarización  política, marcada por el golpe de Estado de 2009.

Ocho candidatos aspiran a relevar al presidente Porfirio Lobo, en unos  comicios de una sola vuelta y pronóstico reservado: el derechista Juan Orlando  Hernández y la izquierdista Xiomara Castro se hallan en empate técnico (28%  contra 27%), según el último sondeo divulgado hace un mes.

Por primera vez en la historia de este empobrecido país centroamericano, el  bipartidismo que ha gobernado por más de un siglo -junto a los militares- está  amenazado, y por una candidatura de izquierda, además representada por una  mujer, la esposa del derrocado presidente Manuel Zelaya.

Castro, aspirante de Libertad y Refundación (Libre), fundado por Zelaya  tras volver del exilio en 2011, promete reconciliación y un "socialismo  democrático a la hondureña", pero Hernández, del gobernante Partido  Nacionalista (PN), ha advertido del peligro de un retorno a la "confrontación"  si es electa su rival.

Omnipresente en la campaña de su esposa, Zelaya, derrocado por una alianza  de militares, empresarios y políticos de derecha tras su acercamiento a la  Venezuela de Hugo Chávez, va a las elecciones como candidato a diputado, en un  país donde está prohibida la reelección presidencial.

Bajo fuerte despliegue militar y temores de fraude y confrontación entre la  población, los hondureños -están llamados a las urnas unos 5,4 millones-  elegirán además tres vicepresidentes, 128 diputados y 298 alcaldes para los  próximos cuatro años.

"Es de prever que tengamos un Congreso muy heterogéneo, donde ningún  partido tendrá una mayoría absoluta, lo cual obligará a hacer pactos,  alianzas", declaró a la AFP el analista independiente Matías Funes.

Cuatro de los nueve partidos -ocho con candidatos presidenciales- surgieron  tras el golpe, lo que, según los analistas, muestra el cansancio de la  población a la forma tradicional de hacer política.

Más allá de la profunda polarización política, los hondureños esperan que  los comicios pasen la página y se atiendan los problemas de pobreza, violencia  y crisis económica, de una gravedad sin precedentes según expertos.

Cada día mueren en promedio 20 personas de forma violenta, más de 80% con  arma de fuego, disparadas por narcotraficantes, pandilleros, sicarios... en la  noche o a plena luz del día. Un 95% de los crímenes quedan impunes, reconocen  las autoridades.

En un país con el récord mundial de homicidios, 85,5 por cada 100.000  habitantes, la lucha contra el crimen centró el debate electoral. Hernández  promete mantener los soldados en las calles y Castro enviarlos a las fronteras  para frenar al narcotráfico y encargar a una policía comunitaria el combate a  las pandillas.

"Haré lo que tenga que hacer para erradicar la delincuencia, repitió  insistentemente el candidato oficialista durante la campaña. Mientras que  Castro ha insistido en que lo primordial es "refundar" Honduras para acabar con  la violencia y la pobreza.

Honduras es uno de los cuatro países más pobres de América Latina, junto  con Haití, Bolivia y Nicaragua: 71% de sus 8,4 millones de habitantes vive en  pobreza, un 53% en miseria y el subempleo alcanza niveles del 40%, según la  GONG local Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo (Fosado).

El influyente líder industrial Adolfo Acusé, quien se manifestó a favor del  golpe en 2009, sorpresivamente ha declarado simpatías a Castro, tras calificar  al gobierno de Lobo como "un desastre".

Pero Lobo, considerado el presidente de "transición" tras el golpe, afirma  haber dejado un país reconciliado y las bases para la "prosperidad". "Se  sellará cualquier duda sobre la legitimidad de los gobiernos de Honduras", dijo  este viernes tras reunirse con observadores.

Mas en las calles se respira zozobra. La policía hondureña instaló "una  sala de crisis" como parte de un plan de seguridad y contingencia ante la  posibilidad de conflictos.

Los comicios serán vigilados por unos 800 observadores internacionales. "El  llamado es muy claro: que la votación sea libre (...) que no se dejen comprar  el voto", dijo Ulrike Lunacek, jefe de la misión de la Unión Europa.

El jefe de la misión de la OEA, el chileno Enrique Correa, dijo que "nada  indica que exista algún tipo de fraude".

Las urnas abrirán a las 07:00locales y cerrarán a las 16:00. Los primeros resultados se conocerán unas dos horas después, según el  Tribunal Supremo Electoral.
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