Internacional

Incertidumbre en Reino Unido por alianzas

Los liberal-demócratas tendrían la clave para formar un Gobierno de coalición a condición de una reforma del sistema electoral

Incertidumbre en Reino Unido por alianzas
LONDRES, INGLATERRA (07/MAY/2010).- La victoria de los conservadores liderados por David Cameron en las elecciones generales británicas, pero que no logró la mayoría absoluta en la Cámara de los Comunes, según sondeos a pie de urna, podría sumir a Gran Bretaña en la incertidumbre sobre su futuro político.

Los “tories” con 305 diputados, 21 menos que la mayoría absoluta de (326 de los 650) escaños del Parlamento, según una actualización de esta encuesta difundida por las televisiones británicas BBC, Sky e ITV.

Los laboristas del primer ministro Gordon Brown obtendrían 255 y los liberal-demócratas de Nick Clegg, sólo 61, dos menos que en la Legislatura saliente, pese a haber sido los que animaron esta campaña.

Si se confirma, será el primer hung parliament (sin mayoría absoluta) en Gran Bretaña desde 1974, situación que preocupa a los mercados.

Cameron, de 43 años, declaró que los resultados demostraban que el país quería “un cambio” tras 13 años ininterrumpidos de laborismo. “Creo que está claro que el Gobierno laborista ha perdido su mandato para gobernar el país”, dijo tras ser reelegido por la circunscripción de Witney Court (Inglaterra).

Sin embargo, varios diputados laboristas se refirieron a la posibilidad de tratar de formar una coalición con los liberal-demócratas.

“Las reglas son que si hay un hung parliament no es el partido con el mayor número de escaños el que tiene prioridad, sino el Gobierno saliente”, declaró a la BBC el ministro de Comercio, Peter Mandelson.

En efecto, según la convención constitucional británica, el primer ministro saliente puede dimitir o seguir en el poder para tratar de formar un Gobierno y someterlo a la confianza del Parlamento.

En una comparecencia posterior en Escocia, Gordon Brown prometió “jugar su papel para que Gran Bretaña tenga un Gobierno fuerte, estable y de principios, capaz de liderar a Gran Bretaña a una recuperación económica duradera”.
Clegg, que tendría la llave de ese Gobierno de coalición, no descartó la posibilidad antes de los comicios, aunque sugirió que Brown debería marcharse, y condicionó cualquier alianza a una reforma del sistema electoral que perjudica claramente a los pequeños partidos.

Una sola vuelta

Cámara de los Comunes


La Cámara de los Comunes británica (Cámara baja del Parlamento) está formada por 650 diputados (533 ingleses, 59 escoceses, 40 galeses y 18 norirlandeses). En una de las circunscripciones —Thirsk and Malton (Norte de Inglaterra)— la elección se celebrará el 27 de mayo por el fallecimiento de uno de los candidatos.

El Reino Unido tiene un sistema mayoritario simple a una sola vuelta, en el que cada una de las 650 circunscripciones uninominales la gana el candidato que logra la mayoría simple de los votos, lo que hasta ahora ha propiciado mayorías absolutas, con laboristas y “tories” alternándose en el poder desde la Segunda Guerra Mundial.

La única excepción fue el Gobierno dirigido por el laborista Harold Wilson entre 1974 y 1976, que perdió una moción de confianza en el Parlamento, lo que obligó a la convocatoria de elecciones anticipadas, que mantuvieron en el poder a los laboristas hasta 1979, pero con otro primer ministro al frente: Jim Callaghan.
Agencias

Semana inglesa


Es una tradición electoral que los comicios en Reino Unido se celebren en jueves, aunque no es obligatorio. Tiene algunas explicaciones curiosas, una teoría es que el viernes ha sido históricamente día de paga, al celebrar la elección en jueves se evitaba que los electores estuvieran embriagados como para votar en domingo.

PERFIL

El heredero natural del thatcherismo

Simpático, pragmático y con don de gentes, sin una marcada huella ideológica, David Cameron aporta con sus aires juveniles y distendidos la imagen modernizadora del viejo partido tory.

A sus 43 años quiere personificar al líder conservador del siglo XXI, menos rígido en sus postulados sociales —derechos de los gays, aceptación del aborto—, aunque siempre anclado en la defensa de una mínima intervención del Gobierno.

Cameron ofrece el rostro del conservadurismo humano. Del antiestatalista que garantiza el apoyo a la sanidad pública, a partir de la experiencia vivida con su hijo Ivan, aquejado de parálisis cerebral y epilepsia y fallecido el año pasado.

El heredero natural del thatcherismo se mira en realidad en el espejo de Tony Blair: la seducción que convierte al partido en una maquinaria ganadora de elecciones.

El origen heterogéneo de sus colaboradores, el protagonismo que ejerce junto a su aristocrática esposa Samantha en la “jet-set de Notting Hill” —ricos y guapos, pero también más cercanos al mundo real— irritan sobremanera a la vieja guardia de su partido. Sólo le perdonarán si logra destronar al laborismo.
El País
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