Internacional

Ike sembró desolación en Texas y dejó al menos tres muertos

Unos 2,2 millones de personas fueron evacuadas en Texas y más de 130.000 en el estado vecino de Luisiana, mientras que más de tres millones de personas permanecían sin electricidad en ambos estados

GALVESTON, EEUU.- Una enorme operación de rescate y limpieza estaba en curso el domingo en Texas, sur de Estados Unidos, tras el pasaje del huracán Ike que sembró devastación sobre una franja costera de 800 km de largo, y dejó al menos tres muertos.

Más de 48 horas después de que el ciclón golpease de pleno la estación balnearia de Galveston las autoridades municipales dieron cuenta de tres muertos, un balance hasta ahora menor teniendo en cuenta la extensión de los daños.

"El peor escenario que se había proyectado en algunas áreas no ocurrió", declaró el gobernador del estado de Texas (sureste), Rick Perry, quien anunció "la mayor operación de socorro y búsqueda de toda la historia del estado".

A mediodía, equipos de rescate apoyados por docenas de helicópteros habían rescatado 940 personas a lo largo de la costa texana, reportaron medios locales de Houston.

El secretario de Seguridad Interior, Michael Chertoff, hizo el sábado referencia a "algunos muertos" y agregó que "el balance podría aumentar en las próximas horas, particularmente entre las personas que no evacuaron la zona".

Galveston, pequeña ciudad balnearia en una isla entre una laguna y el Golfo de México, con 58.000 habitantes, fue golpeada de pleno por vientos de más de 200 km/h, y permanece sin electricidad desde el viernes porque la crecida del agua del mar mezclada con el lodo invadió sus calles.

El huracán dejó postes y palmeras por el suelo, cables eléctricos destruidos, semáforos que colgaban, vidrios quebrados, techos arrancados, y barcos en tierra firme.

El domingo, los habitantes que habían permanecido en el balneario trataban desesperadamente de subirse a los autobuses requisados por las autoridades para abandonar la isla siniestrada.

"Fue mi primer huracán. No quise partir enseguida", cuenta Ashia Turner, una joven de 18 años. "Pero todo empezó a hacerse añicos y mi hija temblaba de miedo. Entonces me fui a un refugio".

Unos 2,2 millones de personas fueron evacuadas en Texas y más de 130.000 en el estado vecino de Luisiana, mientras que más de tres millones de personas permanecían sin electricidad en ambos estados. Funcionaros advirtieron que podría tomar semanas restablecer la corriente, por lo que las autoridades de Houston declararon un toque de queda de 21H00 a 06H00, para evitar accidentes en la carretera con árboles caídos, líneas de alta tensión y vidrios rotos.

El domingo el ciclón, debilitado, se dirigía al estado sureño de Arkansas y otros estados del valle del Mississippi.

Ike también sembró desolación en las calles de Houston, cuarta ciudad del país, situada a 70 km de la costa. Un toque de queda fue decretado para toda la semana a fin de evitar saqueos.

El presidente George W. Bush, criticado por su tardía reacción durante el pasaje del huracán Katrina, que en 2005 provocó más de 1.500 muertos en Nueva Orleans (sur), anunció que el martes iría a Texas para expresar su "apoyo".

"El gobierno federal entregará 1,5 millones de litros de agua y un millón de comidas diarias para ayudar a las personas desplazadas", agregó.

Además, Ike habría dañado a una decena de plataformas e instalaciones petroleras en el Golfo de México, según información preliminar, dijo una portavoz del servicio estadounidense de Gestión de Recursos Mineros (MMS) este domingo.

"Según información preliminar obtenida luego de sobrevolar la zona, hay una decena de plataformas dañadas", dijo Eileen Angelico a AFP. "Esta información no ha sido confirmada", acotó.

Más temprano el precio del petróleo se había reducido 2 dólares el domingo en Nueva York, a 99,30 dólares, con un mercado más tranquilo tras el impacto relativamente limitado de Ike, aunque las refinerías de petróleo de la región de Houston seguirán cerradas durante ocho o nueve días.

El huracán podría haber provocado daños entre 8.000 y 18.000 millones de dólares, calculó la empresa privada Eqecat. Bastante menos que Katrina, considerado el siniestro más caro de la historia con 68 500 millones de dólares.
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