Internacional
Hermetismo rodea a Mandela
Las autoridades sólo informaron que el estado del ex presidente es ''grave pero estable''; ciudadanos oran por su mejoría
Desde el anuncio de su hospitalización, en la madrugada del sábado, la presidencia todavía no ha dado ninguna información sobre su estado.
La última información médica indicaba que su situación era “grave pero estable”.
Según los periodistas, Mandela habría recibido dos veces la visita de su familia en el Hospital de Pretoria donde los medios creen que está siendo tratado. Sin embargo, la presidencia se niega a confirmar el lugar de su hospitalización.
El icono de la lucha contra la segregación racial cumplirá 95 años el 18 de julio. En dos años y medio, éste es su cuarto ingreso por un problema pulmonar, sin contar una visita al hospital para someterse a exámenes.
Aunque se suceden los deseos de una pronta recuperación, esta vez las voces que dicen que incluso los héroes tienen derecho a morir se han hecho más fuertes.
“Es hora de dejarlo partir” titulaba en primera plana el diario ''Sunday Times'', con una foto de un Mandela sonriente y saludando con la mano, en un gesto de adiós.
“Ahora la familia debe dejarlo para que Dios intervenga a su manera”, dijo Andrew Mlangeni, un viejo amigo de Mandela, que resume una opinión compartida en las redes sociales.
En Twitter los llamados para dejar ir a Mandela se acumulaban: “Hay que rezar para que Tata Madiba vaya bien o para que Dios lo libere de sus sufrimientos? Creo que es hora de que lo dejemos ir”, escribió Porchez.
PERFIL
Contra el apartheid
Nació en Mvezo, Unión de Sudáfrica, el 18 de julio de 1918. Conocido en su país como Madiba, (título honorífico otorgado por los ancianos del clan; también era llamado Tata).
Abogado y político, fue el primer presidente elegido por sufragio universal así como el líder del brazo armado del Congreso Nacional Africano (CNA).
En 1962 fue arrestado y condenado por sabotaje, además de otros cargos, a cadena perpetua. Estuvo 27 años en la cárcel, la mayoría de los cuales estuvo confinado en la prisión de Robben Island.
Tras su liberación el 11 de febrero de 1990, lideró a su partido en las negociaciones para conseguir una democracia multirracial en Sudáfrica, lo que consiguió en 1994.
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