Internacional
Hermandad Musulmana consideraría dejar la negociación en Egipto
El principal grupo islamista opositor espera que se cumplan las demandas de los manifestantes
Los comentarios de Obama parecían contradecir a las declaraciones de líderes de la oposición egipcia, que hablaron de pocos avances en las negociaciones en torno a demandas como la salida inmediata del presidente, Hosni Mubarak.
"Obviamente, Egipto tiene que negociar un camino y están haciendo progresos", dijo Obama a periodistas en Washington.
Los manifestantes, quienes acampan en la plaza Tahrir de El Cairo, han prometido permanecer hasta que el mandatario renuncie y esperan llevar de nuevo su campaña a las calles con manifestaciones masivas el martes y el viernes.
Muchos hombres jóvenes restaron importancia al diálogo político que se está celebrando.
Estados Unidos ha instado a todas las partes a que den tiempo para una "transición ordenada" para alcanzar un nuevo orden político en Egipto, un aliado estratégico de Washington desde hace décadas.
Pero los manifestantes temen que cuando se vaya Mubarak, no le sustituya la democracia que quieren sino otro gobernante autoritario.
La oposición ha pedido que se reescriba la Constitución para permitir elecciones presidenciales libres y justas, un límite a las legislaturas presidenciales, la disolución del Parlamento, la liberación de detenidos políticos y que se levante la ley de emergencia.
"Estamos evaluando la situación. Vamos a considerar toda la cuestión del diálogo", dijo a Reuters Esam el-Eriam, de la Hermandad Musulmana. "Reconsideraremos en función de los resultados. Algunas de nuestras demandas se han aceptado, pero no ha habido respuesta a nuestras demandas principales de que Mubarak se marche", agregó.
El posible ascenso al poder de la proscrita Hermandad Musulmana, ampliamente considerada como el grupo de oposición mejor organizado, preocupa a los aliados occidentales de Egipto y a la vecina Israel, que tiene un tratado de paz con el país árabe.
Diferencias significativas
El lunes, la Casa Blanca expresó su preocupación por la "retórica anti americana" del grupo, pero evitó decir que se opondría a que asumieran un papel en un futuro Gobierno.
"Tenemos diferencias significativas (con la Hermandad Musulmana)", dijo a periodistas el portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs.
Mubarak, de 82 años y que rechaza las peticiones de que ponga fin a sus 30 años en el poder antes de las elecciones de septiembre diciendo que ello llevará el caos al país, ha intentando centrarse en recuperar el orden. Su Gobierno parece estar ganando tiempo.
Para tratar de conseguir que el tráfico empiece a movilizarse alrededor de la plaza Tahrir, el Ejército intentó el lunes a primera hora despejar la zona ocupada por los manifestantes. Estos salieron de sus tiendas y rodearon a los soldados que trataban de acorralarlos en un área reducida.
El papel que tome en las próximas semanas el poderoso Ejército egipcio se considera crucial para el futuro del país.
"El Ejército se está inquietando y también los manifestantes. El Ejército quiere reducirnos en un pequeño círculo en medio de la plaza para que el tráfico empiece a moverse de nuevo", dijo por teléfono Mohamed Shalaby, un activista de 27 años.
Las protestas, a las que algunos activistas llaman "la Revolución del Nilo", podría haber costado unas 300 vidas hasta ahora, según Naciones Unidas
La presencia de la Hermandad Musulmanes en las negociaciones del fin de semana, después de que las fuerzas de seguridad de Mubarak reprimieran al grupo durante años, fue un paso significativo que hubiera parecido impensable antes de las protestas.
El nuevo gabinete de Mubarak prometió el lunes mantener los subsidios y atraer inversiones extranjeras en su primera reunión desde que comenzaron las protestas contra la pobreza, los altos precios y pidiendo el fin del Gobierno.
Con un Gobierno comprometido a la reforma, una oposición con limitada experiencia política, un proceso constitucional que impide cambios precipitados y un importante rol estratégico, los próximos pasos de Egipto deben ser cuidadosamente analizados, dicen funcionarios estadounidenses.
La oposición logró avances en las últimas dos semanas.
Mubarak dijo que no volvería a buscar la presidencia. Además, su hijo fue descartado como su posible sucesor, se ha nombrado un vicepresidente por primera vez en 30 años, el partido gobernante ha renunciado y el viejo Gabinete fue reemplazado.
Pero quizás el cambio más importante sea que ahora cientos de miles de manifestantes salen sin problemas a las calles. Antes del 25 de enero, se hubieran encontrado con una dura reacción policial.
La agencia estatal de noticias MENA informó el lunes que Mubarak conformó dos comités para establecer los cambios a la Constitución, una de las demandas de los manifestantes.
La libra egipcia cayó a un mínimo de seis años en el segundo día de operaciones luego de un cierre de una semana. Los operadores dijeron que los bancos estatales parecían estar vendiendo dólares para apuntalar a la libra.
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