Internacional

Hay un mundo allá afuera…

Este domingo cumple 88 días sin comer

Este domingo cumple 88 días sin comer. Las condiciones de salud que presenta son cada vez más críticas: fiebre alta, cistitis, dolor en el cuerpo, tiene una cánula para localizar sus venas, pasarle suero y medicamentos, ya no tiene fuerza. Dos personas lo cargan cuando se enfada de la cama. Sus ojos se ven cada día más grandes por su extrema delgadez.

En esas condiciones se encuentra Guillermo Fariñas, el psicólogo cubano que decidió por segunda vez en su vida realizar una huelga de hambre, justo un día después de que el prisionero de conciencia Orlando Zapata muriera por hacer lo mismo, en protesta al régimen cubano y a las condiciones en las que tienen al resto de cubanos encarcelados por estar en contra del Gobierno de los Castro.

Fueron 85 días los que resistió el cuerpo de Zapata y ahora Fariñas ve una esperanza y solución en la Iglesia Católica.

Así, de manera sorpresiva, el único signo de confianza que ha demostrado desde el pasado 24 de febrero, se dirige a una reunión que sostuvo el pasado miércoles el cardenal Jaime Ortega con el Gobierno de Raúl Castro y en la que la participación de la Iglesia sería de una posible mediadora en la solución de  conflictos, la liberación de presos políticos o bien el caso Fariñas.

De inmediato, dos emisarios católicos se trasladaron al hospital Arnaldo Milián Castro, en Santa Clara, para hablar con Guillermo y pedirle —mucha atención con la siguiente palabra— que confíe en la gestión eclesiástica.

¿Qué le llevó a Raúl Castro a permitir un diálogo con la Iglesia? Será que en lugar de atreverse a negociar con la disidencia civil, ¿prefiere hacerlo con la dirigencia católica cubana? ¿Y si no es así qué? No hay que olvidar las declaraciones del mismo cardenal Ortega al referirse a la reunión como “un proceso de diálogo todavía incipiente”, entonces por qué pensar y más aún, confiar, en que el Gobierno está en la mejor disposición de solucionar problemas más allá de las relaciones Iglesia- Estado.

Este domingo será clave con otro grupo de peso en la isla: las Damas de Blanco. Como cada fin de semana protestan pacíficamente, pero ahora intentarán ir por las calles con el rostro confiando en la reunión que sostuvieron ayer sábado con el cardenal Ortega. Su presidenta Laura Pollán y la activista Bertha Soler no mencionaron nada del encuentro.

La expectativa crece por conocer hoy qué fue lo que se dijo y prometió.

Hay un mundo allá fuera, palidecido y muchas veces olvidado por estados fallidos,  políticos desaparecidos o por niñas que se enredan en sus sábanas hasta provocar su muerte.

En Cuba la moneda está en el aire. Este nuevo capítulo del régimen castrista con los católicos-cubanos tiene pensando a muchos en una palabra difícil de crear cuando se habla de un Gobierno: confianza.
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