Internacional
Hallan el cadáver de un policía con signos de violencia en Túnez
Se piensa que manifestantes golpearon al oficial hasta matarlo; las protestas sociales estallaron a principios de esta semana en las zonas rurales del país
Según los medios, el cuerpo sin vida fue encontrado el sábado tirado en una calle de la localidad minera de Gafsa, escenario en los últimos días de protestas sociales en demanda de empleo y de actos de vandalismo cometidos por grupos afines al régimen derrocado y por movimientos salafistas radicales.
En la región también actúan desde hace meses grupos armados vinculados ideológicamente con la organización yihadista Estado Islámico afincados en la vecina región de Kasserine, limítrofe con Argelia.
Las protestas sociales estallaron a principios de esta semana en las zonas rurales de esta última provincia suroccidental, empobrecida y afectada por la acción de los grupos que se esconden en el monte Chambi.
Las manifestaciones, que comenzaron como un simple arrebato de indignación social, fueron rápidamente manipuladas por grupos de extrema derecha asociados al antiguo régimen y movimientos radicales salafistas para generar violencia.
La situación se hizo tan peligrosa el jueves que Essid se vio obligado a abandonar la cumbre de Davos y regresar de inmediato al país.
Su primera medida fue decretar el viernes un toque de queda en todo el país, en vigor desde las 20:00 horas local (18:00 GMT) a las 5:00 de la madrugada (3:00 GMT).
Aún así, un grupo de unas cincuenta personas intentó la noche de viernes incendiar una sede de la Guardia Nacional en las localidades de Sidi Ali Ben Aoun y Regueb, incluidas en la gobernación de Sidi Bouzid, donde lanzaron cockteles Molotov.
Las protestas, durante las que han sido detenidas decenas de personas, se producen en medio de la crisis que sacude al partido Nida Tunis, mayoritario en la coalición de gobierno, que se partió días atrás y perdió la mayoría que tenía en la Cámara en favor de sus socios, los islamistas moderados de An Nahda.
Días antes, Essid había ordenado una remodelación del gobierno en la que los islamistas ganaron peso.
Cinco años después de la revolución que derrocó la dictadura de Zinedin el Abedin ben Ali, la violencia yihadista, el paro, el alza de los precios, la frustración por la lentitud de las reformas y el retroceso de algunos derechos con la excusa de la Seguridad amenazan el progreso de la única primavera árabe que no ha fracasado.
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