Internacional
HRW denuncia abusos y tortura en cárceles brasileñas
La organización no gubernamental asegura que agentes participan en verdaderas 'carnicerías' con total impunidad; las prisiones albergan a más de 600 mil reos
SAO PAULO, BRASIL (27/ENE/2016).- La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) denunció hoy los "abusos cometidos por la policía" brasileña y "las condiciones inhumanas que imperan en las prisiones abarrotadas", donde se practican torturas.
En su informe mundial, que se presenta hoy de forma simultánea en Sao Paulo y Estambul, la ONG arremete contra la impunidad de los crímenes perpetrados por los agentes de la policía, que en algunos casos, afirma, han llegado a participar en "carnicerías".
Brasil registró en 2014 más de tres mil asesinatos llevados a cabo por las fuerzas del orden, lo que representa un incremento del 40 % respecto al año anterior, mientras que la cifra de agentes muertos cayó casi un 2 % con 400 fallecidos.
"Aunque algunas muertes resultan del uso legítimo de la fuerza por parte de la policía, otras no", matiza el documento, que destaca a Río de Janeiro y a Sao Paulo por liderar los estados con mayor tasa de ese tipo de asesinatos.
Según HRW, en Brasil hay "violaciones crónicas de derechos humanos" y se "necesita garantizar que los responsables de las ejecuciones extrajudiciales sean de hecho responsabilizados".
El capítulo brasileño del informe también censura la "tortura y malos tratos" contra los detenidos en presidios, muchos de los cuales "enfrentan problemas de grave hacinamiento y violencia".
La ONU denuncia que las prisiones brasileñas abrigan a más de 600 mil personas, un 61 % por encima de su capacidad oficial.
Este dato, junto a la falta de personal, "hace imposible a las autoridades mantener el control en muchas de las instalaciones, dejando a los presos vulnerables a la violencia y a las facciones criminales", indicó HRW.
El hacinamiento en las cárceles, además, pone en jaque la salud de los presos, que corren mayores riesgos que el resto de la población de contagiarse de virus como el VIH o contraer enfermedades como la tuberculosis.
Aún así, la organización celebró la rapidez con la que comienza a llevarse a los presos ante un juez en muchas jurisdicciones, lo que ayuda a detectar episodios de violencia.
Por otro lado, el informe pide al Congreso que rechace la Propuesta de Enmienda Constitucional que prevé la reducción de la mayoría de edad penal -de los 18 a los 16 años- para los delitos graves.
Esta medida fue aprobada el pasado agosto por la Cámara de los Diputados y actualmente está siendo debatida por una comisión en el Senado.
El documento también se refirió a la ley de lucha contra el terrorismo aprobada por el Legislativo que, en opinión de HRW, contiene un "lenguaje excesivamente vago, que podría ser utilizado de forma equivocada para procesar y condenar a manifestantes y miembros de movimientos sociales como si fuesen terroristas".
Finalmente, la organización criticó la actuación "inconsistente" de Brasil en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas por haberse abstenido al votar una resolución sobres las violaciones de derechos humanos en Siria.
En su informe mundial, que se presenta hoy de forma simultánea en Sao Paulo y Estambul, la ONG arremete contra la impunidad de los crímenes perpetrados por los agentes de la policía, que en algunos casos, afirma, han llegado a participar en "carnicerías".
Brasil registró en 2014 más de tres mil asesinatos llevados a cabo por las fuerzas del orden, lo que representa un incremento del 40 % respecto al año anterior, mientras que la cifra de agentes muertos cayó casi un 2 % con 400 fallecidos.
"Aunque algunas muertes resultan del uso legítimo de la fuerza por parte de la policía, otras no", matiza el documento, que destaca a Río de Janeiro y a Sao Paulo por liderar los estados con mayor tasa de ese tipo de asesinatos.
Según HRW, en Brasil hay "violaciones crónicas de derechos humanos" y se "necesita garantizar que los responsables de las ejecuciones extrajudiciales sean de hecho responsabilizados".
El capítulo brasileño del informe también censura la "tortura y malos tratos" contra los detenidos en presidios, muchos de los cuales "enfrentan problemas de grave hacinamiento y violencia".
La ONU denuncia que las prisiones brasileñas abrigan a más de 600 mil personas, un 61 % por encima de su capacidad oficial.
Este dato, junto a la falta de personal, "hace imposible a las autoridades mantener el control en muchas de las instalaciones, dejando a los presos vulnerables a la violencia y a las facciones criminales", indicó HRW.
El hacinamiento en las cárceles, además, pone en jaque la salud de los presos, que corren mayores riesgos que el resto de la población de contagiarse de virus como el VIH o contraer enfermedades como la tuberculosis.
Aún así, la organización celebró la rapidez con la que comienza a llevarse a los presos ante un juez en muchas jurisdicciones, lo que ayuda a detectar episodios de violencia.
Por otro lado, el informe pide al Congreso que rechace la Propuesta de Enmienda Constitucional que prevé la reducción de la mayoría de edad penal -de los 18 a los 16 años- para los delitos graves.
Esta medida fue aprobada el pasado agosto por la Cámara de los Diputados y actualmente está siendo debatida por una comisión en el Senado.
El documento también se refirió a la ley de lucha contra el terrorismo aprobada por el Legislativo que, en opinión de HRW, contiene un "lenguaje excesivamente vago, que podría ser utilizado de forma equivocada para procesar y condenar a manifestantes y miembros de movimientos sociales como si fuesen terroristas".
Finalmente, la organización criticó la actuación "inconsistente" de Brasil en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas por haberse abstenido al votar una resolución sobres las violaciones de derechos humanos en Siria.
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