Internacional
Guillermo Fariñas pasó la noche tranquilo, pero con dolor
La operación de urgencia en la vesícula fue una secuela de la huelga de hambre de 135 días
En declaraciones por teléfono a periodistas, desde la ciudad de Santa Clara, 280 kilómetros al este de La Habana, indicó que su hijo de 48 años pasó la noche tranquilo pero con mucho dolor tras ser operado el viernes, luego de varios días con vómitos y diarreas.
Está hospitalizado en la sala de terapia intensiva del hospital provincial de Villa Clara, donde el 8 de julio pasado puso fin a la huelga de hambre que inició el 24 de febrero, un día después de la muerte del preso opositor Orlando Zapata, fallecido tras 85 días sin ingerir alimentos.
La muerte de Zapata y la huelga de Fariñas concentraron la atención mundial en los presos políticos en Cuba y el gobierno, tras un inédito diálogo con la Iglesia Católica, accedió a liberar a 52 opositores, remanentes del grupo original de 75 encarcelados desde abril de 2003.
Los presos, 28 de los cuales han sido enviados a España, fueron acusados por las autoridades de “mercenarios” al servicio de la política de Estados Unidos para socavar la revolución.
Antes de este nuevo ingreso, Fariñas había regresado a su domicilio el 29 de julio donde continuaba tratamiento por una trombosis en el cuello y que, según sus médicos, constituye un peligro potencial de muerte por el que debe recibir anticoagulantes durante año y medio.
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