Internacional
Gaza recibe entre la indiferencia y el alivio el resultado del voto israelí
Se cree que Livni está dispuesta a hacer la paz con los palestinos
Aunque Netanyahu tiene más posibilidades de formar una coalición de Gobierno con la derecha ultranacionalista, algunos analistas y gente de a pie en la franja bendicen el diputado de ventaja que Kadima saca a Likud con el 99,5 por ciento del voto escrutado.
Y es que las encuestas previas a los comicios auguraban una victoria de Netanyahu, partidario de aún más dureza militar y nula intención negociadora con los palestinos, como mostró durante su etapa como primer ministro, entre 1996 y 1999.
"Es evidente que el éxito de Livni ha eliminado el miedo de una victoria del Likud y de la formación de un Gobierno de extrema derecha que incluya al líder radical anti-árabe de 'Israel Beitenu', Avigdor Lieberman", asegura el analista político Mjeimer Abu Seda.
Hace un mes, Lieberman llegó a sugerir que Israel lanzase una bomba atómica en Gaza para acabar con el movimiento islamista Hamás, que controla la franja desde junio de 2007, un año y medio después de su victoria en las elecciones legislativas palestinas.
Los hechos, en ocasiones, dan la razón a los pesimistas, como prueba que Livni se reunió hoy con Lieberman para estudiar la posibilidad de formar una coalición de Gobierno.
Con quince diputados, Israel Beitenu se perfila como el "partido bisagra".
Para Nidal Shaladan, sin embargo, los nombres de las distintas formaciones políticas del Estado judío riman siempre con destrucción y humillación para Gaza y Cisjordania.
"Todos estos partidos tienen casi los mismos programas y agendas, que son claramente crear más sufrimiento y agonía para el pueblo palestino y destruir toda esperanza de que tenga un Estado independiente", estima este taxista de 36 años de la ciudad de Gaza.
Faray Talal, un profesor de 42 años, es de la misma opinión: "Me da igual quién gane porque todos los israelíes son iguales. Desde la creación de Israel (en 1948) todos esos partidos políticos subieron al poder y formaron gobiernos sin hacer nada por nuestro pueblo más que generar muerte y destrucción".
"Debo preocuparme de nuestra suerte, no de los asuntos internos de Israel, porque todos éstos que luchan por llegar al Gobierno sólo ganan si matan más palestinos. Nuestra sangre es la tarjeta de presentación de todo candidato israelí", dice Faray.
Faray se refería a que Livni aumentó sus expectativas de voto a raíz de la ofensiva israelí en Gaza, en la que murieron 1.400 palestinos, cientos de ellos niños, en veintidós días de bombardeos e incursión terrestre en diciembre y enero pasados.
"¡Por supuesto que Livni no es buena!", clama Ayub Aldaba, un desempleado de 54 años, antes de discrepar de sus compatriotas por considerar a la ministra israelí de Exteriores "mejor que Netanyahu o (Ehud) Barak", el líder laborista y titular de Defensa durante el ataque del que Gaza empieza a despertar.
Ayub no aprecia diferencias sustanciales entre el Likud y el Kadima, pero ve a Livni "más moderada" que los representantes de otros partidos "que abiertamente amenazan y prometen destruir a los palestinos".
"Comprendo que ella jugó un papel fundamental en la guerra con Gaza, pero desde mi punto de vista hay otras partes a las que culpar por lo sucedido. Creo que Livni está dispuesta a hacer la paz con los palestinos y que si logra formar Gobierno puede llegar a un acuerdo", asegura con esperanza.
Así, mientras en Israel los candidatos comienzan sus cábalas y reuniones para formar Gobierno, Gaza sigue su día a día a la espera de Godot.
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