Internacional

Franceses rechazan elevar la edad de jubilación

Inconformes defendieron en las calles la edad de retiro, de 60 años, una conquista social de la década de 1980

PARÍS, FRANCIA (08/SEP/2010).- Más de un millón de personas, según el Gobierno, y 2.5 millones, según los sindicatos, tomaron las calles de Francia en una nueva jornada de protestas —que prometen seguir hoy— y huelgas contra el proyecto del presidente Nicolas Sarkozy de elevar la edad mínima de jubilación.

El Gobierno cifró la participación en todo el país en un millón 120 mil personas, en tanto que los sindicatos la situaban en más del doble: 2.5 millones según la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), 2.7 millones según la Confederación General de Trabajadores (CGT), la principal central gremial del país.

Ocho sindicatos convocaron a más de 200 manifestaciones en todo el país para oponerse a un proyecto que prevé, a partir de 2018, elevar de 60 a 62 años la edad mínima legal para poder jubilarse y de 65 a 67 para hacerlo con una pensión completa.

Banderas y globos multicolores de los gremios salpicaban las columnas de manifestantes dispuestos a defender la jubilación a los 60 años, conquista emblemática de la presidencia del socialista Francois Mitterrand (1981-1995) y que Sarkozy comenzó replantear por supuesta insostenibilidad.

El actual primer ministro francés, Francois Fillon, sostiene que la adopción de la reforma “no es una opción forzada antes de 2012, sino una decisión valiente”, al subrayar la necesidad de elevar la edad de la jubilación a los 62 años ya que “desde 1950 se han ganado 15 años de esperanza de vida”.  

En junio de 2007, a un mes de asumir como presidente, Sarkozy planteó las primeras reformas al mercado laboral, las que flexibilizaron la jornada laboral legal de 35 horas, principal legado del último Gobierno de izquierda francés, de Mitterrand.

Esta reforma buscó incrementar directamente el poder adquisitivo de los hogares franceses para estimular el consumo y la demanda, e incentivar el empleo.

A lo anterior se suman las propuestas de reforma al sistema de pensiones y protección social impulsadas en noviembre pasado, que incluían la reforma a los sistemas de pensiones privilegiadas que beneficiaban a algunos grupos de trabajadores públicos, que les permitía jubilar a los 37.5 años, a diferencia del resto de los trabajadores franceses que pueden hacerlo a los cuarenta años de servicio. Esto último desató una huelga de los principales sindicatos de las empresas de transporte público y del sector de energía que cesaron después de nueve días.

Francia, con más de 15 millones de jubilados, es uno de los países europeos  donde la edad mínima para tener derecho a jubilarse es más baja.

Por lo pronto, ayer comenzó el debate de la reforma de pensiones en el Parlamento —que coincide con las marchas—, y el Gobierno de Sarkozy, para quien esta reforma es una “prioridad absoluta” de los 18 meses de mandato que le quedan, cuenta con que su adopción  parlamentaria sea a fines de octubre, así como la introducción de una suerte de seguro de salud que se tratará a inicios de 2011, año en que el mandatario galo deberá decidir si se presentará para un segundo mandato.

Las huelgas contra medidas de austeridad gubernamentales que causaron caos en Francia y también en Londres, podrían ser un preludio de nuevas protestas en Europa, desde España hasta la República Checa.

Un paro de los trabajadores del metro de Londres afectó a millones de viajeros que utilizan diariamente ese medio de transporte. Según la Cámara de Comercio de Londres, un día de cierre del metro significa 73 millones dólares en pérdidas para la economía de la capital.
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