Internacional
Fernández no deja ver tensiones tras elecciones en distendida rueda de prensa
Fernández, al igual que su esposo y antecesor en el cargo, Néstor Kirchner, es poco amiga de los contactos con la prensa
Vestida con un elegante traje y maquillada en exceso, la presidenta apareció en la Casa Rosada, la sede del Gobierno, arropada por el jefe de Gabinete, Sergio Massa, y el ministro del Interior, Florencio Randazzo, para desgranar los resultados electorales.
Fernández, al igual que su esposo y antecesor en el cargo, Néstor Kirchner, es poco amiga de los contactos con la prensa.
La única rueda de prensa que había concedido hasta hoy fue convocada en agosto del pasado año, en plena crisis entre el Gobierno y el sector agropecuario.
Hoy, pese a sus reiteradas alusiones a la necesidad de buscar consensos para garantizar la gobernabilidad en el nuevo mapa político, en el que el oficialismo ha perdido la mayoría parlamentaria, Fernández no dio señales de cambios en su estrategia, ni en la forma, ni en el fondo.
Limitó el impacto de la derrota del oficialismo, minimizó el triunfo de la oposición y, como empieza a ser habitual en muchas de sus intervenciones, cargó de nuevo contra los medios de comunicación.
En su comparecencia, que se prolongó algo más de una hora, Fernández dijo tener la sensación de que "al oficialismo lo interrogan y a la oposición la escuchan", y pidió a los periodistas "memoria, rigor profesional y capacidad para reconocer los errores".
Unos minutos antes de la hora establecida para el comienzo de la rueda de prensa, colaboradores de la presidenta convocaron a los periodistas que acudieron a la Casa Rosada a una reunión para anunciar que solo se permitirían nueve preguntas.
"¿Qué quieren, una conferencia de cinco horas, al estilo de (el presidente de Venezuela, Hugo) Chávez?", respondió uno de ellos cuando los cronistas manifestaron sus quejas por las limitaciones de la convocatoria.
Después de arduas "negociaciones" entre los reporteros, de las que salieron consensuadas las nueve preguntas, la mandataria ingresó al Salón Sur de la Casa de Gobierno.
Durante 20 minutos, Fernández repasó los resultados de los comicios legislativos, destacó su "transparencia", la "excelente elección" del cineasta Fernando Solanas en la ciudad de Buenos Aires y la sensación de que el país "ha pasado de su tradicional bipartidismo a un tripartidismo parecido al de algunos modelos europeos".
Fernández se refirió también a la renuncia de Kirchner a la dirección del Partido Justicialista y al "honor" de su marido al reconocer su derrota "por poco" en la provincia de Buenos Aires, el principal bastión del peronismo.
Las primeras críticas a la prensa llegaron al abrirse el juego de preguntas, cuando un periodista comparó el 46% que obtuvo en las presidenciales de 2007 con el 32,1% cosechado este domingo por Néstor Kirchner en las elecciones para diputado en la provincia de Buenos Aires.
"No he leído hoy que los medios hagan una lectura similar con el partido que gobierna en la ciudad de Buenos Aires (Pro). Su alcalde, Mauricio Macri, fue elegido con el 60% de los votos y ayer su candidata a primera diputada (Gabriela Michetti) obtuvo la mitad (31,09%)", disparó.
Fernández pasó de la distensión al gesto adusto al retar a un periodista por formularle "una opinión y no una pregunta" sobre la manipulación de los índices económicos oficiales.
Minutos después insistió en el tema para comentar que un trato igualitario de la prensa hacia el Ejecutivo y la oposición "ayudaría a la calidad institucional".
Entre crítica y crítica, la presidenta intentó amenizar la conferencia de prensa con bromas con el jefe de Gabinete, al que "reprochó" no estar enterado del precio de cierre de la moneda brasileña.
"Usted debería saberlo", le dijo antes de dar por terminada la rueda de prensa.
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