Internacional
Ex guardia de Guantánamo narra abusos a prisioneros
Su testimonio, uno de los primeros de un ex guardia, describe abusos en Guantánamo
Neeley ha hecho oír su voz en este último año de existencia del centro de detención para manifestar públicamente su sentimiento de culpa y vergüenza por el comportamiento de los soldados cuando recibieron los primeros supuestos miembros de al-Qaida y el Talibán en la aislada base naval estadounidense en Cuba.
Su testimonio, uno de los primeros de un ex guardia que describe abusos en Guantánamo, reseña un momento caótico en que los soldados carecían de reglas claras para tratar a los detenidos a quienes se privó de muchas comodidades básicas. Dice que las circunstancias cambiaron rápidamente cuando llegaron los observadores del Comité Internacional de la Cruz Roja.
Como Neely admitió esta semana en una entrevista, ``lo que hice y lo que vi estuvo mal''.
El fornido texano que sirvió un año en Irak después de sus seis meses en Guantánamo, fue dado de alta del ejército y ahora trabaja como policía en el área de Houston. También preside la filial local de Veteranos de Irak Contra la Guerra.
La necesidad que sintió de contar sus experiencias lo condujo al Proyecto de Testimonios de Guantánamo, de la Universidad de California en Davis, un esfuerzo por documentar versiones sobre abusos a prisioneros. Incluye declaraciones públicas de otros cuatro ex guardias, pero Neely fue el primero en conceder una entrevista a los investigadores. También habló en forma extensa.
Neely, de 28 años, describe una letanía de tratamiento cruel a manos de otros soldados, incluyendo golpizas y humillaciones que dijo sólo tenían el propósito de causar daños físicos o sicológicos.
Su testimonio arroja nueva luz sobre los primeros días de Guantánamo, donde fueron despachados apresuradamente en enero del 2002 para recibir hombres encadenados y encapuchados. Los mantuvieron en jaulas hasta que los trasladaron a estructuras permanentes tres meses después.
Los soldados, muchos de ellos todavía adolescentes, no tenían instrucciones sobre procedimiento y apenas se les habló de las Convenciones de Ginebra, que suministran pautas para el tratamiento humano de los prisioneros de guerra, dijo Neely, aunque algunos se enteraron por iniciativa propia.
``La mayoría de nosotros que teníamos contacto con los detenidos éramos realmente jóvenes'', dijo en entrevista.
El coronel del ejército Bill Costello admitió que los procedimientos específicos en Guantánamo se desarrollaron con el tiempo, pero insistió en que los guardias tenían instrucciones estrictas desde el comienzo. ``Esta era una guardia profesional'', agregó Costello, que se desempeñó como vocero de Guantánamo en sus primeros meses y ahora es portavoz del Comando Estadounidense del Sur en Miami, que supervisa la operación de la base.
Apenas habían pasado meses desde los ataques terroristas del 2001 en Estados Unidos y Neely dijo que muchos de los guardias querían venganza. Especialmente antes de la primera visita de la Cruz Roja, dijo que los guardias aprovechaban cualquier aparente infracción para herir a los detenidos. El comportamiento de los guardias parecía justificado en ese entonces, agregó, porque les habían dicho que los detenidos ``eran los peores terroristas en el mundo''.
Recordó que un médico dio un puñetazo en la cara a un prisionero esposado por negarse a tragar un suplemento nutritivo líquido.
Dijo que los detenidos eran obligados a ducharse y defecar en baldes a la vista de las soldados femeninas, en contravención a las costumbres islámicas. Cuando un detenido insultó a una guardia mujer, dijo que un grupo de soldados le dio una paliza y lo asió para que la mujer lo golpeara repetidamente en la cara.
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