Internacional
Estados Unidos califica como ''duro golpe'', represión egipcia
John Kerry, secretario de Estado, deplora la restitución del estado de excepción
Sin embargo, funcionarios del Gobierno de Barack Obama no dieron indicios de cambios en la política de Estados Unidos hacia Egipto o consecuencias claras por la creciente violencia.
Washington evitó declarar la destitución de Morsi como un golpe de Estado, una medida que obligaría al Gobierno a suspender los mil 300 millones de dólares anuales en ayuda militar a la nación de importancia estratégica, y los funcionarios dijeron que seguían creyendo que esa medida no favorece los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos.
Señalaron que estaban comprometidos con una continua revisión de la política hacia Egipto, pero insistieron en que no hubo cambios para anunciar.
Kerry, en una aparición sorpresiva en el Departamento de Estado, condenó la violencia en la que murieron al menos 278 personas en Egipto y el restablecimiento del estado de emergencia. La calificó como “deplorable” y urgió a los líderes interinos a dar un paso atrás y calmar la situación.
“Es un duro golpe para la reconciliación y la esperanza del pueblo egipcio de una transición hacia la democracia y la inclusión”, dijo a los periodistas.
El vicepresidente Mohamed ElBaradei, Premio Nobel de la Paz y líder reformista en el Gobierno interino, renunció en protesta por la represión en momentos en que el liderazgo apoyado por los militares impuso un mes de estado de excepción y toque de queda nocturno.
Varias iglesias fueron atacadas ayer en Egipto, la mayoría en el Sur del país, en los disturbios desencadenados tras la operación policial para desmantelar las acampadas de los islamistas en El Cairo.
Por su parte, el primer ministro egipcio, Hazem el Beblaui, aseguró que la Policía demostró en esta jornada “la máxima contención”, pese a que en los disturbios fallecieron al menos 278 personas, según las cifras oficiales.
La Hermandad Musulmana (de la cual es integrante Morsi) denunció que las cifras son mucho mayores que las publicadas por el Ministerio de Salud.
En una declaraciones en la televisión estatal, El Beblaui dijo que la decisión de decretar el estado de emergencia fue “muy difícil” de tomar, pero obligatoria ante la escalada de la violencia.
“El Estado tiene que hacerse respetar y debe impedir que los derechos de los ciudadanos sean agredidos por otros”.
El embajador de Egipto en Estados Unidos, Mohamed Tawfik, afirmó hoy que la mayoría de egipcios apoya las acciones represivas contra la oposición efectuadas este miércoles.
“La gran mayoría de egipcios apoya las medidas que el Gobierno tomó ayer”.
Ciertamente no es lo que desearíamos pero se volvió muy claro que cualquier alternativa a eso ocasionaría más víctimas”, dijo a la cadena CNN el diplomático egipcio.
DIFERENCIAS
Mapa de actores
• El Ejército: Es el poder real en Egipto. El gobernante del país debe tener el beneplácito de la cúpula militar, garante de la paz y la estabilidad nacional. Son el poder real en Egipto desde los tiempos de la Guerra Fría. Aliados de Estados Unidos.
• Mohamed Morsi: presidente depuesto de Egipto y primero electo por la vía democrática en el país. Los militares dicen que no fue golpe de Estado porque Morsi estaba violando las normas democráticas e “islamizando” al país.
• Los Hermanos Musulmanes: es un partido político trasnacional en todo Oriente Medio. Es una fuerza política que busca acercar los gobiernos a la “sharia”, la ley islámica. Fue el partido político ganador de la elección de 2012 en Egipto.
• Adil Mansur es quien tomó el poder en Egipto tras el golpe militar. Es un hombre vinculado a la conservadora estructura de la justicia egipcia.
• Estados Unidos: aliado histórico de Egipto tras la Guerra de los Seis Días en 1967. Logró que Egipto fuera el primer país islámico en aceptar la existencia de Israel.
• Mohamed El Baradei: es una de las pocas caras liberales en Egipto. Fue director de la Agencia Internacional de Energía Atómica y Premio Nobel de la Paz en 2005.
REACCIONES
Condena internacional
• Turquía, quien siempre ha sido crítico del derrocamiento de Morsi, fustigó la acción tomada por el nuevo Gobierno, respaldado por los militares. La oficina del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, calificó lo sucedido como “un golpe severo a las esperanzas de un retorno a la democracia”. Denunció que otros países, que no mencionó, han apoyado al nuevo Gobierno instaurado tras la destitución de Morsi el 3 de julio.
• Ban Ki-moon, secretario general de las Naciones Unidas, condenó “de la manera más enérgica” la violencia usada por las fuerzas de seguridad egipcias al desmantelar campamentos de partidarios del ex presidente Mohamed Morsi. La declaración es un inusual reproche del titular de la ONU al gobierno de un estado miembro.
• Guido Westerwelle, ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, expresó la “suma consternación” del Gobierno por la “muy peligrosa” situación en Egipto, y pidió el fin de la violencia.
“Esperamos que el Gobierno de transición y las autoridades de Egipto permitan las manifestaciones pacíficas, así como esperamos que los otros grupos políticos se distancien de la violencia, que no exijan la violencia y que no actúen violentamente”.
ANÁLISIS
Y llegó el invierno
Enrique Toussaint (Periodista)
Alguna vez dijo el escritor británico Gilbert Keith Chesterton que “no puedes hacer una revolución para tener la democracia. Debes tener la democracia para hacer una revolución”. Egipto tuvo su primavera fugaz y pírrica, pero nunca construyó un sistema capaz de resguardar la democracia. Se fue el dictador Hosni Mubarak, pero nunca se desmontó el sistema de opresión y autoritarismo construido en Egipto durante décadas. No es exagerado decir que para los egipcios, la democracia liberal representativa “es un bicho raro”.
Depuesto el dictador, quedaron intactos los hilos de poder del régimen autoritario. Desde el naserismo, los militares han sido los dueños absolutos del país. Controlan a la vieja jerarquía jurídica y son aliados directos del Gobierno de Washington. Al mismo tiempo, la salida de Mubarak significó el fortalecimiento de las opciones islamistas moderadas y radicales, como los Hermanos Musulmanes, partido político que ganó la única elección democrática en Egipto. La democracia amenazada por ambos lados: los militares y los radicales.
De un cóctel de elementos antidemocráticos no se puede construir un sistema democrático. Desde Occidente se creyó que tras la “rebelión de las clases medias” en Egipto surgiría un sistema político moderno, representativo y liberal. Se fabricaron las tesis más arriesgadas y se dejó de lado la historia de un país que ha sido gobernado por dictador tras dictador en el último siglo.
Veremos cuál es la posición de la cancillería mexicana. La actuación de José Antonio Meade ha sido más bien errática en este tema. Ni en Siria ni en ningún conflicto en Oriente Medio, la diplomacia mexicana ha tenido una postura de condena. En el discurso de Enrique Peña Nieto hay un retorno a una política exterior no intervencionista y de respeto a la histórica “Doctrina Estrada” que en términos generales se limita a decir que cada país hace lo que quiera dentro de su territorio, sin importar violaciones a derechos humanos.
Así, mientras miramos a Egipto en el espejo, es difícil no pensar en Libia, Túnez o Yemen. De la primavera al invierno, siempre hay menos de un año.
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