Internacional

Estado de emergencia tras sismo de magnitud siete en Nueva Zelanda

El Alcalde, Parker, Declaró en estado de emergencia al país europeo

CHRISTCHURCH, NUEVA ZELANDA, (04/SEP/2010).- El estado de emergencia fue  declarado este sábado en Christchurch, segunda ciudad de Nueva Zelanda, tras un  fuerte sismo de magnitud 7.0 que causó grandes daños materiales y dos heridos  graves, indicaron el alcalde Bob Parker y responsables.

"Hemos decidido declarar el estado de emergencia en la ciudad. Así nos será  un poco más fácil evacuar a la gente de los edificios si hace falta, y cortar  las calles", anunció Parker en la radio nacional.

El alcalde se dijo "horrorizado por los daños" causados por el temblor.

Algunas vías quedaron bloqueadas a causa del derrumbe de las fachadas de  algunos edificios. El suministro de electricidad fue cortado, varios puentes  resultaron dañados y numerosas calles quedaron sembradas de cristales de  ventanas rotas.

La mitad de la ciudad estaba sin electricidad.

Sólo dos personas, dos hombres de unos cincuenta años, resultaron heridas  de gravedad, según la defensa civil. Uno resultó herido por la caída de una  chimenea y el otro por un cristal roto.

Los responsables de la defensa civil atribuyeron el escaso número de  víctimas a la hora --04H35 (16H35 GMT del viernes)-- en que se produjo el  sismo, a unos 45 km al oeste de Christchurch.

El aeropuerto internacional de Christchurch, principal acceso al sur de la  isla, fue cerrado y la circulación de los trenes detenida, a la espera de  verificar el estado de las vías.

Christchurch, que cuenta 340.000 habitantes, es la mayor ciudad de la Isla  del Sur, que junto con la del Norte constituye Nueva Zelanda.

En Wellington, el ministerio de Defensa Civil decretó el estado de crisis  nacional. "Hemos recibido informaciones que daban parte de daños importantes",  indicó un portavoz.

La policía acordonó el centro de la ciudad, tras ser informada de los  primeros saqueos, indicó el inspector Mike Coleman, que pidió a la población  quedarse en casa.

"Hay daños considerables y ya tenemos informaciones sobre saqueos. Los  escaparates de las tiendas están rotos y, lógicamente, es fácil robar", declaró.

"Hay fugas de gas, cañerías de agua dañadas, alcantarillas que se desbordan  en las casas y muchos cables y postes eléctricos rotos. Es muy peligroso salir  a la calle", añadió.

Kevin O'Hanlon, de Mairehau, un barrio de Christchurch, declaró al diario  local The Post: "es increíble, me desperté para ir al trabajo y escuché un  ruido enorme y un ¡bum!, era como si hubieran golpeado la casa. Empezó a  temblar. Nunca he sentido nada así en mi vida".
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