Internacional
En crisis, el Gobierno de Sebastián Piñera
Las negociaciones del Estado con profesores y estudiantes están estancadas, mientras los chilenos se encuentran más descontentos con el mandatario
Se trata de una crisis que, de acuerdo con los principales analistas, debe ser desactivada a tiempo con soluciones de corto y mediano plazo, desde un Gobierno atravesado por la falta de cohesión interna.
Para el analista Patricio Navia, Piñera “debería en algún momento adoptar políticas que sean vistas como fuertes no ya para que su Gobierno termine siendo exitoso, que es algo muy difícil, sino para que llegue al final con una adhesión moderada” y con algunas oportunidades para su candidato a la presidencia, el actual ministro de Obras Públicas, Laurence Golborne.
El presidente está en un laberinto en el que se adentró solo y por sus propios errores, y del que intenta salir mediante acuerdos débiles y que se frustran apenas comenzados a andar. Hasta ahora, al buscar acuerdos con los estudiantes, “encontró la primera puerta, pero volvió al inicio”, lamenta el analista Guillermo Holzmann, de la Universidad de Chile.
¿Por qué a él?
El presidente goza del peor nivel de popularidad que haya tenido cualquier otro presidente en democracia de cara a su segundo año de mandato: 26.2%. Además, no ha dado muestras ni de intentar convocar a un plebiscito para un cambio constitucional que refleje la nueva realidad política y las demandas sociales, como le piden algunos sectores, ni de buscar acuerdos con la oposición.
Eugenio Tironi, autor del libro Por qué no me quieren, en el que trata de explicar la conflictiva relación de la sociedad chilena con su presidente, sostiene tres premisas: la primera es que este Gobierno ya no es de Piñera desde que en julio último le dio más poder a la pinochetista Unión Demócrata Independiente y a su jefe, el actual ministro de Economía, Pablo Longueira.
La segunda, “el presidente demostró que es un gran hombre de empresa pero le faltó política y capacidad para desprenderse más rápido de las cosas”. La tercera es que hay que “comprender que esta rebelión no es contra el costo del crédito para costear una carrera sino contra un ‘relato’ que nació de la derecha y que la concertación había hecho propio: el que sostenía que la educación era la madre de todas las victorias y que no importaba que fuera pública o privada con tal de que le dé cabida a todos…”.
FICHA TÉCNICA
Un Estado atribulado
Sebastián Piñera asumió como presidente de Chile el 11 de marzo de 2010, a unos días del terremoto que dejó 525 muertos.
El 5 de agosto del mismo año se derrumbó la mina San José, dejando a 33 mineros atrapados. Piñera lideró los esfuerzos de rescate y alcanzó entonces su más alto nivel de popularidad: 56 por ciento.
Este 2011 el conflicto con los estudiantes, que piden que la educación quede en manos del Estado, no ha dado tregua al mandatario.
A la lista de tragedias se sumó el incidente del 2 de septiembre en que se estrelló un avión militar CASA C-235, dejando 21 muertos.
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